Conflicto en Sudán: implicaciones internacionales

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@lopez_yoselina
La autora es periodista y analista política. Ganadora del Premio Nacional de
Periodismo Simón Bolívar 2022.

Por Yoselina Guevara López

La violencia en Sudán sigue haciendo estragos y es probable que no
disminuya. Desde el 13 de abril, el país se ha convertido en un campo de
batalla entre facciones armadas rivales; por una parte el ejército sudanés,
dirigido por el general Abdel Fattah Al-Burhan, y por la otra las Fuerzas de
Apoyo Rápido (RSF), poderoso grupo paramilitar dirigido por el general
Mohamed Hamdan Dagalo (Hemedti).
El conflicto arroja hasta ahora 450 fallecidos y más de 4.000 heridos, el
24 de abril las facciones beligerantes habían anunciado una tregua de 72
horas, pero mutuamente se acusan de incumplir el alto al fuego. Los
enfrentamientos se mantienen abiertos en todo el país, esta crisis está
poniendo en peligro la transición desde un régimen militar a una democracia
dirigida por civiles.
Por su ubicación geográfica Sudán tiene fronteras con siete países, los
cuales han estado involucrados en conflictos o han enfrentado graves
disturbios civiles durante la última década. La escalada de violencia, impulsada
por una dinámica de larga evolución y una lucha de poder entre facciones
armadas rivales, como la oposición de Hemedti a la transición del poder militar
al civil y el Ejército sudanés dirigido por el general Abdel Fattah Al-Burhan,
podría considerarse una lucha directa por el poder dentro del país. No hay que
obviar las importantes implicaciones que el desarrollo de una guerra civil en
Sudán tendría a nivel regional e internacional.

Chad, Sahel: un posible efecto dominó
Por ejemplo con respecto a la región del Sahel, una crisis prolongada en
Sudán puede poner en peligro esta zona donde la inseguridad y la inestabilidad
política han conducido a estos países a una situación humanitaria catastrófica
que podría empeorar. No hay que olvidar que el Chad es uno de los miembros
del llamado “G5 del Sahel”; por lo tanto, una implicación de Yamena (Chad)
tendría también el efecto de un detonante en la región saheliana, una de las
más turbulentas de África.
Egipto: la posible fractura de un frente unificado

En cuanto a Egipto los enfrentamientos en curso en Sudán no son
favorables a los intereses del Cairo porque fomentan la inestabilidad en su
frontera meridional. Además limitan la capacidad de Egipto de contar con el
apoyo y la ayuda de Sudán para hacer dupla frente al grave problema de la
Represa etíope del Gran Renacimiento, que representa la oportunidad del
suministro de agua del que ambos países dependen y por la cual hay un
enfrentamiento con Etiopía. Con un Sudán sumido en el caos, sería imposible
conformar un frente unificado contra Addis Abeba (Etiopía). En todo caso
Egipto se encuentra navegando entre dos aguas por un lado apoya al General
Abdel-Fattah al-Burhan; y por el otro, el comandante de las Fuerzas de Apoyo
Rápido, Mohammed Hamdan Dagalo, ha obtenido la protección principalmente
de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudita, dos Estados de los que
el Cairo depende para obtener ayuda financiera en estos tiempos de gran
dificultad económica.
Emiratos Árabes Unidos y Arabia saudita: la pérdida de influencia
Aunque los EAU y Arabia Saudita se han convertido en los mecenas
externos más importantes de Sudán desde el golpe de Estado de 2019, Abu
Dhabi (EAU) está jugando un papel de mayor influencia en Jartum al crear
fuertes dependencias a nivel sobretodo económico. Sudán necesita dinero para
darle vida a una economía arruinada y las petromonarquías a su vez requieren
ampliar su esfera de influencia fuera de la península arábiga. De momento,
tanto Riad como Abu Dhabi parecen querer mantener una relación equidistante
entre las partes enfrentadas. No obstante sus respectivos gobiernos, al igual
que la Liga Árabe, también han pedido el cese inmediato de los
enfrentamientos. La solución al conflicto en Sudán pudiera venir justamente
desde los EAU, mientras Mohamed Hamdan Dagalo se sienta con mayor poder
será menos controlable para Abu Dhabi, con lo cual pudieran perder su
influencia. En pocas palabras los EAU tienen la capacidad de maniobrar y
presionar a su aliado el general Mohamed Hamdan Dagalo para que vuelva a
la mesa de negociaciones garantizando que estos enfrentamientos no
desemboquen en una guerra civil incontrolable.
Türkiye: la neutralidad como arma diplomática
Tras el revés que supuso el derrocamiento de Al-Bashir (Sudán), con
quien Türkiye había estrechado relaciones, Ankara adoptó un enfoque de
“esperar y ver” respecto a la política sudanesa. Debido a la reciente distensión
con EAU y Egipto, Türkiye ha mejorado gradualmente sus relaciones con
Sudán, utilizando sus herramientas tradicionales de política exterior como la
diplomacia y el intercambio comercial. Ankara ha asumido una postura
equidistante entre ambos generales sobre todo para preservar sus intereses; y
al mismo tiempo, ha mantenido canales abiertos con sectores notables de la
sociedad civil. Por lo tanto, Türkiye no tiene mucho que perder en el conflicto

actual; sin embargo Ankara podría sacar provecho de su política de perfil bajo y
su postura neutral cuando la situación se normalice.

Rusia: el soterrado equilibrio con occidente
Sudán se sitúa en el centro de las disputas geopolíticas mundiales, dado
el innegable papel que la Federación Rusa está cumpliendo en la región. La
presencia del Grupo Wagner, una organización militar privada rusa, en las
minas de oro sudanesas y la reciente confirmación de una base naval rusa en
el puerto de Sudán, ponen de manifiesto la creciente influencia de Moscú.
Además, Sudán equilibra los intereses de Occidente y Rusia para mantener la
estabilidad política interna.

Europa: migración libio-sudanesa
Por ahora los reportes de algunas organizaciones humanitarias indican
que la población sudanesa está escapando sobre todo hacia el Chad. Pero no
es descartable que en los próximos días cobren vida las vías del desierto que
conducen a la frontera con Libia, que pudiera ser un primer destino para
cientos de migrantes sudaneses para de allí zarpar hacia Italia y Europa. Al
respecto llama la atención, pero no sorprende, la inercia desde los gobiernos
occidentales con respecto al conflicto en Sudán, aun conociendo perfectamente
las implicaciones principalmente con respecto a la migración. La Unión
Europea y sus aliados solo se han limitado a retirar a su personal diplomático y
a sus conciudadanos. Es necesario subrayar que la apertura de una ruta de
migración libio-sudanesa, puede abrir una puerta no solo a una avalancha de
migrantes, sino también a las organizaciones criminales en Sudán, Etiopía y
Eritrea. Desde el Cuerno de África, de hecho, la migración hacia Europa es
muy elevada desde hace tiempo y se vería facilitada por un canal sudanés
capaz de traer a miles de personas por la costa libia. Mientras siguen en curso
las hostilidades en Sudán, se agota el tiempo para evitar que el país sea
sumido en una crisis imparable con consecuencias nefastas para la región y el
mundo entero.

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