SimónRodríguez: Pensamiento Crítico Forjador de Libertades. Iª parte

0
191
Imagen tomada de internet

Nuestra página pretende entre las tareas de servir información objetiva y veraz, también resaltar los valores y principios revolucionarios de nuestra América morena, mestiza, india, rebelde con causas justas y dignas. En Esta oportunidad presentamos en dos partes el artículo elaborado por MsC Yosman Colina quien escribe sobre: “Simón Rodríguez, Pensamiento crítico forjador de libertades.”

“SIMÓN RODRÍGUEZ: PENSAMIENTO CRÍTICO FORJADOR DE LIBERTADES

Para abordar el tema rodrigueano en tanto pensador crítico para la forja de
libertades es necesario tener en cuenta que la República Bolivariana de Venezuela
enfrenta una situación atípica para un país que enarbola las banderas de la
democracia y sobre todo la incorporación del Pueblo a las acciones que legitimen
la soberanía Patria,
Considero que debemos ser cuidadosos al hablar sobre la vida y obras de
personajes ya estudiados ampliamente, pero por el mismo hecho de ser hombres
que han trascendido con creces para la posteridad el momento histórico que les
tocó vivir, hacen que el estudio de sus avatares y circunstancias sean tema casi
inagotable y siempre habrá tópicos para destacar. El maestro experimentó una
realidad que le llevó a sumergirse en lecturas de la sociedad en que le correspondió
vivir y también padecer, lo que le condujo a fraguar sus propuestas educativas de
emancipación, las cuales su vez generaron por parte de Rodríguez, escritos donde
expuso una crítica a la sociedad colonial, al gobierno monárquico y sus diferentes
formas de dominación instaladas en nuestra américa.
Dicho lo anterior, quiero expresar que a mi llegada a la Universidad Nacional
Experimental Simón Rodríguez, inicio una etapa de reflexión sobre los procesos de
enseñanza aprendizaje inherente a la andragogía y sobre todo a la transformación
cualitativa del sistema de educación universitaria. Enlazando la situación de
Venezuela con los objetivos de la universidad, certifico la vigencia del pensamiento
robinsoniano en cuanto a la formación de republicanos y ciudadanos que aprendan
haciendo. Ya contando con más de dos años de gestión en el núcleo UNESR
Valle de la Pascua, en medio de una guerra multiforme y una pandemia que vienen
a contribuir con el quiebre del estado, apelamos a la empatía y al entreayudarnos
para que junto con la multimodalidad brindar atención a los procesos académico
administrativos de tal forma que la universidad siga aportando al país talentos y
herramientas para garantizar el progreso y la soberanía.

Ante este escenario considero vital seguir enarbolando las banderas que
marcan con el ideario robinsoniano el proyecto educativo que propugnara el
maestro Don Simón Rodríguez, a este respecto comenta Calzadilla (2016) que;
Ya en Caracas, en 1794, como maestro de primeras letras con nombramiento

del Cabildo, había tenido la presunción de presentar un proyecto que aspiraba a crear

una red de escuelas en todas las parroquias de la ciudad, regidas por el gobierno, bajo los mismos reglamentos y programas, obligada para niños tanto blancos como pardos, anticipando en Venezuela el primer barrunto de un Estado
docente con una educación primaria oficial, laica y universal.

Estos fundamentos primarios de sus ideas educativas también se comienzan a visibilizar en la formación que brindó al niño Simón Bolívar, posterior Libertador de América, cuando le infundió las primeras ideas de libertad y de gesta emancipadora.

Por esto y por más razones es necesario masificar la información de nuestro maestro de libertad. En tal sentido con este artículo pretendo hacer un esbozo de la significación de la vida y obras de Simón Rodríguez, como constructor de una vida para hombres y mujeres libres.
Dicho lo anterior, siento que es menester considerar que escribir sobre
personajes y personalidades de gran relevancia en el devenir histórico y que
han tenido vidas y obras trascendentes que han legado para la posteridad, y
además han sido estudiadas exhaustivamente, puede ser una tarea delicada para
no caer en lo repetitivo y mucho menos convertir una investigación que pretende
aportar un enfoque diferente del personaje estudiado, en un vano ejercicio del
intelecto.
Es por ello que para desarrollar este artículo, comenzaremos con una
reseña biográfica del Maestro Simón Narciso de Jesús Carreño Rodriguez. Nace
en Caracas, en Octubre de 1771, existiendo una interrogante en cuanto al día
exacto de su nacimiento, asumiendo los días 28 y 29 por la referencialidad del
onomástico de donde suponemos se desprenden sus nombres Simón y Narciso
respectivamente, estas dos fechas nos llevan a conmemorar durante esos dos días

el nacimiento de nuestro Maestro. Debo dejar claro en este artículo que la vida del
Maestro está llena de incertidumbre sobre sus orígenes, pero ello no obsta para
tomar interés en su gesta constructivista y entregada por la consolidación de la
libertad. Sus padres fueron Cayetano Carreño y Rosalía Rodríguez, aquí también
ocurre otro hecho importante sobre la identidad del maestro y la decisión particular
de firmar solamente con el apellido de su progenitora “Rodríguez”.

Se dice que Simón Rodríguez recibió sus primeras instrucciones de formación
de manos del maestro Manuel Guillermo Pelgrón, además del Presbítero Alejandro
Carreño. Se considera que Rodríguez maduró e internalizó sobre la importancia de
ir construyendo sus saberes como lo demandaban sus propias inquietudes. Esta
acción lleva a Rodríguez a ir incorporándose en el mundo de la enseñanza con una
disposición para la lectura, para la observación, para la persuasión y aportes
críticos para mejorar las visiones sociales.
Rodríguez también se desempeñó como amanuense llevando notas y
como transcriptor de oficio en la residencia de Don Feliciano Palacios, abuelo
materno de Simón Bolívar, actividad y relación ésta que hace que se reconozca el
potencial de Rodríguez para comprender, escribir, orientar y enseñar,
convirtiéndose en maestro de primeras letras.. La vinculación con Don Feliciano,
le brinda la oportunidad como maestro, además hay que hacer saber que sus
actividades las ejercía en la escuela de primeras letras, recibiendo su acreditación
como maestro el 23 de mayo de 1791.


Rodríguez, fue un niño venezolano que nace en la época de la colonia y se
desarrolla bajo un sistema político que lo lleva a pensar y construir un escenario
para la formación de hombres y mujeres que comprendieran el derecho de la
libertad y cómo sostenerla en función de una soberanía que diera como resultado
una tierra independiente y sin más ataduras que las referidas a la historia.


Éstas circunstancias de la vida de Rodríguez y su transcurrir en una
sociedad dominada por la corona española y su vivencia circunstancial de una vida
sometida por normas y creencias que lo enlazan con un momento histórico donde
se dan los pasos primigenios para la independencia de Venezuela, estos avatares son los que conducen a Rodríguez a ser parte de la gesta emancipadora.

Pero para efectos del presente artículo, nos interesa estudiar a Rodríguez
desde su perspectiva pedagógica y las ideas rectoras que caracterizan su
concepción ontoepistémica de la enseñanza.
Pocos proyectos educativos han resaltado tanto la profunda vinculación de la
educación con lo social como el pensamiento de Simón Rodríguez; de ahí su
concepción de la sociedad americana, la misma que, a su criterio, se presentaba
marcada por agudos conflictos sociales y dividida por un nuevo género de
‘dominadores’ y ‘dominados’ constituye la base de su proyecto educativo.

Precisamente, en Consejos de Amigo, dados al Colegio de Latacunga, escritos por
solicitud de Rafael Quevedo, Rector del Colegio de San Vicente de Latacunga –
Ecuador, Rodríguez desarrolla exhaustivamente la tesis de que la tarea educativa
debía ser una tarea eminentemente social que conciba la educación como una
‘educación pública’, una ‘educación popular’ y una ‘educación republicana’.
Orientada más a la gente del ‘campo’ que de la ciudad, con ‘unidades de
experimentación y producción’, con ‘colonias de educación para adultos’,

Todo esto con una metodología de observación-reflexión-meditación
(experimentación) que permita superar tanto al ‘sistema testamentario’ vigente, al
‘aprendizaje memorístico’ gracias a un ‘aprendizaje comprensivo’ como a las
limitaciones propias del sistema ‘lancasteriano’ de enseñanza de las primeras letras.
En otro sentido Rodríguez, fue uno de los pocos fundadores de nuestras repúblicas
que entendieron que se había desatado un nuevo conflicto de carácter
eminentemente social más que político, pues había aparecido un nuevo sujeto
histórico, inesperado, excluido de los servicios básicos y de la propiedad,
Una visión esencial de ésta concepción, permite identificar la idea rectora
principal como la educación popular; idea ésta, de elevada conciencia
social/popular promovida por una educación con sentido para la vida, el amor a la
libertad que implica responsabilidad y el verdadero significado de la política como
medio para materializar el bien común. Lo vital aquí es comprender su pensamiento
el cual se proyecta en la historia social, política y económica de América,

apareciendo como uno de los más grandes pensadores sobre la necesidad y la
virtuosidad de la escuela, estableciendo claramente el nexo que la une a la
sociedad.