SEGUIR ADELANTE CON UNIDAD, COHERENCIA E INTELIGENCIA

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Un día después del 4 de marzo y producto del resultado electoral negativo para el FMLN, empezaron en El Salvador las reflexiones, los análisis y los reclamos de propios y extraños. Algunos de estos con ardor y amor por el proyecto histórico del FMLN, otros con la clara intención de sacar provecho y llevar agua a su molino.

El contexto de estas elecciones y del período político que estamos viviendo en nuestro país no se puede apartar de lo que los estudiosos sociales llaman factores endógenos y factores exógenos o sea las causas internas dentro del FMLN, así como las causas fuera del FMLN; Las internas nos competen a toda la militancia y sus organismos de dirección y las externas son el componente político, mediático desarrollado por la derecha y todos aquellos que disienten de nuestro Partido, por tener ellos su propio proyecto político. Estos últimos no están interesados en fortalecer con sus análisis o críticas al FMLN; sino por el contrario se sentirían complacidos si nuestro Partido cayera en un estado descomposición orgánica y que se atomizara o desapareciera como la alternativa política real, que es hoy, para enfrentar a la derecha e impulsar el proyecto histórico de avanzar en la justicia social y aún más, sentar las bases para la transformación de la sociedad, que ha sido y es nuestro proyecto histórico que incluso nos llevó a los 12 años de conflicto armado.

Aunque las estadísticas frías nos dicen que la derecha representada por ARENA bajó su caudal electoral, con relación al 2015. Lo que nos pasó a nosotros es aún mayor y los resultados auguran más complicaciones de gobernabilidad con menos fuerza legislativa a nuestro favor.

En este juego de ajedrez político, nuestra dirección y Gobierno, con inteligencia, humildad y autocritica está recogiendo el resultado electoral, que en gran medida refleja la postura de un fuerte sector que nos ha acompañado desde nuestros orígenes, y los miles de compatriotas que se han ido sumando hasta convertirnos en la fuerza política que somos.

En política, los deseos y la realidad, muy frecuentemente se contraponen y los ritmos y los tiempos están marcados por la correlación y la influencia social que tengamos; como ejemplo, en el Parlamento se necesita la aritmética que conforme la cantidad de diputados que sumados permitan legislar en favor de las grandes mayorías. Esta realidad ha marcado desde el 2009 nuestro quehacer legislativo; se ha avanzado en leyes positivas, pero en contrapartida se han hecho concesiones y entregado cuotas de poder a nuestros aliados y participación  incluso en el gobierno. Esto aunque es evidente, no se ha aclarado fehacientemente a nuestra militancia, a nuestros simpatizantes ni a la población que forma parte de nuestro potencial electoral. Todo esto nos ha pasado factura, pues las actitudes y los errores cometidos por estos funcionarios son tomados por la población como nuestros errores y la mala administración pública, naturalmente es achacada a nuestro gobierno. Cabe recordar que la estructura de vieja data de la derecha en la función pública quedo intacta desde el 2009 y hasta la fecha en su gran mayoría han continuado con las malas praxis y en muchos casos con un propósito claro de su filiación política de derecha.

La existencia política del FMLN, desde su nacimiento, nos ha llevado a implementar y desarrollar todas las formas de lucha políticas. En ese bregar hemos tenido grandes victoria, como también derrotas, que a pesar de habernos golpeado nos han servido para replantear métodos y afinar estrategias. En otro contexto la historia, nos recuerda lo sucedido en la ofensiva militar de 1981, en la que la poca experiencia militar de nuestros contingentes y otros factores de la época, no concluyo en victoria, por el contrario nos hizo replantearnos la estrategia bajo la consigna de la unidad, resistiendo, desarrollándonos y avanzando. Esta correcta estrategia que nos fundió con un sector importante de nuestro pueblo fue lo que nos fortaleció y nos hizo crecer durante los 12 años que duro el conflicto militar; acotando que la guerra civil no se alargó por la capacidad militar de las huestes del ejército salvadoreño sino por la injerencia directa, apoyo militar y económico de la estrategia contrainsurgente de los Estados Unidos.

Al margen de los análisis de propios y de aves de mal agüero no podemos obviar que somos parte del contexto latinoamericano, y como tal estamos incluidos en la estrategia regional de los Estados Unidos para contener el auge de gobiernos de Izquierda y progresistas que comenzó a finales del siglo recién pasado en todo el Continente, y dicha estrategia a la fecha ha propiciado desde cruentos golpes de Estado, como el de Honduras al Presidente Mel Zelaya, el 28 de junio de 2009, o el golpe de Estado contra Jean-Bertrand Aristide, en febrero de 2004; que fue en realidad porque éste no era afín a los intereses de Estados Unidos. Además en otras partes del Continente el Imperio ha puesto en práctica, subvertir la legalidad con jueces e instancias Judiciales que permitan deponer presidentes, como ha sucedido en Paraguay, Argentina, Brasil, o lo que está pasando en Venezuela, que es casi el calco de lo que hicieron en Nicaragua en los 80s. El Salvador no está excluido de esta estrategia Continental, es el FMLN el enemigo a vencer y para ello no es sólo la Derecha salvadoreña tradicional la que se pone al servicio de la embajada gringa; hay otros poderes y debutantes políticos, que también se están sumando al coctel político en contra del FMLN.

Después de la firma de los acuerdos de Paz el 16 de enero de 1992, al convertirnos en Partido político legal, la vivencia del FMLN se resume en las frases del discurso de nuestro líder histórico y firmante de los acuerdos de Paz, Schafik Jorge Hándal: “Nosotros no estamos llegando a este momento como ovejas descarriadas que vuelven al redil, sino como maduros y enérgicos impulsores de los cambios hace mucho tiempo anhelados por la inmensa mayoría de los salvadoreños.” Y esa es y debe de seguir siendo nuestra brújula política.

Desde 1992 al 2009, el FMLN comienza a dar batallas políticas dentro del marco de la legalidad salvadoreña y nos posesiona como la primera fuerza política del país y se gana la Presidencia con Mauricio Funes. No obstante en su interior, desde 1992 también se han librado batallas para mantener la esencia de Partido revolucionario. En estas batallas no han sido pocos los discrepantes que han mantenido posturas “radicales”, y aquellos que quisieron mediatizar el origen revolucionario del Partido, unos abandonaron y otros se quedaron solapados. En esta coyuntura poselectoral, curiosamente todos ellos pretenden hacer un solo cuerpo tratando de inventar con otros, “ideas nuevas” cuyo esencial propósito es “TODOS CONTRA EL FMLN”; sin importarles quien es el verdadero patrón que paga esa “fiesta” ni las consecuencias para el pueblo salvadoreño.

Al margen de cualquier proyecto político; que naturalmente es lícito que aparezca y se quiera desarrollar en El Salvador, sea de Izquierda, progresista o de Derecha, nosotros como militantes y simpatizantes del FMLN tenemos que ser coherentes y no hacer de los resultados electorales de este 4 de marzo, el fin de la historia; sino por el contrario tomarse como un “campanazo” oportuno para realizar la reingeniería necesaria tanto en nuestro Gobierno como en nuestro Partido para enrumbarnos hacia nuevas batallas y sobre todo asumir la parte que a cada cual nos corresponde, tanto en lo que no hicimos o no lo hicimos bien, como en lo que tenemos que hacer y como lo tenemos que hacer; especialmente para hacer “click” con los nuestros y nuestra base electoral que si lo revisamos son miles y que a pesar de los programas y beneficios sociales que los dos gobiernos del FMLN han impulsado en beneficio de las grandes mayorías, dichos programas no han sido correctamente comunicados y no han sido asumidos en su totalidad como propios por los beneficiados; por tanto hay mucho por hacer, hay mucho que comunicar! empecemos ya! Y como miembros militantes y simpatizantes del FMLN, debemos aprender muy bien que en aritmética política lo importante es sumar y multiplicar  y luchar con el mismo empeño contra aquellos que quieran restar y dividirnos!