18 de febrero
Un relato histórico de los escuadrones de la muerte y estudio de caso.
Autores: Oficiales Anónimos de Inteligencia de la Fuerza Armada.
Cuarta entrega
“Con posterioridad a la guerra entre El Salvador y Honduras -en la cual tuvo actuación destacada- Medrano entró en conflicto con el Presidente, General Fidel Sánchez Hernández, y fue obligado por fuerza, a abandonar la jefatura de la Guardia Nacional.
Desde comienzos de la década de los años setenta, los analistas militares más inteligentes ya presagiaban un período de inestabilidad en el país, debido a las condiciones vigentes. También ya se estimaba, que inevitablemente, la búsqueda del cambio social llevaría a opciones violentas, dada la total indisposición de los sectores de poder de permitir procesos graduales de transformación.
Es con base a lo anterior que Medrano y su grupo -una vez perdido el bastión de la Guardia Nacional- comenzaron a operar desde ORDEN y ANSESAL. Para ello, sin embargo, necesitaban recursos de los que antes disponían libremente en el aparato estatal; para lograrlos, recurrieron a los secuestros.
El 22 de junio de 1978 fue secuestrado en Santa Ana el poderoso empresario cafetalero Adolfo McEntee. Otro empresario del mismo ramo, Carlos Nieto Alvarez, corrió la misma suerte el 14 de junio de 1979. Ambos hechos se atribuyeron entonces a la organización insurgente ERP, pero al poco tiempo se pudo saber que los verdaderos secuestradores eran altos funcionarios del gobierno en el departamento de Santa Ana. Inclusive se implicó al Gobernador Departamental. Uno de los implicados tuvo que salir apresuradamente del país rumbo a México, donde permaneció tres años; se trata del doctor Jorge Antonio Giammattei Avilés, actual Vicepresidente de la actual Corte Suprema de Justicia.
Otro caso de secuestro que engrosó las finanzas de los escuadrones de la muerte fue el del Embajador de Sudáfrica, Archibald Gardner Dumm. El hecho en si mismo fue cometido por un grupo insurgente que solicitó rescate por la liberación del diplomático. El gobierno sudafricano se negó a negociar, pero amigos personales del diplomático reunieron 3,4 millones de dólares, los que vía una embajada sudamericana, hicieron llegar al Mayor Roberto D’Aubuisson, para que éste negociara con los secuestradores. No se sabe que hizo D’Abuisson , pero lo cierto es que ni el dinero ni el embajador volvieron a aparecer. En las gestiones y actividades alrededor de este hecho, tuvieron participación destacada tres colaboradores cercanos de D’Abuisson desde entonces: Oscar Eusebio Argueta (actual Gobernador de San Salvador); su cuñado, Antonio Cornejo Arango, y Gloria Salguero Gross, actual Visepresidenta de la Asamblea Legislativa, por el partido ARENA.”
Autor anónimo. (2004). Los Escuadrones de la Muerte.2° edición. Editorial Jaragua.El Salvador.
Págs. 132-133
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