La Revolución Bolivariana y el combate a la corrupción

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El Presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, informando sobre el operativo anticorrupción

Este pasado fin de semana, la Policía Nacional Contra la Corrupción llevó a cabo un operativo de gran calado en el que resultaron detenidos algunos ciudadanos que desempeñaban altos cargos en el Poder Judicial, la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas, un alcalde y un diputado de la Asamblea Nacional. Como trasfondo de la operación está el robo de alrededor de 3.000 millones de dólares. Además de la importancia que en sí mismo reviste este operativo contra la corrupción en un país asediado y bloqueado como Venezuela, es oportuno resaltar las palabras del presidente Maduro:

“Un verdadero revolucionario lo caracteriza la sensibilidad, el humanismo y, sobre todo, la honestidad. Hoy más que nunca nuestro accionar debe estar guiado por la espiritualidad. ¡Ética y moral en alto! ¡Derrotemos los antivalores!”

No es un secreto que la corrupción es consustancial al capitalismo. Como señala Marlon Reyes, es un fenómeno que se remonta a sus propios inicios: “…el pillaje, robo, despojo y el fraude fueron las prácticas de las que se valió la emergente clase burguesa para obtener los medios y recursos necesarios para el establecimiento y desarrollo del capitalismo”. Mas adelante agrega lo siguiente: “[c]omo ideología hegemónica, el individualismo […] juega un rol primordial y da sustento al régimen imperante. Incita al sujeto a la búsqueda de riqueza, tenga o no tenga bienes. Simultáneamente la búsqueda de esa riqueza se hará siempre por todos los medios, sean legales o ilegales”.

De allí el llamado del presidente Maduro a derrotar los antivalores que nacen y se desarrollan con el capitalismo. Derrotar los antivalores con educación. «Moral y luces», dijo el Padre de la Patria. Pero también con la construcción de una alternativa socialista al capitalismo, que genere nuevas relaciones sociales de producción y nuevos valores. Con sustento en la sensibilidad, el humanismo y la honestidad de las que habla el presidente Maduro. Una alternativa viva y fuerte como la democracia venezolana, en la que los entes, órganos y ramas del Poder Público funcionen y hagan lo que les corresponde de acuerdo con el mandato constitucional para garantizar la protección del pueblo y el ejercicio de la soberanía popular.

Por otra parte, desde ciertos espacios se viene imponiendo la tesis según la cual la corrupción constituye una violación de los derechos humanos. La corrupción sustrae recursos al Estado e impacta directamente la producción de bienes y la prestación de servicios vinculados al ejercicio de los derechos humanos. En medio de un brutal bloqueo, con más de 920 medidas coercitivas unilaterales en contra de Venezuela, el robo de más de 3.000 millones de dólares no puede ser calificado de otra manera que un crimen de lesa patria y lesa humanidad.  

Desde el Centro Internacional Miranda apoyamos la lucha del presidente Maduro y el Gobierno Bolivariano contra todas las formas en las que se manifiesta la corrupción. La Revolución Bolivariana es socialista y por tanto ética.

Fuente: CENTRO INTERNACIONAL MIRANDA

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