Tentativo de acuerdo en Estados Unidos, tras la sombra del impago

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Por Yoselina Guevara López

La tarde de este sábado 27 de mayo el Presidente estadounidense, Joe
Biden, y el Presidente de la Cámara de Representantes, Kevin Mc Carthy,
llegaron a un tentativo de acuerdo para elevar el techo de la deuda nacional al
tiempo que se reduce drásticamente el gasto federal. Este es un pacto
necesario para evitar un impago potencialmente desastroso para los Estados
Unidos. El primer mandatario norteamericano en un comunicado destacó que
se trataba de “un compromiso y, por tanto, no todo el mundo obtendrá lo que
quería”. Por su parte, McCarthy, en un breve discurso en el Capitolio, dijo que
“aún queda mucho trabajo por hacer”, pero añadió que consideraba el acuerdo
“digno del pueblo estadounidense.”

Impago: recesión masiva

No obstante dada la confrontación política norteamericana este tentativo
de pacto plantea el riesgo de provocar el rechazo de los demócratas y los
republicanos por las concesiones hechas para alcanzarlo, donde
evidentemente no todas satisfacen sobre todo a los sectores más radicales.
Pero es una carrera contra el tiempo porque la deuda pública estadounidense
ya ha alcanzado el techo autorizado de 31,4 billones de dólares (129% del PIB
2022). Hará falta apoyo de ambos partidos para obtener la aprobación del
Congreso en los próximos días antes de la fecha estimada en la que Estados
Unidos entraría en suspensión de pagos, el 5 de junio. Esto último implica que
la nación norteamericana pudiera ser incapaz de hacer frente a sus
compromisos financieros, ya sean salarios, pensiones o reembolsos a los
acreedores. Si bien en la opinión del economista Dominick Salvatore es poco
probable que Washington llegue a este punto de “default”, argumentando que a
través de movilizaciones de partidas pudieran hacer frente a los desembolsos
necesarios.

El problema para alcanzar este acuerdo es la conciliación de dos
políticas económicas diferentes: por una parte el crecimiento del gasto y déficit
en la propuesta de la Administración demócrata de Biden versus el recorte del
gasto público alternativa sostenida por el partido republicano. No obstante
ambas partes saben que deben alcanzar la concordia, y ceder en sus
aspiraciones porque a lo que se enfrentarían es a una situación de impago que
llevaría a una galopante recesión masiva y al hundimiento de los mercados en
Washington , con posible contagio a toda la economía mundial.
No olvidemos que debido a la creciente interconexión entre las
economía a partir de un problema interno de Estados Unidos se pueden

desencadenar efectos negativos en los mercados mundiales con un alto riesgo
de recesión debido a que los mismos ya se encuentran en una fase compleja
por la alta inflación, la deuda pública, las fuertes tensiones políticas y militares
por los conflictos beligerantes en curso, los efectos de desastres naturales y la
recuperación económica post- pandemia.
Además todavía el dólar sigue funcionando como principal moneda de
reserva e intercambio comercial, su desestabilización arrastraría a buena parte
del sistema financiero mundial. La pérdida de confianza en el dólar debilitaría
las cadenas de suministro que intentan recuperarse de los impactos de la
pandemia y de los altos costos energéticos como consecuencia del conflicto en
Ucrania. Especialmente susceptibles de sufrir consecuencias financieras como
el impago de intereses serían los principales países tenedores de valores del
Tesoro, como Japón, China y el Reino Unido, que representan el 35% del valor
total de 7,4 billones de dólares.

Algunos puntos del tentativo de acuerdo
Si bien este un documento reservado, a través de la prensa internacional se
han filtrado algunas de las consideraciones que se encuentra dentro del
tentativo de acuerdo, pero las cuales de acuerdo a las negociaciones pueden
variar sustancialmente:
– Se aumenta a dos años del techo de la deuda, que se haría efectivo
después de las próximas elecciones presidenciales en 2024.
– Se mantiene el gasto no relacionado con la defensa prácticamente
estable en el año fiscal 2024 aumentándolo en un 1 % el año siguiente.
Es decir recorta mucho menos gastos que los 4,8 billones de dólares
propuestos por la cámara de representantes en la mesa de negociación
al inicio de las tratativas.
– El acuerdo establece que se financiará por completo la atención médica
de los veteranos en los niveles incluidos en el plan de presupuesto
propuesto por Biden para 2024, incluido un fondo dedicado a quienes
han estado expuestos a sustancias tóxicas o peligros ambientales.
– El documento propone cambios en la Ley de Política Ambiental Nacional
que designará “una sola agencia líder” para desarrollar revisiones
ambientales, con la esperanza de agilizar el proceso. Este apartado se
remonta a casi dos meses atrás; en abril los republicanos de la Cámara
de Representantes aprobaron un proyecto de ley para elevar el límite de
la deuda a cambio de profundos recortes del gasto y el abandono de la
reciente legislación climática aprobada por los demócratas. El presidente
Biden en su momento criticó el proyecto, afirmando que perjudicaría a
las familias trabajadoras y beneficiaría a la industria del petróleo y el
gas, y acusó a los republicanos de poner en peligro la economía

estadounidense. Según este tentativo de acuerdo en este aspecto los
republicanos le estarían ganando la partida a los demócratas.
– Se desconoce qué consideraciones propone el tentativo de acuerdo en
cuanto a los subsidios a los adultos sanos en edad laborable y las
familias. Es conocido que los republicanos habían propuesto aumentar
los requisitos en ciertos programas de asistencia del gobierno. Con ello
buscan recortar el gasto destinado a los sectores más débiles de la
población: ayudas públicas a la sanidad (el llamado MedicAid), subsidios
alimentarios a familias necesitadas, entre otros. Paradoxalmente una
serie de recortes que afectan a las personas más vulnerables en uno de
los países más desiguales del planeta, donde la mitad más pobre de la
población, unos 166 millones de personas, sólo posee el 1,5% de la
riqueza nacional (Cifras de la Base de Datos Mundial sobre
Desigualdad).

¿Cómo llega Estados Unidos a correr el riesgo de un impago?
Washington financia su gasto público en parte mediante impuestos y

tasas, además de endeudarse y emitiendo regularmente nuevos tramos de
deuda para reembolsar los bonos que se vencen. Es decir en pocas palabras
paga préstamos con otros préstamos. Por lo tanto, es primordial poder emitir
nueva deuda, no sólo para hacer frente al gasto público, sino también para
reembolsar la deuda que vence y mantener así la credibilidad ante sus
acreedores, que operan en los mercados financieros.
En estos momentos Estados Unidos tiene un déficit presupuestario, lo
que significa que gasta más de lo que recauda, tiene que pedir prestadas
grandes sumas de dinero para pagar sus facturas. Además que debe pagar las
prestaciones de la seguridad social, los salarios de militares y funcionarios
públicos, sumándole a ello que también tiene que cancelar intereses a los
tenedores de bonos que poseen su deuda.

De acuerdo a las leyes norteamericanas la emisión de nueva deuda sólo
puede ser decidida de forma autónoma por el gobierno si se mantiene dentro
de un límite, el cual lo fija el Congreso, y sólo este organismo puede
aumentarlo. En la práctica, el Capitolio ha aumentado el límite hasta 80 veces
desde 1960; esto quiere decir que no sería nada nuevo, ni acarrearía
consecuencias especialmente graves. Además, ya ha ocurrido antes que un
gobierno y una mayoría contrarios hayan tenido que ponerse de acuerdo y
encontrar un terreno común en la cuestión del aumento del límite de la deuda.

Una situación excepcional

No hay que subestimar la situación que vive Estados Unidos, tampoco
se puede magnificar, porque de hecho por el bienestar de la economía
norteamericana y su posición internacional como potencia mundial, deben
llegar a un acuerdo, y el tentativo de este sábado 27 de mayo es un buen
indicio.
Son dos razones que marcan la diferencia entre el momento que vive
hoy Washington y las crisis de otros años. En primer lugar, porque el Servicio
de Impuestos Internos de Estados Unidos ha permitido a miles de
contribuyentes, retrasar o congelar el pago de sus impuestos por haber sido
afectados por las fuertes tormentas, inundaciones y deslizamientos de tierra en
los Estados de California, Alabama y Georgia. Lógicamente esto anticipó en
meses, y de forma inesperada, la necesidad del gobierno central de emitir
nueva deuda.
En segundo lugar, las condiciones políticas han cambiado
sustancialmente. Hasta hace unos años, demócratas y republicanos competían
por los votos en el centro, convergiendo ambos en posiciones moderadas. Esto
facilitaba las negociaciones, ya que senadores y congresistas partían de
posiciones no demasiado alejadas. Ahora la situación ha cambiado
radicalmente. Biden y su Secretaria del Tesoro, Yellen, llevan a cabo políticas
industriales financiadas con fondos públicos para fomentar las transiciones
energética y digital lo cual hace que se incremente el gasto público.
En cambio, la mayoría republicana en la Cámara es prácticamente
partidaria de Trump, firmemente opuestos a cualquier aumento del gasto,
práctica que tachan de “socialista”. Además con este dogma la mayoría
republicana se hace reacia a cualquier entendimiento con los demócratas,
buscando la confrontación abierta y el desastre económico para culpabilizar a
Biden, por supuesto de cara a las elecciones presidenciales de 2024. En todo
caso, como última opción que realmente la vemos muy lejana en el horizonte,
si Estados Unidos cae en el abismo del impago y el desprestigio internacional,
eso fortalecerá a las restantes potencias como China, Rusia, India, que siguen
emergiendo con mayor fuerza en el panorama geopolítico mundial.


Yoselina Guevara López: comunicadora social venezolana, analista política,
articulista en diferentes medios internacionales, cuyo trabajo ha sido traducido
al inglés, italiano, griego y sueco. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo
Simón Bolívar 2022 (Venezuela), mención especial Opinión; Premio Nacional
de Periodismo Aníbal Nazoa 2021 (Venezuela); I Concurso Memoria Histórica
Comandante Feliciano 2022 (El Salvador) Tercer lugar. Twitter:
@lopez_yoselina #MundoTuit

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