23 de abril
“Luego de la primera llovizna que anuncia la cercanía del invierno, se escucharon combates bastante cerca del pueblo. Desde una trinchera empezamos a transmitir el informe diario para la Venceremos., cuando aparece un combatiente, el Chele Will, sudoroso, pálido, que cuenta lo sucedido:
-Resulta que cuando comenzó a llover, varios compás se agüevaron y se fueron a meter debajo de un techito. Me dijeron que yo me quedara en la línea de fuego, vigilando, total, los cuilios estaban del otro lado del río. Cuando paró de llover, salió el sol, aproveché para quitarme las botas y asolearme los hongos de los pies, es que mucho me picaban. Metido estaba en la trinchera con los pies asomados, cuando escuché un ¡trac!… me levanté, y ahí estaba un gran cuilión, venía avanzando para caerme de asalto. Saqué mi Fal… le solté un rafagazó que le dio vuelta, me puse las botas y me vine volando, porque atrás venía un pucho de soldados. La cosa está jodida porque ya se atrincheraron en el cerro Chacho.
-Díganle al chele César que traiga la ametralladora 50 y manden un refuerzo a los que están en el cementerio-ordena Memo.”
Consalvi, Carlos. (1992). La terquedad del Izote. 1° edición. Editorial Diana. México. Páginas 56-57.
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Fotografía: Santos Lino Ramírez Menjivar, el Chele Cesar.
20 de abril 1981
Regresamos al año 1981, parte de una experiencia a conocer, a recordar.
Sacerdote Rogelio Ponseele
“Estos días han sido terribles para mi estómago las amibas me han puesto a dar carreras hacia la letrina. Por ello me costó convencer a Pichinte que me enviará al pueblo tomado; como a penas puedo caminar por la debilidad, conseguimos una mula y con Minchito emprendemos viaje hacia Villa del Rosario, donde arribamos luego de dos horas de cabalgata. Mi primera sorpresa al recorrer las empedradas calles, fue encontrar una larga procesión, encabezado por Rogelio, con la cual conmemora la Semana Santa.
El alcalde y el juez decidieron marcharse, desde hoy el pueblo ha quedado sin representante del gobierno con varios vecinos del lugar se formó la junta local en la que se encuentra Toni, Ricardo y Marcela.
Han pasado 5 días y el Ejército no ha reaccionado. Al atardecer nos reunimos con Carlos y Will, 2 compañeros recién venidos de la capital. Elaboramos un pequeño plan para desarrollar en esta semana.”
Consalvi, Carlos. (1992). La terquedad del Izote. 1° edición. Editorial Diana. México. Páginas 55-56.
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