Desde la implementación del llamado régimen de excepción las cifras suben -más de cincuenta mil personas -en las detenciones arbitrarias sin justificación ni orden judicial, sin pruebas. Las cifras, los números fríos e impersonales, no hablan de al menos 90 vidas (por hoy) han sido arrebatadas habiendo sido capturados y estando bajo custodia del Estado. Valga señalar que ya son más las víctimas provocadas institucionalmente y por orden del jefe del ejecutivo llámese Bukele o Batman como es conocido en los sectores delincuenciales que de las víctimas que dieron origen a la implementación del régimen de excepción. Las pandillas y el gobierno son los responsables de las violaciones a los derechos humanos en El Salvador, además de que alrededor de 100 mi compatriotas emigren al norte o a otros países en busca de seguridad personal, oportunidades de trabajo y estudio.
El régimen de excepción es la variante de sustituir una forma de terror por otra, es decir el terror de las pandillas por el terror estatal y teniendo como víctima el pueblo salvadoreño. Gente poderosamente rica y con recursos a pesar de las graves acusaciones y pruebas son puestas en libertad, (lo que da señales que en El Salvador la justicia: libera a los corruptos conste y que no es un secreto, a quienes representan los puestos en libertad a cambio de dinero) por ello el actual gobierno es tolerante con delitos a cambio de pago, llámese fianza o favores. También las señales son evidentes y claras que la persecución está dirigida a los sectores populares. Las capturas y no por coincidencia han ocurrido y ocurren en áreas campesinas y obreras.
Es lamentable y vergonzoso que las Fuerzas Armadas se presten a tan vil y sucio papel de mancillar el honor que deberían tener de portar su uniforme después de las experiencias pasadas en la guerra popular revolucionaria que el pueblo les demostró que no son invencibles.
De igual manera la PNC, organismo creado a raíz de la disolución de los cuerpos represivos de la dictadura que lleva justamente al final el agregado de ser Civil, para respetar y velar por los derechos de la ciudadanía ahora se presten a ser un instrumento servil y cobarde de represión contra sus propios hermanos y hermanas.
Monseñor Romero, El Santo y Voz de los sin Voz, les recordaría que antes de obedecer una orden contra sus hermanos debe prevalecer la la orden de Dios. Les recordamos que la embestidura presidencial o legislativa es efímera y pasajera pero no el servicio en esas instituciones que están obligadas a velar y defender los intereses de la nación y de la ciudadanía. Es decir no siempre tendrán inmunidad, también en un día no muy lejano pueden estar tras las rejas.
La delincuencia debe ser combatida, en todas sus formas y no sólo mediante medidas represivas. Un gobierno incapaz de manejar determinadas situaciones pretende evitar el fiasco a través de un régimen de excepción y otras de corte autoritario.
Ninguna encuesta o sondeos con buenas o malas intenciones será nunca un verdadero reflejo de la realidad social, política, económica, laboral o en las áreas de salud, pensiones, atención en los municipios y comunidades. Quien crea que mediante resultados de encuestas se logra una lectura de la realidad está muy lejos de la misma y mucho más quienes las presentan como verdades o sentir del pueblo.
Dichas encuestas no cuantifican y nunca podrán hacerlo de medir el dolor, el sufrimiento, por la pérdida de un familiar en las cárceles y con mucha más razón cuando son inocentes.
