La Historia les pasará factura, no lo duden.

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Por Arthur González.

El 28 de noviembre 2019, dejaron sus nombres grabados para la historia 382 europarlamentarios, como prueba de sumisión total a Estados Unidos, al dar su voto a favor de una resolución contra Cuba redactada con palabras y conceptos idénticos a los que enarbolan los yanquis, en su añeja y fracasada política que en 60 años no ha podido destruir a la Revolución.
La actual cruzada mediática orquestada desde Washington, persigue el objetivo de romper el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación entre la Unión Europea y Cuba, aplicado provisionalmente desde el 1 de noviembre de 2017, después del rotundo fracaso de la Posición Común suscrita en 1997, que pretendía ahogar la economía de la Isla.


A pesar de eso, Cuba salió victoriosa pero ahora los yanquis buscan desesperadamente otras fórmulas para arreciar su despiadada guerra económica, comercial y financiera que dura ya 60 años y para lograrlo utilizan la presión política, el chantaje económico y cuantos métodos sucios existen. De ahí las acciones ejecutadas por el Parlamento Europeo, encabezada por una sus piezas, la Vicepresidenta del Parlamento Europeo encargada de América Latina, Dita Charanzová, quien presentó la resolución injerencista contra el gobierno cubano.


El pretexto actual es la detención del asalariado de Estados Unidos, José Daniel Ferrer, fabricado y financiado para ejecutar actos provocativos y violentos contra la Revolución cubana, explicados por él ante las cámaras de la TV de Miami y en múltiples entrevistas con la prensa extranjera.
Es público y notorio que Ferrer recibe un financiamiento constante desde Estados Unidos y también entrenamiento en métodos subversivos durante sus frecuentes visitas a Miami, algo que no permiten yanquis contra su país.


Los 382 europarlamentarios deberían explicarles a sus hijos como se dejaron presionar por diplomáticos yanquis, para que dieran su voto a favor de una espuria resolución cargada de mentiras, fabricadas por la CIA y el Departamento de Estado.


Según la resolución de marras, José Daniel Ferrer fue detenido “arbitrariamente”, ocultando que fue denunciado por ciudadanos que sufrieron víctimas de secuestro y brutales golpizas propinadas por Ferrer y dos de sus secuaces.


Prueba de que es un peón de Estados Unidos para sus acciones hostiles contra la Revolución, son las continuas visitas que le hace la Encargada de Negocios yanqui a su vivienda, en la oriental provincia de Santiago de Cuba, lo que constituye una total violación de la Convención de Viena 1961, por su injerencia en los asuntos internos cubanos.


La vinculación de Ferrer con la repudiable Fundación Nacional Cubano Americana, engendro creado por la CIA para sus acciones subversivas e incluso terroristas contra Cuba, prueban los intereses que tiene Estados Unidos con ese asalariado.


El teatro mediático construido sobre su detención, las falsas torturas, su inventada huelga de hambre y la falta de comunicación con sus familiares, fueron desbaratados con las imágenes expuesta por la TV cubana el 27 de noviembre 2019, donde además se comprueba que Ferrer posee una personalidad con notables complejidades, violento, egocéntrico y emplea mecanismos mafiosos en su conducta cotidiana, a fin de imponerse por la fuerza y la amenaza.


Ante esas imágenes, los 382 eurodiputados tendrán que aclarar a quienes los eligieron, cómo fueron capaces de aprobar una resolución preñada de mentiras, a favor de un delincuente.


La manipulación del inconsciente colectivo es cotidiana en la actuación del gobierno norteamericano, algo que se pone de manifiesto por estos días en que el presidente Donald Trump, es investigado por emplear métodos de chantaje sobre el presidente de Ucrania.


Cuba tiene el record histórico de resistir la guerra económica, comercial, financiera y biológica más larga de la historia humana, por parte del país que ahora le reclama derechos humanos.


¿No sabrán los europarlamentarios de los asesinatos, torturas, detenciones arbitrarias y desapariciones que ejecuta Estados Unidos en sus intervenciones durante sus guerras injustificadas?


¿Por qué acusan a Cuba por la detención, bajo todos los preceptos legales, de Ferrer y no sancionan a Ecuador, Bolivia, Chile y Colombia, por las salvajes arremetidas contras cientos de miles de ciudadanos que piden mejoras de vida, sin ser financiados por gobierno alguno?


¿Un detenido, asalariado de los yanquis, será más importante que los miles que hoy sufren la represión en Chile, heridos por balas de goma y ciegos de por vida en plena juventud?  Ellos si se merecen una resolución que le exija al presidente chileno el cese de la represión contra millones, que solo piden ser escuchados.


Qué opinan los 382 eurodiputados que votaron contra Cuba, del golpe militar gestado por la CIA en Bolivia, para derrocar a un presidente electo constitucionalmente, solo por tener ideas de izquierda no aceptadas por Washington.


¿Y para la detención arbitraria, mezquina y mañosa contra Luis Ignacio Lula en Brasil, no hay voluntad de proponer una declaración condenatoria?
El parlamento europeo jamás propuso, ni aprobó, una resolución exigiéndole al gobierno de los Estados Unidos, que pusiera en libertad al preso más antiguo del continente, el independentista puertorriqueño Óscar López Rivera, quien sufrió 34 años en cárceles norteamericanas, de ellos 13 años en celdas de aislamiento sin derecho a nada, solo hablar de independencia y libertad para su patria, Puerto Rico, algo muy diferente a lo que hace José Daniel Ferrer.


Ferrer conoce perfectamente que su detención responde a la acusación legal formulada en su contra. No fue secuestrado en medio de la noche, la policía lo buscó en su vivienda y salió públicamente sin golpizas ni malos tratos, como muestran las evidencias televisadas.


En la cárcel sí sostiene contactos con su esposa e hijos, quienes le suministran alimentos y otros productos. Si estuviese tan aislado no hubiese podido enviar una carta “clandestina” a la familia, como quieren hacerle creer a los incautos.


Al igual que cualquier detenido, debe cumplir los plazos del proceso de instrucción policial, algo común en el mundo, muy diferente a los chilenos, ecuatorianos, colombianos y bolivianos que permanecen detenidos sin estar acusados legalmente, sus familiares desconocen sus paraderos y por tanto no se pueden comunicar con ellos.


En Cuba no se lanzan gases lacrimógenos, potentes chorros de agua fría y menos se disparan balas de goma o granadas con efectos de luz y sonido para dispersar manifestaciones, el pueblo cubano apoya mayoritariamente al socialismo y sabe perfectamente que las penurias económicas son causadas por Estados Unidos.


La resolución del Parlamento Europeo está cargada de las mismas mentiras que históricamente Estados Unidos fabrica para demonizar a la Revolución cubana, incluso repite frases para desacreditar a Cuba expresadas por el presidente Barack Obama en diciembre de 2014, cuando al anunciar el restablecimiento de relaciones diplomáticas dijo:
“Estados Unidos consideran que ningún cubano debe ser víctima de acoso, arresto o golpizas, solo por ejercer el derecho universal de hacer que su voz se escuche. Continuaremos apoyando a la sociedad civil allí”.


Las mentiras son la base de la política exterior de Estados Unidos, algo bien conocido, incluso recientemente Mike Pompeo, ex director de la CIA y actual Secretario de Estado, reconoció como en la Agencia de Inteligencia se enseña a mentir para alcanzar objetivos.


Cuba paga ese precio para mantener su independencia y soberanía, frente a los Estados Unidos que siempre soñaron apoderarse de ella, pero en 60 años la verdad siempre ha salido a flote.


La contrarrevolución fue creada por Estados Unidos desde los primeros meses de 1959 y así consta en el plan de la CIA del 17 de marzo de 1960, que afirma:
“El primer requisito es crear una oposición cubana responsable, atractiva y unificada contra el régimen de Castro, que se declare públicamente como tal…”


Pero al nacer sobre intereses financieros carentes de ideología, los mismos diplomáticos yanquis en La Habana, informan en cables secretos:
“Vemos poca evidencia de que las organizaciones disidentes tengan mucho impacto en los cubanos de a pie… más bien dirigen sus mayores esfuerzos a obtener recursos suficientes para solventar las necesidades del día a día de los principales organizadores y sus seguidores…”


Por tanto, resulta importante guardar bien el nombre de los 382 europarlamentarios que se dejaron presionar por los yanquis, porque más temprano que tarde la historia les pasará factura, pues como afirmó José Martí:
“La vil mentira es la forma fatal del pudor”