En un planeta donde las grandes potencias y otros países gastan toneladas de dinero para fabricar armas cada vez más mortíferas, miles de salvadoreños con el programa del gobierno consagraron su tiempo a potenciar la más noble y poderosa de todas: el conocimiento.
Para entender la humanista dimensión de alfabetizar, que el Presidente calificó de un acto de amor y solidaridad, el testimonio de Martica Alicia Ortiz es confirmador.
Ortiz, con un dinamismo y alegría impactante para sus 74 años, y a quien la conductora del acto describió como una mujer emprendedora, es una de las alfabetizadas en San Salvador.
“Ahora puedo leer los mensajes en el teléfono”, dijo a una multitud reunida en la Plaza Cívica General Gerardo Barrios para participar en el histórico acontecimiento la mañana de este sábado 8 de septiembre.
La afirmación desató una ola de aplausos y expresiones de admiración y respeto entre los centenares de personas, la mayoría jóvenes alfabetizadores y promotores del Programa Nacional de Alfabetización.
La señora Ortiz fue una de las escogidas para compartir la tribuna con el Presidente Sánchez Cerén y el resto de las autoridades del gobierno y la alcaldía.
Cuando fue invitada a hablar, como un político experimentado, sacó de una de las bolsas de su vestido un papel blanco y comenzó a leer unas frases que escribió a mano y en grandes trazos, como demostración de los conocimientos adquiridos.
“Estoy feliz porque aprendí a leer y escribir”, afirmó con energía.
Al verla con esa fuerza, salta la pregunta de por qué tuvo que esperar 70 años para entender las letras y los números.
Para don Rafael Chinchilla, de Ciudad Arce, fue mucho más: un siglo y a sus 105 años es el alfabetizado más longevo de esta victoriosa campaña, destacó el Presidente Sánchez Cerén.
“El programa Nacional de Alfabetización ha transformado la vida de miles de salvadoreños y salvadoreñas”, agregó el mandatario, quien recordó que cuando inició esta campaña en el 2009, cuando era vicepresidente y ministro ad honorem de Educación, estaba convencido que era una tarea impostergable y posible.
“Un pueblo alfabetizado es una base sólida para el desarrollo del país, mejora la calidad de vida de las familias, contribuye a disminuir la pobreza, y sobre todo, es un acto que dignifica al ser humano”, expresó.
“Por ello nuestro gobierno implementa políticas públicas que garantizan de manera efectiva el acceso universal y gratuito a una educación de calidad para todas y todos”, agregó el mandatario.
Ese acto de justicia del gobierno garantiza que niños y niñas de hoy no sean los analfabetos del futuro.
El mandatario agradeció a los más de 50 mil jóvenes voluntarios que han alfabetizado, a los promotores, el equipo del Ministerio de Educación, a las universidades, iglesias, empresas y otras instituciones, así como a la cooperación internacional por su apoyo a la alfabetización.
Manifestó su gratitud también al pueblo y gobierno de Cuba, a la brigada de colaboradores de esa nación, que desde el inicio contribuyó a esta tarea y aportó el método Yo sí Puedo, reconocido por la UNESCO y aplicado con éxito en otros países del mundo.
Subrayó que gracias al esfuerzo de todos, “nos llena de orgullo y satisfacción declarar a nuestra capital libre de analfabetismo”.
“Lo hacemos con la convicción de que estamos cumpliendo uno de los sueños de justicia social por los que entregó su vida nuestro obispo mártir Beato Monseñor Romero, quien dentro de pocos días será canonizado en el Vaticano por el papa Francisco”, subrayó el presidente Sánchez Cerén.