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#Argentina #MadresDePlazaDeMayo #HebeDeBonafiniHastaLaVictoriaSiempre

Por Leonardo Parrini
Cuando Máximo Gorki escribió su novela La Madre, lo hizo pensando en los millones de madres del mundo que cada día se entregan a la lucha cotidiana por la vida. Una vida que no admite dignidad sin justicia, ni resistencia sin lucha. Si bien madre no hay una sola, porque la vida asignó diversos roles a la maternidad obrera, intelectual, doméstica o adolescente, la simultaneidad de la mujer la convierte en protagonista de múltiples batallas.

En la novela del autor ruso, Pelagia es la madre de Pavel que asume la lucha social de su hijo. En el transcurso de la historia, se aprecia el cambio de su actitud hacia la actividad política del vástago. En un primer momento, su reacción es de rechazo que tiene origen en el miedo que ha venido arrastrando a lo largo de su vida. Sin embargo, poco a poco se va involucrando en la actividad de su hijo con sus compañeros de partido, a los cuales acaba tratando y considerando como si fueran sus propios hijos

La vida y muerte de Hebe de Bonafini, líder de la asociación argentina Madres de la Plaza de Mayo, recuerda el personaje de la novela de Dostoievski, madre que consagró su vida a la búsqueda de sus hijos junto a otras madres que perdieron a los suyos, desaparecidos, torturados o asesinados por la dictadura argentina de los años setenta. La militante argentina brindó su existencia a una lucha inclaudicable en contra del régimen militar que asoló Argentina entre los años 1976 y 1983, convirtiéndose en un símbolo de la defensa de los derechos humanos en el mundo.


La líder revolucionaria muere a los 93 años en Buenos Aires, luego de una larga estadía hospitalizada por el agravamiento de una enfermedad crónica. Detrás suyo deja una estela de incansable brega por la justicia en su país, en el caso de la desaparición, tortura y muerte de cientos de jóvenes que enfrentaron a la dictadura castrense de Jorge Videla. Dos hijos de Bonafini, Jorge Omar (1950) y Raúl Alfredo (1953), desaparecieron durante los primeros actos represivos de la dictadura, lo que llevó a Hebe y a otras decenas de madres a movilizarse hasta Buenos Aires en búsqueda de sus seres queridos.

La líder de las madres de la Plaza de Mayo había declarado hace unos pocos días: “Necesito la plaza para curarme, los necesito a ustedes para mejorarme”. Sus palabras se oyeron en la que sería la última de sus rondas en la plaza. Hoy, en el mismo lugar, los restos mortales de Hebe de Bonafini vigilarán la espera de las madres dolientes que, sin espacio ni tiempo, buscan respuesta sobre el paradero de sus hijos y nietos asesinados por una de las más brutales dictaduras del cono sur. No habrá paz en su tumba mientras no se haga justicia en su patria y se conozca el paradero de sus hijos.

Leonardo Parrini: Periodista. Fotógrafo. Director-Editor de la revista digital La palabrabierta. Colaborador de las revistas Rocinante y Babieca (Campaña de Lectura Eugenio Espejo). Conductor del programa La Oreja Libertaria, Radio Pichincha 95.3 FM. Autor de los libros La hora del lobo (2000), Decapitar a la Gorgona: ¿la corrupción, una moral de la crisis? (2001), Eva sin paraíso (2003), Diálogo comunitario en democracia (2013), Égüez. La memoria insumisa(2016), Escritos en clave morse (2018), Retrato Íntegro, testimonio vital (2019), El canto de todos (2022). Ha colaborado en Revista Diners como comentarista de obras literarias. Artículo cortesía revista La palabra abierta.

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