Este día nuestra página fmlnsuecia.se iniciamos la columna educativa “Análisis Ilustrativo” con aportes de José Valdez quien se interesa mucho como revolucionario en dar a conocer y expandir el conocimiento del por qué es necesario tomar conciencia de la realidad social, económica y política en la que vivimos y sobrevivimos.
José, tiene muy claro que sí los y las trabajadoras paralizan sus labores la economía de un país se detiene hasta en los servicios y producción de artículos básicos de primera necesidad. Esta es una verdad puesta al descubierto por los Maestros del proletadriado, Carlos Marx y Federico Engels en sus diferentes escritos y participación en las luchas de la Europa con un capitalismo en el siglo diecinueve.
Son las trabajadoras y los trabajadores quienes transforman la materia prima en productos que son vendididos y cuyas ganancias se las aprovecha el capitalista. Todo esto en un proceso que para los ojos de quienes son los y las protagonistas del mismo son “invisibles” y será nuestra tarea con “Análisis Ilustrativo” poner al descubierto.
Estructura de clase de la sociedad
Por la posición que ocupan dentro de la sociedad, las clases se dividen en fundamentales y no fundamentales. Se denominan clases fundamentales aquellas sin las que resulta imposible el modo de producción preponderante y que deben su origen a este modo de producción. En la sociedad de la esclavitud eran los esclavistas y los esclavos; en la feudal, los señores y los siervos; en la burguesa, los capitalistas y los obreros. Se trata, pues, de clases de las que una posee los medios principales de producción y se encuentra en el poder, mientras que la otra agrupa a la gran masa de los explotados.
Engels : “Como la base de la civilización es la explotación de una clase por otra todo su desarrollo tiene lugar en una constante contradicción.” Una de las manifestaciones de esta contradicción la tenemos en el hecho de que, bajo la dominación de los explotadores, los países que se adelantaban, frenaban y yugulaban el avance de los otros, a menudo los hacían retroceder aún más y erigían su prosperidad sobre las ruinas de las civilizaciones que ellos sacrificaron.