Un helicóptero de lujo, un publirreportaje millonario y el peor sistema de salud del mundo

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El gobierno salvadoreño muestra a diario su carácter clasista y elitista. Incapaz de considerar las necesidades del pueblo, y preocupado por sostener su imagen de popularidad, dentro y fuera del país, redobla esfuerzos para mantener las apariencias.

Realidad tan elocuente como dolorosa para las grandes mayorías de un país cada vez más sumido en la miseria y la desigualdad, que ve a un aspirante a oligarca servirse de los recursos del Estado y de su posición privilegiada para engrandecer su ego e impulsar sus negocios personales y familiares.

Un publirreportaje a la medida de la dictadura

Mientras la bancada oficialista hace malabares publicitarios y dialécticos para justificar el uso de recursos públicos que no declaraba, abriendo la Caja de Pandora de las luchas sectarias en Nuevas Ideas, resulta cada vez más difícil para el gobierno inconstitucional justificar desatinos, ocultar las contradicciones al interior del régimen y mantener la imagen construida durante cinco años de gobierno.  

Cuando, en junio pasado, se consumó la usurpación del poder Ejecutivo como producto de la reelección ilegal, que transformó una “democracia autoritaria y de excepción” en un modelo autocrático con un gobierno de facto, se profundizó la crisis del sistema político que pretende consolidar la extrema derecha en el país.

Para acallar críticas, el jefe del clan ofreció una extensa entrevista a un medio extranjero y amigable, que recuerda mucho lo que se conoce como “publirreportaje”. Una entrevista simulada (contratada y bien pagada), donde el interesado expone sus puntos de vista con la seguridad de no ser contradicho, cuestionado o puesto en apuros.

Esta semana fue publicado en la revista estadounidense Time, el material grabado en junio pasado, con foto de portada y titular a la medida de los objetivos propuestos. “The Strongman”, (El hombre fuerte) afirmaba el titular, que encajaba con la imagen de la fotografía y la tendencia general del artículo a presentar un personaje en permanente control de la situación.

El objetivo era asegurar a sus seguidores que las políticas propuestas eran correctas, que las críticas de la oposición eran ínfimas, y que solo personas malintencionadas o con agendas ocultas podían atreverse a cuestionar o criticar al presidente o a sus políticas.

Sin embargo, la cadena de mentiras evidentes y el simplismo del monólogo presidencial casi ininterrumpido, deja muy poco espacio para tomar en serio este fallido intento propagandístico, que destaca la inclinación dictatorial a presumir su ya gastada autodefinición del “autoritario más popular del mundo”.   

Negar por principio hasta lo evidente parece la estrategia adoptada con mayor frecuencia por el jefe máximo del régimen. Contra la realidad que lo demuestra, argumentó que su cárcel modelo es abierta al mundo y que puede ser visitada por cualquiera que lo solicite.

Ante las denuncias de groseras violaciones de derechos humanos y de sistemática tortura y muerte de prisioneros, a las que el presidente descalifica como “narrativa”, nadie en el gobierno se ha dignado jamás a responder a los pedidos de información (secuestrada bajo reserva por años), no sólo de los organismos de derechos humanos, sino de familiares, abogados y medios de comunicación que, según el dictador, gozan de libertad pero no hacen bien su trabajo (razón por la cual -argumenta- casi no ofrece entrevistas).

El régimen de excepción dejó de ser constitucional al cumplir su segunda renovación automática por los títeres del Ejecutivo presentados como parlamentarios. Tampoco parece importar la inexistencia del Estado de Derecho ni la ausencia de independencia de poderes, o las sucesivas investigaciones que señalan a su protegido, “el carcelero mayor del imperio”, Osiris Luna, en relación a narcotráfico, asociación con pandillas y como pieza instrumental para la negociación del régimen con pandilleros, algo que niega una y otra vez el jefe del clan.

La violencia policial, los cercos militares, el autoritarismo de los uniformados que imponen el terror en las comunidades y las calles, la persecución a manifestantes, impidiendo la llegada de autobuses a la capital cuando se convocan marchas contra el gobierno, no entran en el recuerdo presidencial cuando habla de El Salvador como un país de libertad total. Tampoco recuerda las desapariciones forzosas, los feminicidios, los casos judiciales que involucran a los primos Muyshondt, al tuitero El Comisionado, o a ex funcionarios de gobiernos del FMLN. La narrativa del miedo quedó fuera del extenso monólogo.

Por supuesto, parece que tampoco la corrupción existe en su régimen, ”porque él no lo permitiría”, pero ya anuncia que el café que empezó a producir en su propia finca (que no tenía antes de gobernar) y cuya publicidad lanzó explotando su cargo presidencial, ahora se podrá adquirir en el aeropuerto que el gobierno publicita sin cesar. Allí no hay conflicto de intereses, enriquecimiento ilícito ni indicios de corrupción; eso solo cuenta para la oposición o para quienes caigan en desgracia en el entorno del clan.

Un “Ferrari” aéreo para ver la miseria en panorámica

“Mientras la propaganda repite sin cesar que es este un nuevo país, próspero y seguro, la desatención a las funciones básicas del Estado avanza. La falta de medicinas en el sistema de salud, la fuga de especialistas, el deterioro físico de muchos centros escolares y el descuido en el reparto de alimentos y uniformes a decenas de miles de niños y niñas del sistema público contradicen la narrativa oficial. El oficialismo ni siquiera es capaz de reparar los caminos y calles de las comunidades y colonias, ni de ofrecer un buen servicio de recolección de basura. El cierre o desmantelamiento de instituciones que atendían directamente a sectores vulnerables, como el Injuve, el Insaforp y la Secretaría de Inclusión Social, es muestra de que los jóvenes, los trabajadores y las mujeres no están en el centro de la preocupación del Estado.“ (Editorial UCA, 28/08/2024)

Esa realidad se subraya con rasgos dramáticos a partir de recientes informes, que constituyen auténticas cargas de profundidad para el régimen. La edición 2024 de CEOWORLD magazine, incluye el Índice Mundial de Calidad de Sistemas Públicos de Salud[1]; también se conoció el informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD “Mapa Socioeconómico. Guía para los 44 nuevos municipios de El Salvador, 2024”.

En el Índice Mundial de Calidad de Sistemas Públicos de Salud, que se mide en 110 países, El Salvador ocupa el puesto 110. Acostumbrado como está el dictador milenial a presentar sus “logros” como “los primeros en la historia, los únicos en el mundo”, y demás infantilismos egocéntricos, podemos afirmar con propiedad, que El Salvador de Bukele destaca por tener, por primera vez en la historia, el peor sistema de salud pública del mundo.

Por otra parte, el PNUD en su informe sobre El Salvador identifica queel 27% de los hogares sufre pobreza monetaria, pero en 32 de los 44 nuevos municipios, la cifra es igual o más alta. Las regiones más afectadas son la franja nororiental del país, y las zonas cafetaleras de Usulután y Ahuachapán.

La pobreza monetaria es la capacidad de un hogar de adquirir la canasta básica alimentaria (CBA). En el mes de julio de 2024, la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (ONEC) indicaba que el costo de la CBA en la zona urbana era de $264.9 para familias de tres a cuatro miembros, mientras que en la zona rural era de $180.3 para una familia de cuatro a cinco miembros. El año pasado, en el mismo mes, el costo de la CBA en el área urbana era $10 menos.

Los municipios con mayor pobreza monetaria son: Usulután Norte, Ahuachapán Sur, Morazán Norte, Cuscatlán Norte, Ahuachapán Norte, San Miguel Norte, Cabañas Este, Usulután Oeste, San Miguel Oeste y Cabañas Oeste.

El informe del PNUD también detalla que el 25% de los hogares en El Salvador sufre de pobreza multidimensional, pero en 29 de los 44 municipios la cifra es igual o más alta. Las regiones más afectadas son la costera y nororiental.

También esta semana se supo que 61 de cada 100 personas empleadas no tienen un contrato de trabajo, de acuerdo al estudio “Dinámica laboral y exclusión social en El Salvador”, presentado por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.

La mayoría de la fuerza de trabajo ampliada salvadoreña sufre  algún grado de exclusión social, ocasionado por un mercado laboral que genera pocas oportunidades de empleo y las que genera son mal remuneradas, precarias y con pocas garantías para la población trabajadora.

Para la medición del Índice de Exclusión Social (IES), que comprende cuatro categorías: mínima, flotante, latente y consolidada, las cuales se miden según la situación de desventaja para la persona trabajadora, la investigación tomó en cuenta la Población Económicamente Activa (PEA) y Población Económicamente Inactiva (PEI), que incluye el trabajo doméstico, y la han denominado Fuerza de Trabajo Ampliada (FTA).

De acuerdo  al estudio, una mujer integrante de la FTA tiene una probabilidad del 36% de encontrarse en una situación de exclusión social consolidada, solo por ser mujer, mientras que para los hombres es del 29%. Una persona joven tiene un 40.3% de probabilidad de encontrarse en exclusión consolidada, mientras que para las personas adultas es del 27.3% y para adultas mayores es del 25.7%.

Queda claro para quien lea el publirreportaje presidencial, que la seguridad alimentaria, la seguridad de acceso a fuentes de trabajo digno y a la salud y educación, no figura entre los criterios de seguridad de CAPRES. Basta con meter presos y dejar morir a quien el régimen considere un obstáculo para su proceso de acumulación capitalista, que solo incluye al selecto grupo burgués de nuevas y viejas familias poderosas de El Salvador.

En medio de este panorama, se hizo público desde redes sociales, la adquisición por la Fuerza Armada de El Salvador de un lujoso helicóptero para transporte presidencial. Se trata de un Leonardo AWS109SP Grand New, comprado nuevo y traído al país a inicios de agosto.

El modelo, fabricado en Italia, es considerado el “Ferrari” de los helicópteros y tiene un costo de al menos 5 millones de dólares. Un lujo inexplicable que servirá para que el presidente sobrevuele los crecientes bolsones de miseria del país a una prudente distancia y con comodidad, sin que esa realidad tenga importancia, en la medida que no figura en las prioridades del gobierno, como quedó explicitado en la entrevista mencionada, donde la calidad de vida de la población y sus penurias diarias para sobrevivir, no ocupa ni una sola línea del larguísimo reportaje.


[1]https://ceoworld.biz/2024/04/02/countries-with-the-best-health-care-systems-2024/