Alto a la agresión contra Níger: se vence el ultimátum belicista neocolonial

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Members of a military council that staged a coup in Niger attend a rally at a stadium in Niamey, Niger, August 6, 2023. REUTERS/Mahamadou Hamidou NO RESALES. NO ARCHIVES

#Africa #Niger

Por Jorge I. González
En Occidente han impactado las imágenes de ciudadanos de Níger y otros
países de África con banderas de Rusia. Este escrito permitirá saber cuál es la
razón.
Se ha cumplido el término de tiempo del ultimátum dado a la junta militar
en el poder de Níger, por parte de los gobiernos cipayos neo coloniales del
África occidental, principalmente, el de Nigeria. La junta militar que asumió
recientemente el poder en Níger con el apoyo de un sector importante de
masas populares, ha señalado que no retrocederán y que defenderán la
soberanía del país africano.
En Niamey, la capital del Níger, se han organizado multitudinarias
demostraciones de rechazo a la injerencia de los gobiernos africanos títeres de
occidente, así como también se han desarrollado diversas acciones de protesta
contra la histórica presencia hegemónica de Francia en los pueblos de África
occidental. La nueva junta militar haciendo acopio del reclamo popular ha
puesto fin a todos los negocios extractivos de Francia en el país, incluyendo el
uranio que explotan los franceses.

Esta situación que atraviesa el Níger no es aislada o improvisada. Lo
que está sucediendo en Niamey responde a un contexto histórico a nivel de
toda la región del Sahel, nombre de una de las regiones más ricas de África en
minerales valiosos. Tenemos que recordar que en años recientes se viene
abriendo espacio una oleada de derrocamientos de varios gobiernos
neoliberales, amanuenses que estaban alineados con las potencias del
Atlántico Norte, la OTAN y , principalmente, contra la tradicional potencia
neocolonial, en esa región del África. Así las cosas, en los estados africanos
geográficamente cercanos a Níger, hablamos de Mali y Burkina Faso, el
recuerdo de la dominación colonial francesa y europea en general, trae ingratas
imágenes a la memoria, una relación de opresión colonial caracterizada por la
esclavitud y el genocidio contra pueblos originarios africanos, sumado a la
expoliación masiva de sus recursos naturales.
Las maniobras de los traidores y de los colonialistas europeos contra el
proceso revolucionario del Congo en los años 60 del siglo 20 y el asesinato de
Patrice Lumumba, son pasajes nefastos que están presentes en la conciencia
de los anti imperialistas africanos. Desde 2020 viene sucediéndose una
cadena de golpes de estado por militares con un marcado y profundo discurso

anti hegemónico, contrario a las élites europeas, lo cual viene acompañado de
una importante cuota de agitación social de apoyo, unificados ambos sectores
en la defenestración de gobiernos locales burgueses genuflexos a Europa y
Estados Unidos. Así surgen los actuales gobiernos de Mali y Burkina Faso.
En Senegal, otro país del África occidental, vemos que el actual
gobierno, en previsión de un posible golpe de Estado, ha puesto en arresto al
principal dirigente opositor. La insatisfacción se acumula en la base social de
los estados africanos y crecen cada vez más los brotes de agitación política,
social y militar, contra las instituciones criollas incapaces de resolver los
problemas del atraso y también, la oleada patriótica antiimperialista se
multiplica en varios punto del continente africano en rechazo a la intromisión
extranjera europea en sus asuntos internos.

En el Estado de Suráfrica, tenemos que dirigentes políticos de
movimientos anticolonialistas y anti imperialistas, han expresado su rechazo a
la injerencia de las potencias occidentales. Ahora frente a las amenazas de
invasión contra el Níger los gobiernos de mal y Burkina Faso han declarado a
la faz del mundo que cualquier acción militar contra Níger, constituirá una
declaración de guerra inmediata contra los mismos. Otros estados como
Gambia y Argelia buscan la mediación, pero no descartan a su vez la
posibilidad de convertirse en elementos beligerantes desde el punto de vista
militar, en caso de consumarse una agresión militar contra la independencia del
Níger.
En el marco mundial de estas contradicciones y buscando una salida
para fortalecer su posición de fuerza anti hegemónica, dichos gobiernos
rebeldes optan por buscar el apoyo económico y militar de Rusia. En
consecuencia, hemos podido ver la proliferación de las banderas rusas en las
manifestaciones populares recientes.

Vemos como la Federación Rusa paulatinamente ha ido desplazando a
Francia en la relación económica, política y militar, con varios estados
africanos. La valiosa ayuda prestada por Rusia al gobierno y pueblo de Siria
para la lucha frontal contra el integrismo religioso financiado desde los estados
de la OTAN, ha sido el parangón de varios sectores de opinión al ounto de
considerar a Rusia como más efectivo aliado en la lucha contra la
desestabilización del integrismo mercenario de cobertura islamista. La actitud
de Estados Unidos y la OTAN en Siria y Libia, incapaces de combatir de
manera coherente al ISIS, ha develado el doble rasero hipócrita de las
potencias del Atlántico Norte cuando levantan la lucha anti terrorista como
escaparate de sus intervenciones armadas contra estados codiciados por sus
riquezas que no se arrodillan a sus dictámenes.
Los estallidos sociales africanos y musulmanes en París y otras
ciudades de Francia, son una consecuencia de cómo los pueblos de África y

Medio Oriente, guardan rencor contra el pasado colonial y tienen muy presente
la invasión iniciada por el estado francés para la destrucción del gobierno de
Gadafi y la desarticulación de Libia como país moderno, bajo la excusa de la
intervención supuestamente humanitaria y la defensa de las democracias
tuteladas.
Las contradicciones del neocolonialismo se trasladan y se expresan
dialécticamente en los estallidos sociales de migrantes en la metrópoli. Un
ataque de los gobiernos títeres contra Nigeria provocará la regionalización de la
guerra con la participación de varios gobiernos en un lado y en otro. El
relacionamiento de este potencial conflicto, de cara a las contradicciones que
suceden a una escala más general en el mundo es y será inevitable. El
defenestrado presidente de Níger, Mohamed Bazoum, Morado la intervención
militar de Estados Unidos y Francia. En sentido opuesto, los militares y
ciudadanos anti imperialistas y patriotas de Niger, han solicitado el apoyo de
Rusia y la presencia de Wagner, para contrarrestar una eventual invasión de
los estados africanos jefaturados por grupos adeptos a Francia y la OTAN. Lo
que se pensaba sería un paseo de fuerza invasora de satélites en Niger, se ha
convertido en una pesadilla para los poderes de occidente, que viene a
sumarse a la resistencia de Rusia y China Popular, a la supremacía de la
OTAN en los frentes de Ucrania y Taiwán, provincia rebelde de China. La
postura de las potencias de la OTAN contra los pueblos fundamentando su
relación y su creencia de superioridad y condenándonos al atraso permanente
mediante la expoliación de las trasnacionales, Son factores que abren brecha
en los esquemas tradicionales, lo cual permite a Rusia y China posicionarse en
el intercambio con estados que buscan una diversificación económica en
África, América Latina y Asia.

Así como Estados Unidos hizo su guerra por petróleo en Irak en dos
ocasiones en 1991 y 2003 para lo cual contó con el apoyo de gobiernos
entregados a sus intereses. De esa misma manera, Francia, como ya hizo con
Libia por petróleo, ahora impulsa una guerra contra Níger y su integridad, para
asegurse el control del uranio. Creemos en el derecho internacional público y
en la necesidad de la solución pacífica de conflictos, sin embargo, esa misma
convicción nos permite saber que los pueblos tienen derecho a luchar por sus
intereses legítimos, el derecho de las naciones de velar por su propio destino,
forjar su progreso en armonía con los demás estados, con apego a la
soberanía e independencia de cada estado nación contemporáneo. Desde
Panamá, expresamos nuestro rechazo a toda agresión militar contra Níger, ya
sea esta eventual agresión una obra del gobierno títeres o de grandes
potencias o ambos.

Jorge I. González: panameño. Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas.