Recordando el sepelio de la compañera Melida Anaya Montes (Ana María).
“Hay un detalle poco conocido que debe ser tomado cuenta; dos o tres días antes del regreso de Marcial a Managua, amigos del Departamento Relaciones Internacionales (DRI) indagaban sobre la fecha y vuelo del Comandante. Un equipo de Relaciones Internacionales del FSLN esperaba para recibir a Carpio y Lito, a su arribo al Aeropuerto de Managua Procedente de Moscú. Los estaban esperando en la oficina de protocolo, supuestamente, para asegurar la participación de Marcial en los actos de deposición, ese dia, de los restos de Ana María en las cercanías del Mercado Huembes.
Los compañeros del Frente Sandinista aquienes cariñosamente le llamábamos los amigos sandinos, le organizaron protección en su casa. Estos amigos ya estaban convencidos de que dada la gravedad del caso y de las seguras repercusiones que tendría, el asunto debía ser abordado políticamente, al interior de la Dirección de las FPL. En efecto, todo indicaba que así sería. Los preparativos para el abordaje estaba en marcha. Carpio lo sabia, es su mente no había tranquilidad todos los caminos se le cerraban uno a uno, estaba cercado. Su futuro como el caudillo mítico, el otrora Ho Chi ming de América Latina, sería sentado en el banquillo y él, el jefe, tendría que responder por el crimen.
Salvador Cayetano Carpio tomó la decisión de escribir unas cartas para la posteridad, dejando en ellas, de manera intencional supuestas maquinaciones foráneas en su contra y de la revolución salvadoreña, cartas que debían jugar un papel, ya sin su presencia física.”
Santacruz, Domingo. (2019). El rostro oculto del Comandante Marcial. 1°edición. Editorial Trinchera. Caracas, Venezuela. Páginas 137-138.
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