Por Licenciada Norma Guevara de Ramirios
La fama del Presidente Bukele Ortez, llega lejos, se convierte en objeto de reportaje de cadenas internacionales, algunos de ellos con ironía y burla; eso puede dar la sensación de estar presente en todas partes y a toda hora; puede llegarse a creer que es la nueva forma del calor humano, pero la realidad cotidiana indica lo contrario, la ausencia de soluciones y poco a poco, más rápido que tarde, la ausencia real será la base para el juicio popular.
La presencia para miles de amenazados de despido que han sufrido maltrato, será duradera en la vida de cada familia, no solo de las que han vivido el escarnio de ver sus nombres en twitter; sino de la mayoría a la que se le maltrata y despide ignorando su derecho a la estabilidad laboral, al debido proceso, a la protección de sus datos personales y al honor, que en las dos primeras semanas ya suman miles.
Los que se hicieron la idea de un gabinete de personas con prestigio y paritario entre hombres y mujeres, seguirán esperando; los seguidores que incluso insinuaron que esperaban el ministerio de justicia o el de educación, y los que solo lo comentaron en sus círculos cercanos, sin que su deseo se le cumpliera aún, esos seguirán esperando la llamada telefónica, o el twitter de otros despidos que dejen un espacio donde talvez les nombren a ellos y ellas. Que rara forma de estar presente, omnipresente.
Pero los que esperaban becas para sus hijos por ser veteranos de guerra, pensión de 300 dólares, los policías que esperaban su salario de mil dólares, los maestros que esperaban aumentos, los cientos de miles que escucharon con esperanza no se privatizaría el agua; los que creyeron que las pensiones aumentarían o se cambiaría el sistema de pensiones; en todo eso la omnipresencia mediática se convierte en vacío, en nada, en ausencia.
Omnipresencia como incertidumbre; mentiras, ocultamiento. El presidente por medio de su ministro de hacienda pide suprimir 700 plazas de Casa Presidencial, pero en la petición no dice cuales plazas, son innombrables, crea plazas similares a las que suprime y a quienes les dijo se trasladarían a otros ministerios, para cumplir funciones de las secretarías suprimidas les engañó porque en la iniciativa no hay traslado de plazas.
El niño no estaba enfermo, como dijo el 1 de junio en su discurso el presidente, al niño se le está dando medicina vencida y se le está enfermando. Los mensajes en las redes sociales son parte de la realidad de hoy, pero no suplen la realidad objetiva, la incapacidad para plantear y ejecutar la soluciones a los problemas reales de inseguridad y demanda de trabajo.
Inventar un ataque al FMLN acusándole, de estar tras asesinatos de policía es lo más bajo y le sirve para su incapacidad, porque la complejidad del problema de inseguridad requiere voluntad, talento dedicación y no se resuelve de la noche a la mañana con un tuit. Aunque repita la mentira un millón de veces, no puede ocultar la ausencia de soluciones como las que prometió en campaña, y cada vez que señalaba la existencia de un lamentable homicidio.
Ya es hora Presidente de hacerse presente en la vida nacional real, y atender siquiera uno solo de los problemas más serios que vivimos como país; de hacerlo mirando la realidad y acudiendo como debe ser, a todos los actores que de una u otra forma pueden y podemos ayudar a nuestro pueblo.
El circo puede lograrle aplausos de sus seguidores, pero jamás le producirá soluciones a los problemas que requieren la interacción de todas las instituciones y la sociedad salvadoreña, el camino de seguir la persecución política y la calumnia al FMLN y a exfuncionarios que sin ser militantes de nuestro partido, le sirvieron al país en el gobierno anterior, lo seguirá llevando al ridículo una y otra vez señalado en sus anuncios originados en el resentimiento, el odio y afanes perversos de destruir adversarios.
Sepa además que en el caso del FMLN, sabemos que es ser oposición política, sabemos lo que fue la persecución política y somos una fuerza con institucionalidad y dignidad, somos leales al pueblo y a nuestros principios de manera, que en vez de dedicarse a perseguirnos con el fin de destruirnos, le es más conveniente que se dedique a gobernar para bien del pueblo.
En vez de perseguir como gloria la omnipresencia en las redes, le vendría mejor evitar su ausencia en la solución de problemas reales de nuestra sociedad, que aunque avanzó mucho en los últimos años, necesita más y es de justicia avanzar, en vez de retroceder como el cangrejo.
Fuente: Diario Co Latino