Al cumplirse este 1 de junio tres años del gobierno de Bukele, es importante hacer un recuento de los daños causados por el régimen, tanto a la gente como al país. Como lo sentenció en su discurso de toma de posesión, en 2019, la medicina amarga ha sido una constante, y todo indica que vendrán medidas peores.
En estos 1,095 días de su gestión, rompió el sistema político de pesos y contrapesos que se había logrado con los Acuerdos de Paz, concentrando en sus manos todo el aparato del Estado para favorecer sus intereses económicos, los de su familia y de los grupos oligárquicos que lo acompañan.
Ha golpeado a miles de familias con los despidos en el sector público, una medida que se extiende a la PNC y al sistema judicial. A ello se suma a partir de marzo de este año el impacto causado con el Régimen de Excepción, mediante el cual se anulan los derechos constitucionales de toda la gente, algo que sólo se había visto en el país durante los 60 años de las dictaduras militares del siglo pasado.
Larga es la lista de atropellos y violaciones a los derechos humanos, así como el impacto negativo por las medidas económicas, policiales, carcelarias, etc. Muy a pesar de que las encuestas reflejan que más del 50% de la población consultada lo estaría favoreciendo, lo cierto es que también dichos estudios revelan que la otra mitad de la población, rechaza y condena dichas medidas.
Desde hace meses el descontento popular se ha expresado en movilizaciones, concentraciones y diversos comunicados, desafiando incluso los cordones policiales, la ley mordaza contra la prensa y el mismo régimen de excepción.
Estamos en un momento especial y complejo en la vida del país y del Partido, pero, consideramos que como destacamento político revolucionario, debemos juntar energías y talento para trabajar con la gente, no sólo participando en la diversidad de sus expresiones organizativas y de movilización, sino compartiendo sus vivencias, lecciones y aprendizajes, con la claridad de que vamos a caminar juntos hasta donde quiera la gente.
Como lo dijo Schafik Hándal, “la lucha política del FMLN no se reducirá a la pura lucha parlamentaria y electoral, sino que el FMLN se pondrá a la cabeza y promoverá la lucha permanente de las masas en defensa de sus intereses y del fortalecimiento de la democracia política y social participativa”.
Es importante plantearnos qué hacer y cómo enfrentar y derrotar el régimen de Bukele para recuperar la letra y espíritu de los Acuerdos Paz, que son la obra de más de sesenta años de luchas ininterrumpidas. El régimen no cederá por las buenas; lo hará cuando la presión popular organizada y la unidad en la acción lo obliguen, así ha sido la historia de lucha de nuestro pueblo.