Por Rolando Prudencio Briancon
El avance del neonazismo ya no es una novedad para los nolstálgicos del nazismo, ni
de los filonazistas, quienes nunca dejaron de añorar el retorno de esta corriente
política que posutla la superioridad de una raza sobre las demás.
Las causas de este retorno, o “eterno retorno”, como es la reaparición del neonazismo
podría remitirnos a la obra del filósofo alemán Friedrich Nietzsche, quien afirmaba que:
El “superhombre” (uno que se eleva por encima), es quien considera el Eterno Retorno
como algo positivo, ya que ha sido capaz de crear una vida tan intensa que la
posibilidad de que esta pueda ser repetida infinitas veces le parece maravillosa”.
Podría ser entonces que como en ese “eterno retorno” el nazismo está de vuelta y,
probablemente nunca deje de estarlo; por más Guerras Mundiales se libren; una y otra
vez, pues esta corriente considera que la condición humana se ve reflejada en la
superioridad racial y, basta que se reaviven las mismas pulsiones y tenemos un
nazismo vuelto a nacer.
Contemporáneamente son varios hechos los que dan pauta de que este renacimiento
del nazismo se está dando; y no sólo como tal, sino que es en varias partes del mundo
-ese parece ser además el objetivo- que se produce, por lo que es impreciso indicar:
dónde, cuándo y quiénes está relanzándolo.
Pero podríamos identificar en ese abanico de posibilidades a Donald Trump como uno
de los impulsores con la legión de supremasistas blancos que en EEUU, lo siguen. O
Bolsonaro en Brasil, reivindicando un intolerante ultranacionalismo que se ha hecho
patente durante este su periodo presidencial en el que se mostró como fanático de las
ideas ultranacionalistas. También el propio José Antonio Kast en Chile, quien aunque
no ganó las recientes elecciones en Chile, estuvo en 2da vuelta disputándolas; al
márgen de ser hijo de Michael Kast un nazi afincado en Chile después de la 2da Gerra
Mundial. O el caso de la propia golpista de Añez en Bolivia, alineada a esta corriente
nazista. No en vano varios ex presidentes y políticos están hoy en lobby muy activo
exigiendo se pronuncie la OEA, así como apoyando a que la Unión Europea interceda
por su liberación. O el caso, aunque muy caricaturesco del diputado Javier Milei en
Argentina adicto a esta corriente, al extremo de haber ponderado el temple de
Margaret Tacher, aún a costa de una durísma crítica de sectores incluso
conservadores argentinos, quienes condenaron su posición anti argentina por lo que
representó la guerra de las Malvinas y el papel imperialista de Tacher.
De esta forma en Europa el fenómeno del resurgimiento del nazismo ha estado a la
orden del día, a partir de la emergencia de VOX en España, que encarna el fenómeno
de la Fascistización, y que no es otro que: “El proceso a través del cual una sociedad
o grupo adquiere características propias del fascismo”, y que así mismo se está
produciendo en varias partes de Europa, tal como hace un par de semanas acaba de
ocurrir con la elección en Italia de Georgia Meloni. O los casos de Víctor González
Coello en Portugal, en Hungría bajo su líder Viktor Orban, o Maríe Le Pan en Francia,
Mateo Salvini en Italia, Anders Breivik en Noruega, en Austria Heinz-Christian Strach,
en Grecia el partido Amanecer Dorado, con presencia en el Parlamento de ese país. O
en Holanda está el Partij voor de Vrijheid, con Geert Wilders, que son las inequívocas
señales que el neonazismo está no sólo de vuelta en Europa, sino que además está
buscando reproducirse en otras latitudes de Latinoamérica.
Por esa razón VOX de España no es un fenómeno españolísimo únicamente, sino que
a través de su portavoz Santi Abascal, ha expuesto la exteriorización de esta corriente,
más allá de sus fronteras a través de la Carta de Madrid, un documento elaborado por
este frente que centralmente señala: “Una parte de la región está secuestrada por
regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico y
terceros países. Todos ellos, bajo el paraguas del régimen cubano e iniciativas como
el Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla, que se infiltran en los centros de poder
para imponer su agenda ideológica”; por lo que se concluye que existe la decisión de
avanzar en una colonización del Continente Latinoamericano promoviendo
contemporáneamente corrientes neonazis.
Es así que entre los firmantes de este documento se encuentran entre otros,
operadores que ha cobrado protagonismo con sus propuestas pronazis y de extrema
derecha como en Argentina: Javier Mieli, Paola Michelotto. En Bolivia: Arturo Murillo y
Luis Fernando Camacho. Brasil: Eduardo Bolsonaro, hermano de Jair. Chile: José
Antonio Kast y Vanessa Kaiser. Costa Rica: Drago Donalescu, y otros. Cuba: María
Rosa Payá, Orlando Gutierrez Boronat, Zoe Valdés, etc. Ecuador: Estebán Torres
Cobos, Mario Pazmiño Silva, etc. México: Julen Rementería del Puerto, Raúl Tórrez
Guerrero. Perú: Pedro Olachea, Yorry Wharton, etc. Uruguay: Pablo Viana y Pedro
Isern. Venezuela: Alberto Franceschi, Antonio Ledezma, Humberto Calderón Berti,
María Corina Machado, Nitu Pérez Osuna, etc.
Desde luego no son todos ellos ni los firmantes de la Carta de Madrid, ni los
operadores que propician el retorno del Nazismo; están también más de una treintena
de ex presidentes, como Jorge Quiroga de Bolivia, Yamil Mahuad y Lucio Gutierrez de
Ecuador, Andrés Pastrana de Colombia, Vicente Fox de México, Laura Chinchilla de
Costa Rica, José María Sanguinetti Uruguay, etc. En fin, es toda una estructura
consolidada contraria no sólo a los gobiernos progresistas de América Latina, sino que
están resueltas a posibilitar que esas corrientes neofascistas colonicen el Continente.
Y es para ese objetivo que instituciones como la OEA y la Unión Europea que planean
la contención en el Continente de las fuerzas progresistas, es a partir permitir su
instrumentalización institucional como tales para franquearle el paso al nazismo en
Latinoamérica.
Rolando Prudencio Briancon: abogado boliviano y bolivariano.