“EL CENTRO POLÍTICO ¡NO EXISTE!“

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EL CENTRO POLÍTICO ¡NO EXISTE!“

El gobierno de los Estados Unidos sigue apostando a su esquema de centro, según el cual la izquierda revolucionaria, en este caso el FMLN, debe ser uno de los «adornos» políticos en el extremo izquierdo de ese esquema, que junto al otro adorno, el del extremo derecho del esquema, se necesitan para que el centro funcione como una especie de abanico oscilando desde el centroderecha al centroizquierday al revés.  [1]

En otras palabras, los norteamericanos apuestan a que de las elecciones el FMLN surja derrotado y debilitado de manera que no le quede opción más que el de convertirse en uno de aquellos adornos sin posibilidad alguna de influir para nada en las decisiones sobre las cuestiones importantes de la vida nacional.

El FMLN desde ya tiene que mostrarles a los norteamericanos que esa idea estratégica suya no tiene futuro y que contrariamente el FMLN constituye una fuerza política a tener en cuenta para la estabilidad, la democracia y el desarrollo en el país. Aun en el caso hipotético en que el bloque electoral de fuerzas del cual el FMLN formara parte no llegara a triunfar, nosotros debemos asegurar surgirde las elecciones con el peso político y social suficiente para quese nos tenga en cuenta. [2]

Ellos parten de que el pueblo salvadoreño esconservador. Antes decían que se necesitaba un centro derecha.  Ahora hablan de un centro izquierda. Con el FMLN no se puede, dicen ellos, porque es un partido radical: no es creíble para el gran capital. Por eso quieren formar una tercera vía. Yo opino que esto no funcionaría. La gente no va a creer en un candidato «moderado», «viable».

Eso explica la suerte que han corrido los partidos que se proclamaron centristas, incluyendo el Partido Demócrata Cristiano. ¡Y a dónde han venido a parar! Este es un país de grandes polarizaciones sociales. A la gente se le puede engañar durante un tiempo, pero no siempre. Se le puede asustar, pero luego le pasa el susto y empieza a razonar.

Joaquín Villalobos tomó la decisión de crear un nuevo partido, el Partido Demócrata (PD). En el documento El Mercado, Villalobos argumentó que la izquierda ignoraba la importancia determinante del mercado. Era un planteamiento neoliberal, pero él lo hacía como si estuviera descubriendo el agua azucarada. Su nuevo partido fue el producto de la ideología política que priorizaba la economía social de mercado.

Frente a todas las cosas que dice Joaquín rara vez he contestado algo. No quiero prestarme para desprestigiar esa gran guerra heroica del pueblo salvadoreño. No me gusta que se manosee, ni se ensucie con todas estas cosas. Este sujeto sigue activo y miente a la gente, pero ya es hora de poner las cosas en su lugar. Alardea ser un gran analista, pero ¡los análisis nunca le salen! Primero dijo que el PD iba a ser la maravilla, y nada. Después elogió a Rubén Zamora, vino a San Salvador e hizo declaraciones de que el futuro de El Salvador estaba en el centro y que el líder natural era Rubén Zamora, un hombre de gran talento, olvidando todas las cosas que durante la guerra él mismo decía en la Comandancia General contra Rubén. Tampoco acertó. Cuando Rubén Zamora fue por segunda vez candidato presidencial, obtuvo nada más un 15%. [3]

A propósito de esto quiero hacer una reflexión. Ese no es el único proyecto de centro que ha existido en el país y ninguno se ha consolidado. En estas últimas elecciones  se quiso interpretar que el resultado obtenido fue por mi candidatura y que si hubiera habido una candidatura moderada, habría sido potable, «viable» en el lenguaje de Joaquín. Pero si uno mira la trayectoria de los resultados electorales desde 1994 –cuando el FMLN participó por primera en elecciones–, hasta hoy, siempre hemos ido creciendo, excepto cuando postulamos a Facundo Guardado en 1999.  Con él tuvimos una caída. Un año después en las elecciones de diputados y alcaldes volvimos a subir. Por primera vez sacamos treinta y un diputados y ochenta y dos alcaldías. Crecimos en número de votos. En la elección presidencial de 2004 otra vez subimos: los votos obtenidos fueron más que la suma de los ganados en las elecciones presidenciales de 1994 y 1999.

Si vamos a tener algún respeto por las estadísticas y el análisis político con un mínimo de objetividad, la constante es la siguiente: el FMLN crece y acumula si está dirigido por una orientación revolucionaria de izquierda; decrece cuando se trata de enmascarar, como pasó con Facundo Guardado, quien cambió todo el programa. Volvimos a crecer el año siguiente cuando el partido rectificó e hicimos una campaña claramente de izquierda opuesta al modelo neoliberal. Esa es una constante que se ha establecido en nuestro país y que debe ser tomada en cuenta. El programa que nosotros presentamos se basaba en el respeto de la Constitución. Sin embargo, la derecha hizo de todo para impedir que llegáramos al Ejecutivo, ellos no quieren alternabilidad, ni que llegue la izquierda al poder con cualquier nombre que sea.

En cuanto a Joaquín Villalobos, hasta sus compañeros más cercanos terminaron peleándose. Se apartaron de él, formaron el Partido Social Demócrata y corrieron la misma suerte. En la campaña de 2004, Jonás, siendo socialdemócrata, planteó que quería acercarse al FMLN. Lo aceptamos y fue nuestro aliado. Juan Ramón Medrano y Ana Guadalupe, que seguían fieles a Joaquín, decidieron entrar en el Partido Demócrata Cristiano tras un entendimientocon Rodolfo Parker. Ana Guadalupe hasta formó parte de la Comisión Política del PDC, en la apuesta de que este partido desnaturalizado sería un proyecto nuevo. Se juntaron con el Centro Democrático Unido (CDU), trataron de disputar el centro y fueron a parar a otro lado.

Cuando se dio el proceso de separación de Facundo del FMLN, hubo quienes preguntaban si la causa era similar a la de Joaquín Villalobos. La esencia de su separación del FMLN era del mismo tipo. Nada más que los alegatos ocurrieron en otra coyuntura e incluyeron elementos que no estaban presentes en la anterior, pero la argumentación fue la misma.”

[1]    Según ese esquema de centro, el grupo de fuerzas políticas de centro derecha y otro grupo de partidos del centro izquierda, se alternarían en el gobierno durante un largo período de más de cincuenta años, y los «extremos» al lado izquierdo y derecho actuarían como verdaderos adornos «bonsái» sin constituirse en amenaza política alguna a las fuerzas o bloques de centro.

[2]    Esto fue lo que efectivamente ocurrió en las elecciones generales de marzo de 1994.

[3]    Candidato por parte del partido Centro Democrático Unificado (CDU).

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