Honduras, Siete años sin Berta Cáceres: desmantelar la impunidad

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Berta Cáceres

En el mes de aniversario del vil asesinato de Berta Isabel Cáceres Flores, defensora de la tierra y de los ríos, figura de fama mundial que ganó el Premio Goldman 2015, el «Nobel Verde» que recompensa a defensores de la naturaleza y el medio ambiente, EL LIBERTADOR se hace eco de millones de voces alrededor del mundo que exigen justicia, para que no sólo los autores materiales guarden prisión, sino también aquellos que luego de maquinar, ordenaron su demencial ejecución.

Este rotativo tiene en su poder copia de la histórica Acta de la Audiencia Inicial contra los imputados por el asesinato de Cáceres Flores y asesinato en su grado de ejecución de tentativa contra el testigo protegido ABC 03-03-16, el mexicano Gustavo Castro, realizada el 6, 7 y 8 de mayo de 2016, expediente 21/2016.

El acta contiene información reveladora y fidedigna de la manera cómo se planificó el asesinato de la ambientalista, pruebas de la participación de los imputados en el crimen que consisten en el arma homicida, grandes cantidades de dinero encontradas en una vivienda y vaciados telefónicos de conversaciones entre los autores materiales del hecho, así como indicios racionales de quiénes en crisis de locura ordenaron el terrible crimen.

COMBATE DESIGUAL

Berta Cáceres era la coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), emprendió una fuerte lucha para impedir que se construyera una generadora de energía hidroeléctrica en el río Gualcarque, declarado “río sagrado del pueblo lenca”, que recorre comunidades de los municipios de Intibucá y Santa Bárbara. Su lucha le costó persecución oficial y criminal, cárcel y finalmente la muerte.

El proyecto hidroeléctrico que ha despojado del río Gualcarque a los pueblos originarios y denominado Agua Zarca, se comenzó a desarrollar en 2011 y está a cargo de la empresa hondureña Desarrollos Energéticos S.A. (DESA), creada en octubre de 2008.

El presidente de DESA, subteniente en condición de retiro, Roberto David Castillo Mejía, es sobrino directo del eterno diputado nacionalista por Atlántida, Rodolfo Irías Navas.

Castillo Mejía se graduó de West Point en 2004, laboró en el Departamento de Inteligencia y Contra inteligencia del Estado Mayor Conjunto y en la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), en este último cargo fue reparado por el Tribunal Superior de Cuentas (TSC) por cobrar dos salarios (Edición 137 de EL LIBERTADOR, abril 2016).- En junio de 2022, fue condenado a 22 años de prisión, considerado por la justicia hondureña como “autor intelectual” del crimen que apagó la vida física de Berta.Entre agonía y luto, la también defensora ancestral y ambiental, Miriam Miranda, despide a su amiga Berta con alegría, rindiendo honor a su lucha social.

En tanto, en 2018 ya habían sido condenados a 30 años de cárcel también como «coautores» Sergio Rodríguez y Douglas Bustillo, funcionarios de DESA; el exmilitar, Mariano Díaz; y, los sicarios Edilson Duarte, Oscar Torres, Henry Hernández y Elvin Rápalo, recibieron 50 años de reclusión.

EE. UU. APOYÓ DESA

El proyecto Agua Zarca ha sido financiado por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE); el Banco de Desarrollo Holandés (FMO) y la Finlandia Finn Fund. En diciembre de 2015, la Agencia Internacional para el Desarrollo Internacional (USAID), también apoyó el proyecto hidroeléctrico con convenios de colaboración a productores de la zona de influencia.

Las manifestaciones de Berta contra el proyecto, habían logrado que se estancara la construcción de la represa y que se suspendiera financiamiento extranjero para culminar las obras, lo cual provocó el traslado del proyecto de Intibucá hacia el municipio de San Francisco de Ojuera, Santa Bárbara, donde se ejecutan las obras en la actualidad, con la venia del gobierno de Honduras, aun con la masiva protesta mundial de cierre de la construcción tras el asesinato de la ambientalista.

El 11 de julio de 2017, se hizo oficial que tanto FMO como el Fondo Finlandés habían retirado su apoyo al proyecto hidroeléctrico, la noticia fue divulgada en exclusiva por EL LIBERTADOR con el título: “¡Ganó Berta! Cierran proyecto hidroeléctrico “Agua Zarca””, logrando un hito en la historia de este periódico, pues solo ese artículo alcanzó casi cuatro millones de lecturas en todo el mundo.

MEDIOS CALUMNIAN

Cuando se supo del asesinato de la guardiana de los ríos, los medios de comunicación corporativos se encargaron de difundir que el asesinato obedecía a “intento de robo”, “crimen pasional” y “diferencias internas en la organización”.

Esas calumnias –impunes– llevaron a la detención de dos miembros del COPINH y al escándalo de declarar alerta migratoria –no dejar salir de Honduras– contra Gustavo Castro, activista mexicano, único testigo del asesinato de Berta y que resultó herido en el ataque.

Las hipótesis tendenciosas fueron echadas por tierra cuando se supo quiénes eran los autores materiales del asesinato, sin duda alguna, vinculados a DESA y a las Fuerzas Armadas de Honduras.

El Acta de la Audiencia Inicial describe que mientras Berta Cáceres se encontraba en su casa de habitación en la colonia “El Líbano” de La Esperanza, Intibucá, –unos 175 kilómetros al occidente de la capital hondureña—, cuando aproximadamente a las 11:35 de la noche, tres personas desconocidas ingresaron violentamente a la vivienda por la puerta trasera e inmediatamente se dirigieron a las habitaciones y dando puntapiés lograron abrir el dormitorio donde ella se encontraba y, al escuchar el ruido provocado por los desconocidos, preguntó: «¿quién anda allí?

En vida, Berta Cáceres fue laureada con el «Nobel Verde» y el crimen en su contra dolió al mundo.

“LLAMÁ A SALVADOR”

Inmediatamente trató de evitar el ataque empujando la puerta para tratar de cerrarla, mientras uno de los sicarios logró ingresar y dispararle con el arma de fuego que portaba.- De inmediato Berta cayó al suelo quedando gravemente herida debido a que los disparos provocaron daños a órganos vitales.

Mientras esto ocurría, los otros dos sujetos daban puntapiés en las demás habitaciones y uno de ellos logró abrir el dormitorio del testigo protegido ABC 3-03-2016, es decir, el mexicano Gustavo Castro, quien al ver que en su puerta estaba una persona apuntándole con un arma de fuego, se lanzó a un lado de la cama tratando de ocultarse para protegerse, pero el sujeto le disparó causándole dos lesiones, una en su mano izquierda con la que se tapó la cara al momento de la agresión y otra en su oreja izquierda.- Inmediatamente los ya condenados salieron de prisa dejando por muertos a las dos víctimas.

Castro refiere que al salir los matones se fue al cuarto de Berta, quien logró decirle: “llamá a Salvador (Zúniga)”, por lo que éste llamó desde el aparato telefónico que ella usaba, tanto a Salvador como a otras personas, pidiendo auxilio y minutos después Berta expiró.- Lo anterior se consigna en los folios 722 y 796 del acta.- Aunque el acta no menciona el apellido de Salvador, se asume que Berta quería que llamaran a su ex esposo, Salvador Zúniga, padre de sus cuatro hijos y conocido dirigente indígena.

“ASAR CARNE”

De acuerdo a los documentos a los que accedió EL LIBERTADOR, los ahora convictos Mariano Díaz y Henry Hernández, a quienes se les realizó un vaciado telefónico entre otros procedimientos informáticos, discutieron la ejecución del crimen desde mucho antes de la ejecución y, con frialdad propia de escuadrones de la muerte, utilizan un lenguaje clave para “pasar desapercibidos”.

El 20 de febrero de 2016, un día después que la ahora heroína nacional tuviera un enfrentamiento con personal y ejecutivos de DESA, ambos exmilitares definieron detalles para asesinar, este acontecimiento ha sido marcado por este periódico, como el que marcó la sentencia de muerte.

Una comunicación anterior, registrada en 5 de febrero de 2016, los sujetos intercambian mensajes, Mariano dice a Henry que le pagará “50 más 50 de él”; Henry le reprocha calificándolo de tacaño, entonces Mariano le responde que le darán “100 por todo”, Henry responde: “Allí sí compa”, consta en el Folio 769 del Poder Judicial.

En la conversación nunca se menciona el nombre de Berta, se utilizan términos propios de la jerga del bajo mundo como “asar carne”, “carne asada”, “repartir comida”, “sonando los platos” y otros. (La investigación completa ha sido publicada en los últimos siete años en ediciones de EL LIBERTADOR).

Fuente El Libertador/ telegra.ph