1 de febrero de 1932
Farabundo, Luna y Zapata
Esta crónica, nos muestra la dimensión de la estatura moral y honrosa de estos tres comunistas, coherente hasta el último momento de su vida, enfrentando al enemigo y a la muerte cara a cara.
“El pelotón de fusilamiento estaba bajo el mando del teniente Manuel Velásquez.
Martí pidió, a nombre de sus compañeros, que no se les vendaran los ojos y que los fusilaran de frente, disparándoles al pecho.
Todavía había palabras que decir, de parte de Alfonso Luna Calderón, quien expresó que la “Universidad Nacional estaba integrada por hombres ineptos y que sus componentes eran hombres mediocres y sin conciencia” “pocos momentos depués de las siete, el teniente Velásquez dio la orden de firme al pelotón e inmediatamente después, la de fuego. Martí estaba colocado en el centro, quedando a su izquierda Mario Zapata y a su derecha Luna Calderón”.
En el último instante, y casi a la par de las voces de mando del oficial que dirigió el pelotón de fusileros, Martí, con firmeza, empezó un: “Viva el Soco…”, que así quedó, incompleto, porque la descarga de fusiles apagó su voz. Cayeron abatidos los tres comunistas. Eran las siete y cuarto de la mañana. Al contrario de los demás, la muerte llegó lentamente a Mario Zapata.
A esta hora les fue aplicado el tiro de gracia por el cabo del pelotón.”
Arias, Gómez. (2010). Farabundo Martí. 1° edición. Editorial Ocean Sur. México. Pág. 250.
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