“A nuestros compañeros de lucha, dirigentes y militantes de todo el país, a aquellos que residen en el exterior, a los aliados del FMLN… va nuestra más sincera gratitud y nuestro más emocionado respeto.
En este nuevo período que se abre para el país, el compromiso del FMLN y sus aliados, es el de seguir junto al pueblo, acompañarlo en cada lucha, en cada demanda justa. Ese es también nuestro compromiso. Nuestro espíritu es fuerte y nuestra voluntad es firme. Ni las peores amenazas, ni la difamación más perversa serán capaces de apartarnos de nuestro camino.
El propósito es destruir al Frente, para que el salto que se ha venido preparando por los cambios cuantitativos no se produzca, porque el salto es un cambio realmente revolucionario.
¿Cómo se expresa hoy el salto revolucionario? ¿Qué naturaleza tiene esa revolución? ¿Es la abolición de todo el capitalismo? No. Es la abolición del capitalismo neoliberal dentro de nuestro país, que es el capitalismo de la monopolaridad y de la hegemonía cada vez más absoluta del imperio estadounidense en el plano militar. Ha pretendido serlo en el plano económico pero no lo logra. Hay que subrayar eso, porque el sistema está lleno de contradicciones al interior del propio sistema capitalista neoliberal y porque también se enfrenta con otras regiones y otros intereses.
Hace tiempo Marx nos enseñó que el movimiento de la sociedad hacia adelante tiene como factor dinámico el desarrollo de las fuerzas productivas y que a un nivel determinado de su desarrollo le corresponde un tipo de relaciones de producción, de propiedad, vale decir, de relaciones de distribución. Esta correspondencia se está rompiendo y es así que aparece la acumulación de saltos.
El Partido se encuentra en esa situación, pero además está enfrentándose a desafíos que lo quieren destruir. Yo estoy convencido que la ruta del Partido para seguir acumulando y dar un salto consiste en mantener su lucha fuera de sus propias fronteras, en relacionarse lo más directamente posible con la gente. Convertir esta labor en algo permanente e ininterrumpido, que no esté relacionado exclusivamente con momentos electorales. Escuchar las opiniones de las personas sobre la problemática de cada momento, saber lo que les preocupa y discutir juntos cómo luchar.”
Schafik Hándal