Por Yoselina Guevara López
Este sábado 20 de agosto en las afueras de Moscú, Rusia, explotó el vehículo donde se desplazaba Darya Dugina (30 años), hija del filósofo Alexander Dugin, uno de los principales teóricos del eurasianismo. Hasta este domingo se desconocen con certeza los motivos y los autores, mientras que las circunstancias del incidente están un poco más claras.
De acuerdo a información emanada del servicio de prensa del Departamento Principal de Investigación del Comité de Investigación de Rusia, en la región de Moscú, el 20 de agosto alrededor de las 21:00 horas en el distrito urbano de Odintsovo, cerca del pueblo de Bolshiye Vyazemy, Darya Dugina se desplazaba en un automovil Toyota Land Cruiser, propiedad de su padre, Alexander Dugin, cuando un artefacto explosivo, presumiblemente instalado en el vehículo, estalló en una vía pública, incendiando el carro y causándole la muerte a la conductora.
Los investigadores señalaron que han abierto una causa penal por el deceso de Darya Dugina bajo la calificación de “Asesinato cometido con un método totalmente peligroso” (Punto “f” de la parte 2, artículo 105 del Código Penal ruso). El desarrollo y los resultados de la investigación del caso penal están bajo el control de la Fiscalía de la región de Moscú.
Posibles autores y causas
La versión preliminar que ha surgido sostiene la hipótesis que el verdadero objetivo era su padre, por ser una de las figuras clave en la configuración del pensamiento y las acciones del Kremlin. Dugin, convencido nacionalista, es partidario de la unificación de los territorios de habla rusa y de la conformación de un nuevo y vasto imperio dirigido por Moscú, por lo cual ha apoyado firmemente la operación militar rusa en Ucrania. Se ha especulado acerca de la influencia real de Dugin en las decisiones del Kremlin, y algunos observadores internacionales del mundo ruso afirman que su huella es realmente significativa y otros la califican de mínima.
Desde Kiev aparecieron varios mensajes de júbilo por el asesinato de Darya Dugina en los medios de comunicación ucranianos; pero el jefe del despacho del presidente ucraniano, Mikhail Podolyak, negó cualquier implicación “Subrayo que Ucrania, por supuesto, no tiene nada que ver con esto”. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, dijo en su canal de Telegram “Si se confirma la implicación de Ucrania en la muerte de Dugina, entonces deberíamos hablar de la política de terrorismo de Estado aplicada por el régimen de Kiev”.
De hecho no es una novedad el hecho de la presencia ucraniana en territorio ruso, esto ha sido confirmado en reiteradas ocasiones por Kyrylo Budanov, Jefe de la Inteligencia militar Ucraniana quien ha afirmado que Kiev tiene una densa red de informadores anidados en las filas de Moscú: “Nuestras fuentes están en todas partes. En el ejército, en los círculos políticos, así como en la administración presidencial”. Lógicamente esta red pudiera ser utilizada para la perpetración de operaciones terroristas.
Además internamente en la Federación rusa se libra también una guerra esparcida a diferentes niveles, que ha cobrado la vida, en situaciones no totalmente claras, de siete figuras de alto nivel vinculadas a Gazprom, de los llamados “oligarcas rusos”. Por otra parte se desarrollaría también en otro espacio político que vincularía a diferentes grupos, desde anarquistas de izquierda hasta activistas pro-ucranianos y grupos de extrema derecha a los cuales se le atribuiría la realización de al menos 23 ataques contra las oficinas de registro y alistamiento militar en Rusia, los cuales están documentados a través de la prensa y redes sociales.
El ambiente dentro de la Federación rusa en estos momentos es de máxima tensión, y no se tiene claro cuáles serán las consecuencias de esta acción de carácter terrorista. Si se demuestra la participación de Ucrania en este atentado sería una demostración de la capacidad de Kiev para neutralizar los objetivos de su lista de indeseables rusos, además de mostrar sus posibilidades de golpear al enemigo en Moscú, el corazón del Kremlin. Pero pudiera ser la oportunidad sobre todo para Vladimir Putin de expandir un sistema de vigilancia en masa, elevar el nivel del conflicto en Ucrania golpeando con más fuerza. Las posibilidades siguen siendo muchas y variadas, solo basta esperar el desarrollo de los acontecimientos en los próximos días.
Darya Dugina, tras los pasos de su padre
Darya Dugina era la segunda hija de Alexander Dugin, a quien estaba muy unida, y cuyos pasos había seguido desde su juventud. Era egresada en Filosofía de la Universidad Estatal de Moscú, donde había realizado también un doctorado. Darya era una ferviente militante del Movimiento Eurasiático Internacional, además de periodista y comentarista política en diferentes medios de comunicación rusos lo cual había hecho ganar notoriedad más allá de ser hija de Dugin.
En marzo la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a Dugina por haber contribuido con un artículo publicado en el sitio web United World International (UWI), en el que sugería que Ucrania “perecería” si era admitida en la OTAN, por lo cual la calificaron de “contribuir a la desinformación”.
Además hace unas semanas, había visitado el Donbás junto con un grupo de periodistas internacionales; iniciativas que a menudo ponen a los comunicadores en el punto de mira de los servicios secretos ucranianos y de los hackers, que rastrean sus publicaciones en las redes sociales y los dabatases en busca de datos sensibles sobre quienes consideran “peligrosos para la seguridad nacional ucraniana”. La muerte de Darya Dugina es un hecho abominable y doloroso, condenable como todos los actos terroristas; no se debe restar importancia al hecho que lanza un mensaje con varios destinatarios, desde Alexander Dugin hasta el propio Vladimir Putin, pero que además incluye a todo un país que ahora más que nunca se encuentra bajo la sombra de las acciones terroristas.
Yoselina Guevara López: comunicadora social, analista política, articulista en
diferentes medios internacionales, cuyo trabajo ha sido traducido al inglés,
italiano, griego y sueco. Ganadora en Venezuela del Premio Nacional de
Periodismo Simón Bolívar 2022, mención especial Opinión y Premio Nacional
de Periodismo Aníbal Nazoa 2021.