Historias de integración: mujeres migrantes en Europa

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Textos y fotografías: Yoselina Guevara López

“Historias de integración: mujeres migrantes en Europa” son entrevistas,
conversaciones de los cuales nacen estos breves reportajes realizados en cuatro países
de Europa donde viven las protagonistas de estos relatos, quienes abrieron las puertas de
sus vidas para hacer conocer sus realidades, sueños, y esperanzas. Es un trabajo que
forma parte del Proyecto Agency “Vote with her”, con el apoyo del Parlamento
Europeo, coordinado por la Red Europea de Mujeres Migrantes (ENoMW) – Plataforma
feminista de mujeres migrantes y refugiadas de la UE – en colaboración con FemLENS
(Asociación cultural y educativa sin ánimo de lucro). Las fotografías fueron realizadas
por la autora de los reportajes con la guía y supervisión de la Facilitadora del Proyecto
Agency para Italia Maria Grazia Granati.

Nuestro principal objetivo ha sido dar voz a estas cuatro mujeres migrantes que
eligieron Europa como su nuevo hogar, ellas nos cuentan sus experiencias para
integrarse en una nueva cultura, a menudo aprendiendo un nuevo idioma, nuevas
costumbres. Son cuatro realidades totalmente diferentes que cuentan la historia de la
migración de forma positiva, a pesar de las dificultades, mostrando todas las
capacidades que los migrantes ponen a disposición de los países receptores y que
muchas veces son subestimadas.
Estas historias reafirman la importancia de la participación política como parte
de la integración, especialmente en las próximas elecciones de diputados y diputadas al
Parlamento Europeo. Ellas hacen un llamado a todos los que tienen derecho a votar para
que lo hagan también en su nombre, para mejorar las leyes, mejorar las políticas y
mejorar la vida de quienes viven en esta gran casa que es nuestro planeta.

  1. Historias de integración: mujeres migrantes en Europa

María Ligia Uribe: el cultivo de la tierra y la participación política como experiencias de integración

Colombia- Bélgica

Por Yoselina Guevara López
Ligia camina con paso esbelto, conoce cada calle de la zona donde vive en
Bruselas. En un momento dejamos atrás el rumor de los carros y entramos en la quietud
del bosque, el “Park Keyembempt, Commune D’uccle”, cambia la atmósfera y no
pareciera estar tan cerca de la ciudad. El sendero cruza parajes que llaman al reposo, a la
calma, a la armonía del hombre con la naturaleza.

Mi muchacha este bosque lo estamos luchando, porque quieren hacer unos
edificios con habitaciones y destruir este pulmón vegetal. Pero no lo vamos a permitir.
Hay muchos edificios vacíos en el centro de Bruselas, edificios de oficinas, que los
arquitectos pueden remodelar y convertir en viviendas. No se puede perder este hábitat
de pájaros, de ardillas, de flores, debes venir en primavera para que veas cuantas
flores crecen aquí. ¡Es hermoso!”

Es otoño y ya empiezan a sentirse las bajas temperaturas, la gente pasea, nos
saludan, respondemos y regalamos una sonrisa, algo nos une, quizás sea el amor por
esta naturaleza que nos brinda amablemente su sosiego. Un grupo de niños y niñas con
discapacidad también aprovechan los rayos del sol para pasear en compañía de su
maestra. Ligia me habla de su vida en Colombia, su país natal. Una vida llena de
experiencias, algunas positivas y otras que signaron su salida del país.

“En mi país de origen, fui por muchos años docente en los colectivos agrícolas
(Mingas). En ese tiempo nos organizábamos en colectivos, tanto los docentes, como las
familias de campesinos a los cuales les dábamos clases. Esa es una de las cosas que
extraño de mi país, la solidaridad y el trabajo en colectivo. En este sentido trato de
continuar esa experiencia de solidaridad aquí en Bélgica, con las personas que llegan
como migrantes de Colombia, de Latinoamérica e inclusive de otros países”.
Luego de cruzar el bosque, llegamos finalmente a su huerto, una experiencia
agrícola en comunidad, que surge de la iniciativa de “Bruxelles Environnement”. Un
pedazo de tierra de 6 por 30 metros, donde Ligia y sus dos hijos cultivan muchas de las
verduras y los vegetales que comen en su dieta diaria. Son más de 10 huertas familiares,
en un modelo de agricultura urbana que respeta el ambiente con la no utilización de
fertilizantes nocivos para la salud, con la siembra flores para la preservación de las

abejas, de los pájaros y las mariposas, con el cultivo de alimentos saludables libres de
sustancias tóxicas.
“He aprendido a sembrar, a plantar, entonces eso es muy importante para mí
porque eso me une a la tierra, y me sirve de integración con otras personas y mi
objetivo sería llevar a muchas personas a que aprendan, así como yo he aprendido y
compartir el trueque, el vivir en comunidad, es un tejido social, me interesa mucho
crear tejido social, para vencer la soledad, para vencer el pesimismo, para mostrar que
podemos empoderarnos”.
Estas iniciativas de siembra en colectivo, incentivan el sentido de pertenencia y
de integración al lugar donde se vive, porque no es solo habitar, es vivir y compartir en
comunidad manteniendo en todo momento el respeto mutuo. Son experiencias que nos
nutren, que se contraponen al modelo de sociedad atomizada, individualizada que
paradoxalmente goza de un gran desarrollo científico-tecnológico pero que va perdiendo
la calidez de los sentimientos que nos distingue como seres humanos.

“Extraño mucho la solidaridad, el siempre diálogo con las personas, me gusta
dialogar, me gusta hablar, aquí en Bélgica los círculos son mucho más cerrados,
entonces eso añoro de mi país. La solidaridad y la risa, a veces en medio de tanto
problema, de pobreza del campesinado en Colombia siempre hay una sonrisa, una
alegría, y extraño eso la risa de los jóvenes, de los alumnos, la vida bucólica, la
tranquilidad, la belleza del valor que le dan a la tierra, y a las cosas”.

El huerto en comunidad es una parte importante de la vida de Ligia, que la
mantiene en conexión con su país natal y la ayuda a integrarse con el país donde reside
actualmente. Aunado a ello, Ligia también nos habla de está su activismo diario y
constante por los derechos de las mujeres y de las causas justas para la humanidad.
“A mí me une la lucha de las mujeres, la lucha de los trabajadores. Yo me
siento integrada con la lucha, y con el despertar de la conciencia en donde vivoactualmente.

Aquí en Bélgica me he integrado por la lucha, la lucha por la migración,
la lucha por los derechos de los migrantes, la lucha por los derechos de la mujer tanto
como las mujeres migrantes como las mujeres europeas, la lucha de los trabajadores, el
salario justo. Todo eso me integra. A mí me integra la lucha. Es la verdadera
integración y lo he podido hacer porque aquí en Bruselas no nos arrestan, ni nos meten
en cárceles porque está luchando. Poder salir a la calle lo que uno ve que no está bien,
para defender y empujar al cambio de esas políticas que a veces tienden a ser muy
discriminatorias y que afectan los derechos de los más débiles. Entonces a mí me une la
lucha”.
Las dificultades que encontró al llegar al nuevo país, y que todavía debe afrontar
como mujer migrante no le han impedido participar activamente a nivel político. Por el
contrario el hecho de reunirse con otras mujeres, con otros migrantes, inclusive de otras

nacionalidades, le ha permitido lograr integrarse en el país donde reside desde hace 35
años. Aunque seamos de otras naciones, con otras costumbres y otros idiomas,
compartimos los mismos sueños y anhelos. De allí que Ligia sea una de las defensoras
de la participación en las elecciones del Parlamento Europeo en junio del 2024
“Sí, claro que sí votaré, es importante, el voto es un derecho que se ha
conquistado, que se ha luchado, que lo han luchado las mujeres. Es importante el
apoyo a la participación política de las mujeres, la equidad en número de mujeres en el
parlamento, la participación al cambio social, el cambio en las políticas
gubernamentales. No solo la participación de quienes son candidatas, o son electas,
sino también a los comités, a las organizaciones de mujeres, sino llamar a esos comités
de organizaciones de mujeres a poder participar a nivel de mejoras a nivel político.
En el nombre y por la memoria de Olimpa de Gouges (Marie Gouze), una mujer que
luchó por los derechos de la mujer, entonces como no, y que incluso a causa de toda
esa lucha Olimpa de Gouges fue llevada al paredón durante la Revolución Francesa.
Claro que sí que voy a votar, es un derecho conquistado por todas las mujeres”.

Yoselina Guevara López: comunicadora social venezolana, analista política, articulista
en diferentes medios internacionales, cuyo trabajo ha sido traducido al inglés, italiano,
griego y sueco. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2022
(Venezuela), mención especial Opinión; Premio Nacional de Periodismo Aníbal Nazoa
2021 (Venezuela);I Concurso Memoria Histórica Comandante Feliciano 2022 (El
Salvador) Tercer lugar.