Gobierno salvadoreño lanza política de salud para pueblos originario.
Destacó que esta estrategia ampliará el acceso a servicios de salud integrales y de calidad, sin costos económicos, con un enfoque intercultural que fusiona y reconoce el saber ancestral, curativo y preventivo de los pueblos indígenas.
La ministra salvadoreña de Salud, Violeta Menjívar, precisó que esta política nació de una amplia consulta técnica con personal de diversas instituciones de gobierno y representantes de las comunidades aborígenes.
Menjívar resaltó que esta política rompe con décadas de exclusión, y demuestra el compromiso del actual gobierno con los derechos de las comunidades originarias, marginadas por anteriores administraciones.
De hecho, la semana pasada Sánchez Cerén vetó unas reformas parlamentarias que propiciaban la intervención de bienes culturales de El Salvador sin autorización previa de las instituciones patrimoniales.
El detonante fue el inicio de un proyecto urbanístico que destruiría el sitio arqueológico Tacuscalco, en Sonsonate, emprendido por la constructora Fénix sin los permisos de los ministerios de Cultura y Medio Ambiente.
Ya el sitial prehispánico sufrió daños irreparables, pese a las protestas de organizaciones de la sociedad civil y habitantes del lugar, cuyo reclamo fue escuchado por el jefe de Estado.
Hace apenas cuatro años los pueblos indígenas fueron constitucionalmente reconocidos aquí, y la Ley de Cultura aprobada en 2016 definía políticas para defender su identidad étnica, cosmovisión, valores y espiritualidad.
El artículo 21 de dicha normativa establece que todas las etnias, pueblos y comunidades tienen derecho a la protección de sus bienes y expresiones culturales y artísticas, y a la salvaguarda de sus saberes ancestrales.
Al respecto, el ministerio de Cultura convocó a unas mesas de trabajo para conocer, analizar y hacer propuestas sobre la Política Pública y el Plan Nacional de Pueblos Indígenas de El Salvador.
Dicha estrategia promueve el desarrollo socio-económico y cultural de los pueblos originarios, la gestión estatal y la sostenibilidad medioambiental, para mejorar su calidad de vida, en sintonía con su visión del mundo.
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