Coyuntura semana18 de julio 22
Temprana decadencia
Esta semana se volvieron a activar todas las alarmas nacionales e internacionales de quienes dirigen sus focos al acontecer de El Salvador. Varias fueron las causantes, pero sin duda el flanco económico sigue siendo el que, si utilizáramos términos médicos, nos definiría la situación como el cuadro de un paciente en situación crítica.
Por más signos de despreocupación que siga intentando enviar el ministro de Hacienda, y por más que los datos de la economía nacional, hasta los menos relevantes, se sigan escamoteando a la ciudadanía por parte del ministro, su presidente y el nefasto clan que gobierna El Salvador, lo cierto es que el pasado 13 de julio el Indicador de riesgos de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI), que indica el riesgo país, se disparó 3 puntos en un solo día, provocando la caída de los bonos hasta en un 20 % en una sola jornada. Esto significa que si el Gobierno saliera a buscar fondos en los mercados externos la tasa que tendría que pagar superaría el 31%.
Esta semana Bloomberg Economics colocó a El Salvador como el país con más probabilidades de impago del mundo y lo ubica con más riesgo que países como Ghana, Egipto, Tunez y Pakistán. El ranking no es arbitrario, los analistas utilizan cuatro parámetros para llegar a esa conclusión: el rendimiento de los bonos, el diferencial de los Credit Default Swap (CDS), una especie de seguro de impago; el peso de los intereses de la deuda sobre el PIB y el peso de la deuda sobre el PIB. Con esos resultados en base a datos duros, ni el imaginario país de las maravillas mejor montado desde las cuentas fantasmas de Capres y demas estafas cibernéticas en que se especializa la oficina de prensa de la presidencia junto al resto de áreas de comunicaciones presidenciales, podría salir bien parado.
Entre los principales factores que generan esta situación destaca la falta de claridad acerca de las medidas que está tomando el Gobierno para hacer frente a los pagos de su deuda, tanto la interna como la externa, que vencerá en enero; podemos sumar el bajo crecimiento del PIB, la caída en la recaudación fiscal, la disminución del ritmo en el envío de remesas y la alta inflación.
Otros elementos coadyuvan al agravamiento de la situación, tales los casos de la continua caída libre del Bitcoin y el subsecuente empecinamiento infantil del presidente en seguir apostando los dineros del pueblo hacia un barril sin fondo. El segundo elemento de similar orden es el tema, cada vez más persistente en la agenda mediática y política nacional, de la posibilidad de una reelección presidencial violando flagrantemente las leyes, empezando por la Constitución. En suma, El Salvador no genera nada de confianza no solo en los mercados financieros internacionales sino en gobiernos de importantes potencias de las cuales depende en gran parte la economía nacional para poder atraer inversiones sólidas que generen fuentes de empleo dignas, las cuales desde hace tres años resultan esquivas para el país a raíz de la incertidumbre que genera el actual gobierno.
Finalmente, El Salvador actualmente posee las calificaciones más bajas de Centroamérica con notas de CCC de parte de Fitch y de S&P, y una Caa3 de parte de Moody’s, todas ellas con perspectiva negativa.
Pero, como dijimos, no solo se trata de la economía, por más grave que se presente ese aspecto de la realidad nacional, sino del conjunto de situaciones creadas por la propia incapacidad e irresponsabilidad del régimen o, simplemente, porque se trata de etapas del plan de dominación autoritario implementado progresivamente desde hace tras años.
Entre esos elementos podemos citar el marcado retroceso en aspectos esenciales para el desarrollo nacional, la fragmentación del tejido social promoviendo el odio y explotando diversas frustraciones de la sociedad en su conjunto; se reconstruyó la figura del enemigo interno para dividir y dominar más facilmente a la población, se ha perdido la credibilidad ante la comunidad internacional y el aislamiento como país es creciente; se ha destruido el Estado de Derecho, pisoteado leyes fundamentales, asaltado el poder municipal, robado descaradamente los dineros públicos; se ha promovido el nepotismo, se prostituye la justicia para utilizarla como herramienta de persecución política pero también como instrumento de venganza y como camino rápido para eliminar competidores que podrían obstaculizar la instalación de una nueva clase burguesa dominante, aliada a sectores oligárquicos tradicionales que aceptaron asumir su papel subalterno, sin perder sus privilegios y negocios.
Se han eliminado virtualmente todos los controles del ejercicio de poder propios de los regímenes demoliberales burgueses. Es decir que los nuevos burgueses, como clase ascendente, recurren al método utilizado a lo largo de la historia para imponer su dominio: la apropiación violenta y el aplastamiento o aniquilamiento de los instrumentos del Estado que pudieran ser de utilidad al viejo régimen, o que pudieran interponerse en su camino al poder absoluto. En este sentido no ha resultado un factor secundario la militarización del país y la instrumentalización de la policía como fuerza de choque y represión al servicio exclusivo de un poder autócrata.
Aceleración de la crisis
En estas últimas semanas varios elementos fueron convergiendo negativamente contra el gobierno como resultado de ese acumulado de políticas que constituyen un régimen autocrático con rasgos dictatoriales. Entre ellas podemos mencionar la aparición de una nueva lista Engel en los EEUU, la crisis en la Federación de Fútbol (FESFUT), los coletazos de las dramáticas consecuencias de las tormentas, que desnudaron la incapacidad del gobierno, la continuidad del régimen de excepción, así como el polvo que sigue levantando la cuestión de la posible reelección presidencial.
Lista Engel
Si el crítico estado de las finanzas públicas es de todo punto de vista preocupante, lo es muy particularmente para los sectores de más escasos recursos de nuestro pueblo, que siguen viendo encarecer los precios de los productos esenciales de su canasta básica, así como los precios de los energéticos y la cada vez mayor escasez en la oferta de trabajo, sin que desde la cartera responsable se haga un mínimo esfuerzo razonable para aminorar el efecto en la población. Lejos de ello, el ministro de Trabajo, reconocido mafioso sindical, especialista en mentir ante cámaras e insultar la inteligencia popular con burdos montajes y mentiras, volvió a hacerlo hace apenas unos días.
Según datos del Banco Mundial y de la OIT la tasa de desempleo para 2021 habría sido de 9.5%, la más alta de la región después de Belice y Costa Rica; esas cifras apenas si se han
modificado en lo que va de 2022, y mucho menos por iniciativas de la cartera de Trabajo. Sin embargo, el ministro utilizó al menos dos días de cobertura mediática para anunciar el posible envío de 50 personas a realizar trabajos de operarios en tareas agrícolas a Canadá. Por supuesto, en un reconocimento tácito de lo irrelevante de esa cantidad en el enorme universo del desempleo en el país, volvió una y otra vez a prometer supuestos nuevos contingentes futuros hacia países europeos, como viene haciendo cada vez que la opinión pública o los medios independientes ponen la lupa sobre la escasa creación de empleo en esta administración.
El ministro en cuestión es uno de los funcionarios del actual gobierno que figura desde hace meses en la lista Engel por corrupción; fue incluido en su momento junto a todos los magistrados impuestos por el régimen de manera ilegal el 1 de mayo de 2021. Esta semana nuevos nombres de altos funcionarios del actual gobierno se han sumado a la lista. Entre ellos el histriónico diputado y jefe de bancada de Nuevas Ideas, Christian Guevara, que desde que llegó solo ha hecho el ridículo compitiendo con algunos de sus colegas de bancada para ver quien aparecía más servil ante el presidente en sus discursos y arengas, atacando con enjundia a partidos opositores de los cuales, por otra parte, se había beneficiado como publicista. Al conocer que su nombre aparecía en la lista, pretendió manipular el hecho victimizándose como supuestamente represaliado por estar apoyando la llamada guerra contra pandillas.
En realidad, las razones de su aparición en esa lista tienen que ver con actos de corrupción y violaciones al Estado de Derecho, como la votación de su bancada para destituir a la anterior CSJ, imponiendo ilegalmente a los actuales magistrados. Pero también son conocidos sus actos de enriquecimiento durante la presente administración, como lo denunciara en el año 2020 el periódico El Faro:
“El Ministerio de Obras Públicas (MOP) otorgó 1,092,644 dólares en contratos de emergencia por la covid-19 a una empresa fundada y dirigida por un candidato a diputado de Nuevas Ideas, para suministrar con equipos de aire acondicionado e instalaciones eléctricas a hospitales y oficinas de Gobierno. Se trata de Aire Frío de El Salvador S.A. de C.V., fundada en agosto de 2013 por el publicista Christian Guevara, ligado a estrategias de comunicación política del gobierno de Antonio Saca y Arena, y quien busca una curul por el departamento de San Salvador en febrero de 2021, con la bandera del partido fundado por Nayib Bukele y dirigido por sus familiares, socios, amigos y funcionarios.“ El Faro, octubre 20 de 2020
También figuran otros reconocidos personajes del entorno presidencial como su secretario jurídico, particularmente sensible porque se trata de quien sin duda conoce cada acción presidencial reñida con la ley, de las cuales fue cómplice y defensor; o el alcalde de San Miguel, Will Salgado, que adoptó también actitud de víctima propiciatoria para intentar desviar la atención de los hechos de corrupción por los que en realidad fue señalado, o el ministro de Hacienda, que ya no podría negociar personalmente en Washington con los organismos multilaterales de financiamiento.
Se trata, sin embargo, de una lista que llamó la atención por no incluir a los verdaderos “dueños del circo”, sino a cómicos de segundo nivel. Así, por ejemplo, ninguno de los integrantes del clan familiar que detenta realmente el poder ha sido hasta ahora mencionado o incluido en los famosos listados. Cierto es que según el anuncio de Washington más nombres podrían ser incluidos, pero en la lógica de nuestro análisis de la
semana pasada, y tal como se sugería en algunos corrillos de prensa, uno de los hechos que permitiría verificar en cierto modo si las negociaciones entre la administración de EEUU y el régimen salvadoreño estaban en realidad llevándose a cabo sería, precisamente, la inclusión o no de personas clave del entorno familiar directo del presidente. Hasta ahora las señales parecen indicar que esas negociaciones o contactos estarían teniendo lugar.
FESFUT
Curiosamente, uno de los hermanos del presidente y responsable de las áreas de deportes del gobierno, Karim, fue el encargado esta semana de encender una chispa cuya magnitud destructiva para la imagen y popularidad del clan no debería despreciarse ni subestimarse. La injerencia directa del gobierno, a través del presidente del Instituto de los Deportes
(INDES) en una instancia directamente relacionada con la FIFA, puede significar la suspensión o expulsión del ya deprimido y desvalorizado fútbol salvadoreño del entorno internacional oficial.
Las reacciones a la medida de intervención judicial con claros signos del absoluto control del gobierno sobre el resto de poderes, demuestra la inviabilidad del oficialismo de reclamar cínicamente una inexistente independencia judicial. La afición se muestra a la expectativa del tipo de sanciones que la FIFA podría imponer al deporte en el país, y sus consecuencias, a juzgar por las irritadas reacciones en redes sociales y la amplia cobertura mediática, nacional e internacional, llevan a pensar que un asunto aparentemente de menor importancia, puede debilitar de manera notable la popularidad del clan y hasta socavar sus bases de sustentación. Por lo pronto, la reacción unánime del cuerpo arbitral negándose con dignidad a participar en la jornada de este fin de semana señala los primeros indicios de un conflicto inesperado, que desafía al clan en el poder.
Cierto es que como cortina de humo para distraer la atención del tema de la lista Engel podría haber funcionado. Sin embargo, a juzgar por las reacciones de la afición, la medida puede haber causado más daño que la propia difusión de aquella lista del parlamento estadounidense. En todo caso, es bueno recordar cual es el fondo del asunto en este conflicto entre Federación y gobierno: el dinero. Es de sobras conocido el nivel de corrupción existente en el futbol profesional salvadoreño; los movimientos de Karim B., parecen orientados a controlar esos recursos, y esto encaja con la línea del clan de controlar crecientemente todos los fondos del Estado para exclusivo beneficio de los nuevos burgueses y sus socios.
Reelección
Finalmente, otro tema que a esta alturas ha estado agitando el mundo de los medios y la política en El Salvador es la posible ilegal candidatura presidencial a la reelección. Avalado hace pocos días por el vicepresidente Ulloa, esta semana recibió una suerte de curiosa “bendición” de la oligarquía, a través de uno de sus más conspicuos personajes e ideólogos, el abogado Francisco Bertrand Galindo, quien en una entrevista televisiva, no solo planteó que a su juicio “se podian resolver técnicamente entre la Sala de lo Constitucional y el TSE” los impedimentos constitucionales a la reelección. Llegó bastante más lejos el reconocido jurista de derecha, tradicionalmente asociado a los más conservadores sectores areneros, al plantear una hipotética “solución” al régimen por la vía de la creación de la figura de Primer Ministro, como paso alternativo al sostenimiento del actual mandatario en el control férreo de las riendas del poder temporal del país.
Estas declaraciones deben necesariamente llamar la atención a cualquier lector acusioso de la realidad nacional porque parecen nuevamente apuntar a una clara reducción en la beligerancia opositora desde el conservadurismo más rancio, defensor de la antigua Sala de los llamados “magníficos”, a la avanzada autoritaria del régimen. Y esto no puede explicarse sino ante los posibles escenarios de reacomodamiento de las fuerzas de la derecha, con un tácito reconocimiento a quien ha logrado, al menos temporalmente, el virtual control hegemónico.
Las tareas desde el campo popular
Asi las cosas, para el pueblo la solución a sus problemas sigue sólo recayendo en sus propias manos, en su capacidad de organización, y lucha para enfrentar un régimen que muestra ya desde hace tiempo tempranos signos de decadencia. Sin duda tambien recaerá en sus sectores organizados la promoción de alianzas adecuadas con otros sectores afectados por las politicas oficiales.
Es ese pueblo que sigue sufriendo abusos y violaciones a sus derechos humanos por parte de las autoridades, que sigue teniendo como única alternativa la migración (72 mil migrantes salvadoreños retenidos en la frontera con EEUU reportan los medios este día, mientras que solo en junio fueron 9 mil personas de origen salvadoreño las detenidas en aquel país); un pueblo que sufre la incapacidad gubernamental para proteger sus viviendas ante hechos atmosféricos normales de la temporada, pero que dejan en evidencia a un gobierno más preocupado en promover los negocios de grandes constructores que en la defensa del medio ambiente y el hábitat seguro para la población. Ese pueblo, que sigue viendo encarcelar inocentes, empieza a organizarse y a manifestarse, como lo hicieron madres de presos por el régimen de excepción que, sin embargo, no fueron acompañadas en su protesta por partido alguno.
Grave error de las fuerzas de izquierda sería perder de vista que hasta las más mínimas acciones de resistencia y rebeldía son expresiones de una fuerza que debe irse acumulando y organizando en función de un cambio profundo. La lucha por la defensa del agua y del medio ambiente, contra la tala de árboles, entre muchas otras, son sin duda expresiones que deben ser acompañadas sin más demora por la acción militante de partidos como el FMLN. Esa es la verdadera lucha de este pueblo. No se centra en los temas que el autócrata pretende imponer desde las redes sociales, sino en la defensa frente a las duras condiciones de vida y supervivencia de nuestro pueblo.
Trabajar con el pueblo, caminar con él, vivir con él, pensar con él, avanzar con él, organizando y promoviendo la unidad desde abajo, resulta ser la vieja historia de la lucha de los pueblos, que hoy se reclama como indispensable en el presente estado de la lucha de clases en El Salvador. El régimen muestra signos tempranos de decadencia, pero no caerá hasta que se enfrente a una fuerza popular organizada, coherente, cohesionada y con unidad de criterios y objetivos en la lucha.
RLL