El caso Saca o el ocultamiento del saqueo cometido por los gobiernos de Arena

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Los actos de corrupción en Arena son innumerables, desde su fundación en 1981, hasta la actualidad se han manejado de la manera más sucia posible. Saca ha destapado solamente una parte de los actos vandálicos que durante mucho tiempo realiza la dirigencia de ese partido.

No se trata de repetir uno a uno los actos de corrupción, basta con plantear que durante la administración arenera, los índices económicos y sociales cayeron o se estancaron significativamente. Los derechos y las conquistas sociales fueron suprimidas una a una, con lo que los trabajadores fueron perdiendo calidad de vida.

El neoliberalismo radical que se impuso en El Salvador desde 1989 provocó la precarización de la vida para las grandes mayorías, mientras que produjo el incremento de la riqueza para los sectores económicamente poderosos. Los programas de ajuste y estabilización implementados por Cristiani, Calderón Sol, Flores y Saca generaron la mayor concentración de la riqueza desde el siglo XIX.

La utilización de los recursos del Estado hicieron que las arcas del partido Arena mantuvieran una fuente de financiamiento casi inagotable. Con ello, se financiaron como mínimo las campañas de Calderón Sol, Flores y Saca; millones de dólares invertidos en propaganda para colocar la imagen de los futuros presidentes, fue una de las tácticas que utilizó la derecha por más de 20 años.

El “caso Saca” representa el mismo esquema utilizado por sus antecesores en su accionar. Pero esta vez Saca se convierte en un chivo expiatorio de todo lo hecho por Arena en sus años de gobierno, puesto que es más fácil sacrificarlo por no pertenecer al partido, lo que se convierte en una venganza contra él, por haber dividido al partido y provocado la derrota en las elecciones 2009.

Antonio Saca sabe más de lo que dijo, pero como sucede en las estructuras de la mafia esto le podría costar, por lo que este acuerdo de auto incriminarse le permite lavarle la cara al partido Arena. La gente no se deja engañar con el actuar de la dirigencia de este partido, que inmediatamente montó una estrategia mediática de desvinculación con ese hecho de corrupción, tratando de desinformar a la población para hacer creer que la corrupción de Saca no tiene nada que ver con la vida del partido ARENA, sino con el partido GANA o con el frustrado movimiento “Unidad”, con el cual Saca compitió en las presidenciales de 2014.

Vale recordar que, irónicamente, el movimiento “Unidad” lo integraron el partido GANA, PCN y PDC, y que los últimos dos, hoy integran la coalición de derecha que encabeza el partido ARENA con su candidato Carlos Calleja, lo cual deja claro que el partido ARENA trata de lavarse las manos con el propósito de eludir ante la opinión pública que fue el destinatario de millones de dólares robados por Saca.

Tampoco la población salvadoreña pasa desapercibido el papel de la Fiscalía, puesto que no olvida que el Fiscal Meléndez descartó el caso de Flores y se enfocó en el de Saca con la intención de no salpicar al partido Arena y eso es lo que parece que se acordó al indicar que el ex-presidente estará en la cárcel solo cinco años y devolverá $25 millones de los $300 que había robado; es claro que Saca se ha limitado a dar más información de su entorno puesto que es curioso que funcionarios que hoy están en Arena no son acusados por estos delitos, incluyendo a la vice presidenta Ana Vilma de Escobar, otros funcionarios y empresas salpicadas con su corrupción.

En la actualidad, Calleja que se presenta como la renovación en Arena actúa como los  anteriores candidatos areneros,  hablando en un tono conciliador, que trabajará para los pobres y que echará adelante al país, pero precisamente ese es el discurso para llegar a la presidencia, aunque todos conocen de qué grupo social proviene y a quién representa. Calleja y Arena no pueden desaparecer el pasado oscuro de un partido al servicio del gran capital. Hoy se sabe parte de la verdad, pero se oculta la oscura trama, no hay duda de que en caso llegaran nuevamente al gobierno, los areneros activarían esta estructura y esta vez tratarían de ser más limpios en la ejecución para seguir robando y quedar impunes.

Por lo tanto, esta confesión, que fue el colmo para ellos, evidencia que los dirigentes areneros por más que pretendan confundir con su hipocresía y cinismo a la población, no podrán ocultar la perversidad de su partido y gobiernos,  que durante dos décadas robaron los recursos del Estado, dejando sin salud, educación, vivienda, empleo y seguridad a los salvadoreños.

Por más que sus medios de comunicación, columnistas y Fiscal General intenten desvincular el “caso Saca” del partido ARENA, presentándolo como un partido diferente y renovado; responsabilizando de tal corrupción a otros partidos políticos o personajes públicos; o haciendo creer que la corrupción no tiene que ver con partidos sino con personas, no podrán dar gato por liebre al pueblo salvadoreño.