Gaza: el nuevo Gueto de Varsovia. Genocidio en el siglo 21

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Por: Jorge I. González

En días recientes hemos visto en los medios de comunicación y en las redes sociales, una gran cantidad de imágenes dantescas sobre la sistemática destrucción de la palestina franja de Gaza, calle a calle, casa a casa, por parte de la aviación del estado de Israel. 

Al momento de escribirse el presente artículo y de acuerdo a declaraciones del propio ejército israelí, han sido lanzadas más de 10,000 bombas sobre el pequeño territorio de la franja de Gaza, durante siete días sin interrupción desde el 8 de octubre. Una situación declarada por las Naciones Unidas como una “catástrofe humanitaria sin precedentes.”

El domingo 15 de octubre, en lo que ha sido el día más sangriento de la oleada de bombardeos aéreos murieron más de 300 palestinos y palestinas. La cifra global de mortandad en el campo palestino se eleva a más de 2700 fallecidos. La más abultada y sangrienta cifra de muertes palestinas en Gaza en el marco de los diversos raids de bombardeos aéreos practicados por Israel contra Gaza, desde 2008.  

Más de 600,000 habitantes gazatíes se han visto obligados en días recientes a huir de sus hogares dentro de la franja producto de la advertencia de destrucción desde el aire por parte del ejecutivo de Israel. Heridos y muertos en las calles. Hospitales y escuelas abarrotados de refugiados bajo peligro de bombardeo como ha sucedido en años anteriores. La exigencia israelí para desplazar el Hospital de Gaza ha sido considerado por la Organización Mundial de la Salud, OMS, como “sentencia de muerte” para los hospitalizados. 

Hay que tener presente que la franja de Gaza es una delgada banda de tierra colindante con el Mar Mediterráneo y fronteriza con Egipto. Posee una extensión territorial de tan solo algo más de 50 kilómetros de largo y entre 6 y 12 kilómetros de ancho. En ella viven más de dos millones de palestinos y palestinas, razón por la cual es una de las zonas más densamente pobladas del mundo. 

La principal ciudad de la franja lleva el mismo nombre, Ciudad de Gaza y está ubicada en la zona norte de la franja. En la Ciudad de Gaza viven más de 600,000 palestinos y palestinas, de forma mucho más densa que en otras áreas de la franja y es esa ciudad precisamente y bajo esas circunstancias, el epicentro del incesante bombardeo aéreo, terrestre y naval, israelí. La franja de Gaza ha atravesado varios momentos de confrontación militar de intensidad con Israel, en 2008, 2012, 2014 y 2023. 

En esos años, los bombardeos israelíes contra la franja han sid indiscriminados, provocando un alto número de víctimas civiles, especialmente, mujeres, niños y niñas en cantidades elevadas. Dichos bombardeos, aunados al bloqueo cada vez más agudo ejercido por el estado de Israel, han dañando con el paso de los años a toda la infra estructura económica y de servicios, incidiendo en la tasa de desempleo y dificultades graves para la satisfacción de las necesidades básicas de la población.

La población palestina de los territorios de Gaza y Cisjordania, las dos grandes zonas de concentración de población palestina, se encuentra desde 1948 sometidas a una situación de férreo colonialismo étnico racista, religioso sectario y de opresión nacional, por parte del Estado de Israel, en franca contravención de las resoluciones de las Naciones Unidas, de los años 1948 y 1967.  

Estas resoluciones ordenan el repliegue de las fuerzas militares de ocupación israelí hacia aquellas zonas designadas originalmente para la conformación del Estado de Israel, cuya existencia sería paralela al Estado de mayoría musulmana, llamado Palestina. 

Desde finales de los años 80 y comienzos de la década de los 90 del siglo pasado, las principales autoridades palestinas reconocidas por la comunidad internacional, aceptaron la existencia de ambos estados, sin embargo, desde aquellos años y de manera metódica, el Estado de Israel ha impedido la conformación de un Estado independiente palestino en las zonas de Gaza y Cisjordania.  

La Franja de Gaza ha sido históricamente la más castigada por las acciones militares del Estado de Israel en sus intentos por socavar el movimiento de la resistencia palestina contra la ocupación de los territorios originalmente asignados por las Naciones Unidas para la constitución del Estado de Palestina.  

Junto al hecho de ser la zona de más pobreza entre toda la población palestina, la franja de Gaza ha sido sometida a un intenso bloqueo de aire, mar y tierra, desde el año 2007, asedio que ha sido intensificado en los últimos días a partir de los últimos ataques de la resistencia palestina de Gaza contra fuerzas militares de Israel y colonos israelíes, ocupantes de territorios cercanos a Gaza, asignados en 1948 por la ONU para un futuro Estado de Palestina.

La franja de Gaza está arrinconada a condiciones de pobreza extrema producto del bloqueo unilateral de Israel, sin la posibilidad de desarrollar una vida económica plena, aislados, sometida su población a controles estrictos por parte de las fuerzas ocupantes israelíes y a la ejecución de constantes bombardeos de características auténticamente genocidas considerando las altas cifras de muertos en relación a cantidad de población en unos pocos kilómetros.  

Condiciones que nos hacen recordar las realidades nefastas del Gueto de Varsovia, en donde la población de origen judío de la capital de Polonia y de otras regiones del país, ocupado por los nazis, fue concentrada a la fuerza desde 1939, a las zonas más marginadas de la ciudad. Contra la población judía del Gueto de Varsovia se practicó una deleznable política de bloqueo orientada a diezmar por hambre a la población judía. 

Centenas de miles de judíos del Gueto de Varsovia fueron llevados a los campos de concentración y exterminio como el de Auschwitz. Hoy, 80 años después, el Estado de Israel ordena el desplazamiento forzado de más de 1 millón de pobladores de Gaza bajo alfombras de bombas, similar a los movimientos forzados de población desde los campos de concentración y guetos durante la Segunda Guerra Mundial.  

En 1943, la población judía sobreviviente del Gueto de Varsovia, decidió luchar contra los nazis, pese a la desproporción de fuerza, por sus vidas y sobretodo, por su dignidad. El ejemplo de la rebelión de los judíos del Gueto de Varsovia se erige en una página histórica e imperecedera de resistencia contra la opresión y en una epopeya por la dignificación humana.  

Es precisamente nuestro respeto eterno por los mártires del gueto de Varsovia que nos vemos inspirados para escribir estas líneas y denunciar como hoy, una vez más, se reproducen sitios, asedios o bloqueos, como el del Gueto de Varsovia de 1939 a 1943 o el de Leningrado, en la ex URSS, de 1941 a 1944. En ambos casos, a manos de los alemanes nazis, provocando la muerte de millones.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha calificado la situación actual en la franja de Gaza, como un “nuevo Auschwitz”, en referencia al complejo de exterminio Auschwitz-Birkenau, de triste recordación, implementado por la Alemania nazi para la eliminación sistemática de judíos, comunistas y social demócratas, de toda Europa, soldados soviéticos hechos prisioneros, gitanos, homosexuales y en general, personas de los países ocupados considerados enemigos políticos por el Estado totalitario nazi.  

El saldo de víctimas civiles israelíes de los ataques del pasado 7 de octubre de 2023, es hondamente lamentable. Informaciones oficiales de Israel hacen referencia a 1400 israelíes muertos. Al igual, lamentamos las miles de personas de origen palestino muertas por la acción militar de Israel contra la franja de Gaza, de las cuales según medios internacionales, cerca de 700 son niños, niñas y adolescentes. Otra varias cientos de víctimas son mujeres palestinas civiles, fenecidas por los bombardeos. 

La figura jurídica de genocidio que de acuerdo al derecho internacional implica la aniquilación exterminio metódico de una población o grupo humano en razón de su nacionalidad, religión, sexo, etnia o ideas políticas, configura a nuestro parecer con la situación histórica a la que está sometida el pueblo palestino. La magnitud De la cantidad de víctimas en comparación a la población de Gaza no puede entenderse de otra manera sino como genocidio, sistemático y militarmente industrializado.

Consideramos que los dolorosos hechos no deben instrumentalizarse para el exterminio de la población de Gaza mediante cruentos bombardeos y operación de invasión a Gaza por el ejército israelí, ni para operaciones de limpieza étnica de la población bajo amenaza de bombas o el escaparate de ultimatums.

Por el contrario, los acontecimientos obligan a que la humanidad redoble sus llamados a la comunidad internacional de estados en función a la solución política estratégica del problema palestino-israelí, que no puede ser otra que la definitiva independencia y el surgimiento del Estado de Palestina, así como la libertad efectiva de las comunidades de Gaza y Cisjordania, sometidas al bloqueo criminal y el sojuzgamiento colonial como pueblo y nación oprimida.

El desplazamiento forzoso de cientos de miles de gazatíes, del norte al sur de la franja, bajo los efectos del ultimatum de Israel, constituye, ineludiblemente, un atroz crimen de guerra. Igualmente, la práctica del asedio suspendiendo los servicios básicos de electricidad, agua y alimentos, para el pueblo de Gaza

La prolongación de la dominación colonial contra la nación palestina, fue, es y será, la causa permanente de confrontación entre israelíes y palestinos, pues no se trata de un problema religioso, como repite una y otra vez, la propaganda pro de la ocupación israelí, en el mundo. El conflicto de fondo es la conculcación sostenida durante 70 años, de los derechos del pueblo palestino a constituirse en un estado nacional libre y soberano. 

Se trata de garantizar el respeto al derecho de todo palestino y palestina a ser portador de su propia nacionalidad y ciudadanía efectivas. Una aspiración legítima completamente justificada de acuerdo a los principios y normas del Derecho Internacional Público y en especial, la Declaración Universal de los Derechos Humanos que en su artículo 15 establece que “toda persona tiene derecho a una nacionalidad.”