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Brasilia, 29 de junio a 02 de julio de 2023

Declaración final del XXVI Encuentro del Foro de São Paulo
Brasilia, 29 de junio a 02 de julio de 2023
La Integración Regional para avanzar en la soberanía de América Latina y el
Caribe. En homenaje a Marco Aurélio Garcia


Los partidos y movimientos políticos miembros del Foro de São Paulo,
presentes en este XXVI Encuentro en Brasilia, Brasil, agradecen a los partidos
anfitriones, Partido de los Trabajadores y Partido Comunista de Brasil, la
organización de este trascendental evento, la primera gran actividad desde la
pandemia de COVID-19, bajo el lema “Integración regional para avanzar en la
soberanía latinoamericana y caribeña”.
También agradecemos la presencia de organizaciones amigas de todo el
mundo, que han venido a unirse a nuestras delegaciones y sumarse a los
debates por una América Latina y el Caribe soberanos e independientes,
protagonistas de un amplio movimiento por un mundo multilateral, justo e
igualitario.
Es un hecho político y simbólico trascendente la realización de este XXVI
Encuentro en Brasilia, precisamente cuando a través de la movilización del
pueblo y de la formación de un amplio movimiento por el rescate de la
democracia brasilera, lograron una espléndida victoria electoral y la nueva
Presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, siendo ésta la más contundente
respuesta histórica al golpe de Estado parlamentario contra la Presidenta Dilma
Rousseff, a lo que siguió el infame e injusto encarcelamiento del Presidente
Lula, que se tradujo en un Golpe de Estado electoral, al impedir -violando las
leyes y los derechos humanos- su participación en las elecciones de 2018.
Durante los años siguientes, los partidos de izquierda y progresistas, los
sindicatos y los movimientos sociales brasileños han sufrido una fuerte
persecución con vista a su aniquilamiento político. Ahora, en 2023, Lula es
nuevamente Presidente de Brasil y Dilma Rousseff ocupa la Presidencia del
Nuevo Banco de Desarrollo -conocido como el Banco de los BRICS-, hechos
emblemáticos que dan cuenta de un viraje histórico en la correlación de
fuerzas, reposicionando a la izquierda brasileña como protagonista en su país,
y al Presidente Lula como protagonista internacional.
Es importante resaltar que desde el XXV Encuentro del FSP hasta ahora, se
registraron multitudinarias manifestaciones populares contra las políticas
neoliberales y de la derecha, la lucha por los derechos sociales, económicos y
culturales de los pueblos se colocaron de nuevo en la palestra y ello se tradujo
en unidad de las fuerzas populares y en victorias electorales, como la de
Andrés Manuel López Obrador en México, Alberto Fernández en Argentina,

Pedro Castillo en Perú, Luis Arce, que derrocó el Golpe de Estado en Bolivia,
Xiomara Castro en Honduras, Gabriel Boric en Chile, Philip Pierre en Santa
Lucía, Gustavo Petro en Colombia, las regionales y municipales en Ecuador,
las nacionales en Cuba y, obviamente, de Lula en Brasil, que se suman a los
demás gobiernos de izquierda y progresistas de nuestro continente que luchan
heroicamente por la soberanía, el bienestar social y la democracia participativa.
Por otro lado, estas victorias y la constante movilización de los pueblos
provocan una ofensiva conservadora y de la extrema derecha, incluso la
continuidad del lawfare, que demandan una vigilancia y lucha constante contra
las amenazas y los ataques. Respaldamos las luchas del Pueblo Salvadoreño
por la restitución de sus derechos políticos y constitucionales. Condenamos en
Perú que la represión ha causado 69 muertos, de los cuales 49 habrían sido
asesinados con armas de uso militar y policial. Rechazamos la criminalización
de la protesta social y el impedimento del derecho a movilizarse pacíficamente.
Exigimos el corte de juicios por lesa humanidad y libertad de los detenidos.
Asimismo, denunciamos que el gobierno de Dina Boluarte ha autorizado la
presencia de tropas norteamericanas con fines de amedrentamiento a la
población. Rechazamos la declaración del Congreso del Perú en contra de los
presidentes Gustavo Petro, Manuel López Obrador y al expresidente Evo
Morales frente a sus valoraciones sobre la situación política y social peruana.
Este Encuentro ocurre en un momento en que el mundo enfrenta diversos
desafíos. El avance de las fuerzas políticas de derecha y extrema derecha, el
cambio climático, el conflicto en Ucrania, entre otros, son hechos que
demandan nuestro enfrentamiento directo y urgente.
Debemos unirnos contra los intentos de dividir el mundo entre Occidente y
Oriente, entre “nosotros y los otros”, lo que aumenta las animosidades y nos
lleva a un mundo de conflictos que colocan a toda la humanidad en peligro. La
multipolaridad es esencial para el balance de fuerzas e intereses diversos que
permite el desarrollo a los países del Sur. Para ello, nuestra integración es
importante, como una región de paz y crecimiento bajo las fuerzas progresistas
y de izquierda, con propuestas para enfrentar los problemas globales.
Necesitamos hacer frente a estos desafíos a través de acciones concretas y
desde una perspectiva de izquierda y progresista, con soberanía e
independencia, consolidando junto a los pueblos de Nuestra América el
compromiso con la paz, refrendado en la Proclama de América Latina y el
Caribe como Zona de Paz, aprobada en la II Cumbre de la CELAC en La
Habana, en 2014, el respeto al medio ambiente, la defensa de una economía
más justa y solidaria, el reconocimiento efectivo de la diversidad étnica y social.
Por medio del diálogo y respeto a la diversidad de nuestros pueblos,
seguiremos construyendo Nuestra América como una región de paz y
cooperación, comprometida con el desarrollo sostenible y la justicia social, la

defensa de la soberanía y la no injerencia en asuntos internos. Saludamos la
reanudación de la CELAC, empezada por el presidente López Obrador, y de la
UNASUR, esta última en debate avanzado propuesto por las iniciativas de Lula,
Alberto Fernández y Gustavo Petro. Saludamos también la constitución de la
CELAC Social en Argentina, el pasado mes de enero, y la preparación de la
Cumbre de los Pueblos, por ocasión de la Cumbre CELAC-UE, en Bruselas, en
julio de 2023.
En este contexto, resaltamos la necesidad de avanzar con pasos firmes a la
integración regional como uno de los ejes centrales en nuestra agenda política,
económica y social, con una visión estratégica amplia y equitativa. Por medio
de la integración económica, a través de la construcción y ampliación de las
redes de infraestructura, logística y energética, creemos que la región podrá
avanzar en la superación de las asimetrías y la eliminación de los efectos de
medidas coercitivas unilaterales que impone el gobierno de Estados Unidos,
que tanto hacen sufrir a nuestros pueblos.
Nuestra región clama por una nueva industrialización ecológica y productiva, a
partir del papel inductor del estado en inversiones y de la cooperación científica
y tecnológica, dejando de ser una mera exportadora de recursos naturales y de
commodities, creando y fortaleciendo cadenas productivas regionales,
incrementando las relaciones comerciales intrarregionales, avanzando en
mecanismos de estabilización, financiamiento y de comercio soberanos. Es
esencial que esa industrialización ocurra sobre nuevas bases de protección al
medio ambiente y una verdadera transición ecológica, a partir del avance de la
ciencia y de la tecnología.
Apoyamos los diversos esfuerzos por una América Latina y el Caribe que
respete el medio ambiente e incorpore la lucha contra el cambio climático como
un eje central para su desarrollo económico, y llamamos a un proyecto propio
de desarrollo soberano que tenga en cuenta las demandas específicas de
nuestros países. Estos esfuerzos deben considerar la agricultura familiar y
asociativa, la producción de alimentos orgánicos, formas sostenibles y menos
dañinas para las grandes producciones agrícolas exportadoras, incluyendo el
cooperativismo, reducción de las desigualdades territoriales, el reconocimiento
de los pueblos originarios americanos, su cultura y saber ancestrales, y el
derecho a sus tierras y el uso de sus territorios y la protección de la Amazonía
y de sus pueblos indígenas.
Asimismo, la pandemia de COVID-19 demostró la necesidad de construir
igualmente nuestra integración sanitaria, que permita el intercambio de
conocimiento científico en el área de la salud, así como la asistencia sanitaria
en momentos de crisis, la elaboración y producción de nuevos medicamentos y
vacunas a partir de nuestro propio desarrollo científico y farmacológico,
reduciendo la dependencia externa.

Proponemos avanzar en el intercambio cultural, educacional y científico,
permitiendo que nuestra población y especialmente los y las jóvenes tengan
libre acceso a las universidades y a la movilidad académica, integrando las
universidades en redes regionales.
Nuestra batalla contra las fuerzas neoliberales e imperialistas debe darse
también en la internet y las redes sociales, que se encuentran en manos de un
oligopolio mediático con intereses claros en avanzar con una agenda perjudicial
a los pueblos. Estos grupos utilizan métodos deshonestos y de fake news que
llevan a la intolerancia, al odio en las relaciones sociales y a la negación de la
política. Proponemos enfrentar este avance y garantizar los mecanismos
democráticos en la internet a través de mecanismos de regulación, con base en
los preceptos democráticos, el respeto a la diversidad de opiniones y la
divulgación científica comprobada, en contra de la utilización de la internet para
la divulgación de noticias y teorías sin comprobación. A este respecto,
apoyamos los debates que ocurren en este momento en el Congreso brasileño
a propósito de las fake news. Se alerta a los gobiernos progresistas de Nuestra
América del peligro de firmar la “Alianza Digital Unión Europea-América Latina
y el Caribe”, que se pretende presentar en la próxima reunión de la CELAC. “La
libertad para acceder a las mejores tecnologías del mundo y a un valor
adecuado es fundamental”.
Las fuerzas neoliberales encontraron en la derecha -y sobre todo en la extrema
derecha- su canal de expresión y disputa política. Sin embargo, las recientes
victorias de las fuerzas progresistas y de izquierda en la región y las luchas de
resistencia de nuestros pueblos a las políticas neoliberales señalan la fuerza de
las ideas de cooperación, solidaridad, multilateralismo. En los países en que
prevalece el enfoque neoliberal crece la desigualdad con la concentración de la
riqueza de un lado y del otro la caída del poder adquisitivo de los salarios el
desempleo.
Ante el crecimiento exponencial de las migraciones, profundizado por los
efectos nocivos del neoliberalismo sobre los pueblos de América Latina y el
Caribe, cuyos habitantes a menudo se ven forzados a abandonar su tierra y su
cultura en busca de nuevos horizontes de vida en condiciones de precariedad
extrema, el FSP impulsará diversas iniciativas en aras del desarrollo de una
acción común de los pueblos y gobiernos de la región. Propiciamos la
implementación de una política que involucre tanto a los países de origen, de
transición y de destino de las y los inmigrantes, la protección de sus derechos
en el marco de la integración regional, de la solidaridad internacional y la
voluntad de paz, por el derecho de migrar y de migrar con derechos en el
marco de la autodeterminación y la soberanía de los pueblos y la
interculturalidad.

Condenamos y demandamos el levantamiento incondicional del criminal y
recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el
gobierno de Estados Unidos contra el pueblo cubano, durante más de 60 años,
y exigimos la exclusión de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del
terrorismo. También condenamos las sanciones unilaterales contra Nicaragua y
Venezuela, y la injerencia en los asuntos internos de estos países.
Condenamos la aplicación de las 927 criminales medidas coercitivas
unilaterales y el bloqueo económico y financiero contra Venezuela.
Cuba ha resistido heroicamente a más de medio siglo el injusto y criminal
bloqueo del poder imperial de Estados Unidos; la dignidad del pueblo cubano
es ejemplo para todas las naciones y partidos populares del mundo. El XXVI
Encuentro del FSP resuelve declarar a Cuba “Patrimonio Universal de la
Dignidad”.
Saludamos las diversas acciones de los gobiernos progresistas y de izquierda
de América Latina y el Caribe en defensa de nuestra soberanía y contra la
injerencia de Estados Unidos en nuestros países y sus intentos para
imponernos su agenda política a través de los espacios multilaterales.
La lucha por el fin del colonialismo en el continente americano y en todo el
mundo es uno de los ejes centrales del Foro de São Paulo. Ratificamos nuestro
apoyo al derecho de los pueblos del Caribe a recibir un trato justo, especial y
diferenciado, y acompañamos sus reclamos de reparación por los daños del
colonialismo y la esclavitud, con énfasis en Haití, que demanda amplia
solidaridad. Reiteramos el compromiso inequívoco con la libre determinación e
independencia del hermano pueblo de Puerto Rico, y refirmamos el apoyo a
Argentina en su demanda de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgia del
Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Exigimos
también la devolución a Cuba del territorio en que está ubicada la base naval
de Guantánamo.
Defendemos el derecho de los pueblos palestino y saharaui a vivir libre- y
plenamente en sus territorios ancestrales. Llamamos a todos los países del
mundo y a los organismos multilaterales a reconocer la soberanía de estas
naciones y la autodeterminación de sus respectivos pueblos.
Las necesidades de nuestros pueblos piden el fortalecimiento de nuestra
unidad en la diversidad. Las crisis sistémicas del capitalismo, el ideario
neoliberal con sus perversos efectos sobre la vida de la gente, la fuerza del
gran capital financiero, transnacional, y sus conglomerados, las tentativas y
medidas de fuerza contra la soberanía de Nuestra América, contra nuestros
países y economías, exigen lograr la unidad de nuestras fuerzas políticas para
la construcción de una América Latina y el Caribe, libre, soberana y justa.

En este XXVI Encuentro, queremos saludar a todas las personas que no se
encuentran más con nosotras y nosotros, pero nos han acompañado en la
construcción del Foro de São Paulo.
Recordamos los golpes de estado en Chile y en Uruguay, que hace 50 años
consolidaron el avance de las dictaduras militares en nuestro continente y
tienen consecuencias aún presentes en las vidas de los pueblos chileno y
uruguayo, y quizás de todo el continente. La magnífica experiencia de la
Unidad Popular en Chile, conducida por Salvador Allende e interrumpida por el
golpe militar de Pinochet en 1973, sigue siendo un marco en la historia de los
pueblos latinoamericanos y caribeños, por su capacidad de construir la unidad
en la diversidad, su compromiso con el pueblo chileno y con los pueblos
latinoamericanos en sus luchas.
Expresamos nuestro respaldo a las iniciativas que los gobiernos progresistas
vienen adelantando para superar la crisis multidimensional que afecta la vida
de nuestros pueblos, como la de actuar de manera conjunta contra la inflación,
que se propone una vía distinta a la contracción de la economía y, muy por el
contrario, asume la necesidad de reducir los costos, incluyendo los intereses de
los créditos, aumentar la producción, generar empleo y reducir la pobreza,
mediante múltiples mecanismos. Denunciamos los tratados de libre comercio y
la arquitectura jurídica creada por ellos, que dan más poder a las
transnacionales en perjuicio de nuestra soberanía. Exaltamos la actitud del
presidente Lula de rechazar las sanciones ambientales y otros mecanismos
proteccionistas que aparecen en los debates sobre el Acuerdo Mercosur-Unión
Europea.
Apoyamos las decisiones adoptadas en el Encuentro de Presidentes de
América del Sur, a partir de la iniciativa del Presidente Lula, y el contenido del
“Consenso de Brasilia”, en el cual se establecen las bases políticas para
avanzar en la integración económica, cultural social y política de nuestras
naciones.
Manifestamos nuestro respaldo a todas las iniciativas en desarrollo que
procuran una salida política y diplomática al conflicto en Ucrania. Rechazamos
las amenazas a la paz en el Pacífico y los intentos de la OTAN de avanzar
sobre esa región.
Saludamos las iniciativas del presidente Petro por la paz en Colombia, una
política fundamental para lograr la paz en América Latina y el Caribe,
consecuente con el compromiso del Foro de São Paulo en defensa de la paz
en nuestra región, así como en el mundo. Reconocemos el papel de Cuba,
México y Venezuela como garante del proceso y de los Acuerdos de Paz en
Colombia del 2016. Defendemos la Proclama de América Latina y el Caribe
como Zona de Paz.

En este XXVI Encuentro del FSP, tenemos la histórica responsabilidad de
aprovechar esta segunda oportunidad de tener en América Latina y el Caribe
una mayoría de gobiernos integrados por fuerzas políticas y movimientos
sociales progresistas. Superemos las diferencias, construyamos la más amplia
unidad en la diversidad de los partidos, los movimientos sociales, populares y
la intelectualidad progresista y de izquierda al interior de cada organización,
país y del continente. ¡Seguiremos juntos por la integración regional para
avanzar en la soberanía latinoamericana y caribeña.

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