Visión explicativa de la migración venezolana en el contexto mundial

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Foto de CPAZ

Por Pedro Sassone
La problemática de la movilidad humana es un fenómeno que siempre ha existido desde que el ser humano ha buscado desplazarse de un lugar a otro en la búsqueda de mejores condiciones de vida. Sin embargo si bien es delarga data es importante que se haga un esfuerzo por conocer la profundidad y complejidad por el impacto que produce en una masa importante de población, que de acuerdo a la OIM (Organización internacional para las migraciones) para el año 2020 la cifra aproximada de seres humanos que vivían en un país distinto de su país natal alcanzó los 281 millones de personas, a pesar de las restricciones a la movilidad que la pandemia del Covid-19 impuso a nivel mundial.

La migración es un fenómeno que definitivamente tiene múltiples determinantes sociales, económicas, culturales y como consecuencia de guerras imperialistas que se desarrollan en la realidad que vive el sistema mundo capitalista, está caracterizado por grandes desigualdades y relaciones asimétricas entre los países y regiones, donde unos son emisores y otros receptores, en los cuales se vive la problemática de la migración de millones de personas de un continente a otro, de una nación a otra en una dinámica intrarregional y al mismo tiempo al interno de los países de zonas rurales a urbanas. Pero toda esta fenomenología tiene como denominador común las implicaciones humanitarias para la vida de las personas, donde miles de ellos mueren en el intento o sus vidas quedan marcadas por el trauma de sufrir situaciones de violencia, vejación y de convertirse en habitantes de otros países o zonas diferentes donde nacieron; donde no son aceptados por su color de piel, por su nivel social, por su fisonomía física y cultural, pasando a ser objeto de xenofobia, discriminación, tratados como individuos de segunda, incumpliéndose en el acceso a los derechos humanos y la protección social, tal como establecen el derecho y los acuerdos internacionales, así como también las leyes nacionales.

La migración como herramienta geopolítica de ataque a Venezuela

Toda la realidad patética de la migración en el mundo, en muchos casos es manipulada por la mediática internacional donde se esconden, se crean falsas expectativas y es utilizada con fines políticos por una parte para desprestigiar la migración de los pobres presentándolos como riesgo para la estabilidad y la seguridad de los países desarrollados.

Pero a la vez los migrantes son utilizados como un mecanismo para atacar a países y gobiernos, como ha sido el caso de Venezuela, donde la migración se ha descontextualizado de sus razones y fue promovida en redes sociales, medios de comunicación a nivel internacional y gobiernos extranjeros, todo con el objetivo de desprestigiar a la revolución bolivariana y al Estado soberano venezolano e intentar crear condiciones en la opinión pública mundial para la construcción de un expediente que pudiera conducir a justificar una posible “intervención humanitaria”, en lo que se conoce como “la responsabilidad de proteger”. Este último es un concepto de mucha controversia que no goza de la legalidad y legitimidad en la ONU, donde la “Comunidad Internacional” pudiese intervenir ante la supuesta incapacidad del Estado Nacional de proteger a su población, calificándolo como “Estado fallido”, justificando de esta manera una intervención militar.

En ese mismo contexto geopolítico, la promoción de la desesperanza en la población, sobre todo en los sectores de la juventud con niveles de educación técnica y universitaria, produce una migración de cantidades importantes de profesionales. Cabe resaltar que esto no fue un hecho fortuito, fue pensado y activado como una variable geopolítica para desestructurar a la población y descapitalizar a la nación (Venezuela) en su potencial humano, factor fundamental para la seguridad nacional, el buen funcionamiento del Estado, sus instituciones, la cobertura y calidad servicios públicos fundamentales de salud, educación. En virtud de ello se produce la migración a otros países, sobre todo hacia países de Suramérica, de miles de maestros, profesores, médicos de alta calificación, ingenieros, técnicos superiores, que a su vez causa una merma importante en el bienestar de la población venezolana.

En la lógica utilitaria de la migración con fines políticos, en el caso venezolano se intentó imponer el relato, la idea por parte de algunos organismos internacionales que se trataba de personas “refugiadas”, la cual es una categoría que está establecida en las leyes en el contexto de los acuerdos internacionales y nacionales. La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados adoptada en Ginebra, Suiza, el 28 de julio de 1951, en su Capítulo 1 , artículo 1, párrafo 2 define que la condición de refugiado se aplica a personas que “debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de tal país; o que, careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos, fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera regresar a él” .

Se instrumentalizó la migración venezolana categorizándola com“refugiados”, implementándose una campaña internacional en contra Venezuela en la cual se atacaba al gobierno venezolano. Fue una categoría socializada y manipulada de manera brutal en la mediática, se dijo que salían huyendo del país, producto de una guerra política y de persecuciones masivas a la población. Lamentablemente algunos organismos internacionales se hicieron eco de la utilización de esta categoría difundiéndola a nivel internacional e inclusive expuesta como la realidad en diferentes reuniones internacionales. El tiempo fue demostrando la falsedad de querer imponer la idea de la salida forzada, homologándolo a la triste realidad que se vive en otras latitudes, así se comprueba en la información procesada por los mismos organismos internacionales, en la aplicación de los protocolos para calificar a una persona como “refugiado”, donde apenas una minoría (1%) de los migrantes venezolanos, en el caso de Ecuador, calificaron como refugiados, y ellos referido principalmente a NNA (niños, niñas y adolescentes no acompañados) y a los cuales se les dio protección internacional.

Migración económica, como consecuencia de la destrucción de la base material de la población
Todos los estudios realizados han comprobado que se trata de un migración de carácter económico, quienes abandonaron al país en la búsqueda de su desarrollo personal material. Sin embargo para un gran número la
decisión de salir de su país natal ha sido sufrir una cantidad de traumas que implican el hecho de emigrar a otros países con una cultura diferente, con condiciones de vida en muchos casos por debajo de las que se tenían en Venezuela y todo lo que representa dejar su hogar y su familia. En no pocos casos, los migrantes se encuentran en una compleja situación de dificultades a todo nivel (social, económico, mental, emocional, familiar), pudiendo ser categorizados como personas “víctimas directas” de la guerra económica de la cual ha sido objeto Venezuela.
No olvidemos que dicha guerra no convencional es producto de la aplicación de más de 900 medidas coercitivas unilaterales por parte de los Estados Unidos y sus aliados, que desde hace ocho años, destruyeron parte de la base económica de sustento de la población, que castigó a la industria petrolera, bloqueó el comercio, la importación de medicinas, de alimentos, insumos industriales, se secuestraron los recursos financieros del Estado y aún en estos momentos se siguen sufriendo las consecuencias, no obstante los grandes esfuerzos que ha hecho el gobierno venezolano para superar y seguir resistiendo victorioso a las dificultades.
Pero la brutal agresión al país es real y el resultado fue golpear y tratar de destruir el nivel de vida y prosperidad de la población, alcanzado a inicios de la revolución bolivariana, con los niveles del salario mínimo más alto de la región y así una serie de logros a nivel social, educativo y salud. En términos políticos debemos tener claro que los poderes hegemónicos mundiales se propusieron acabar con el modelo político socialista instalado en Venezuela, para que no se convirtiera en referencia internacional.

Así mismo se comprueba que la migración venezolana es de tipo económico porque en la medida que paulatinamente la economía se ha venido recuperando, cerrando con tasas de crecimiento económico positivas, por encima del 12 % del PIB para 2022, contingentes importantes de la población están regresando al país sin ningún tipo de restricciones o peligro para la vida de las personas, quedando en evidencia toda la manipulación orquestada por los poderes fácticos, y desenmascarando la mentira de que eran migrantes refugiados que salieron huyendo del país.

Propaganda psicológica para propiciar la migración venezolana

La propaganda en contra del país no se limitó a tratar de imponer la condición de “refugiados” a los migrantes venezolanos, también atacó y ataca internamente a la población. Se construyó una campaña a través de las redes sociales en la cual la narrativa comunicacional está enfocada en colocar como una solución a los problemas al hecho de “salir del país”, desconociendo las condiciones, los peligros, los costos, pero en la cual el objetivo final es “irse” de Venezuela. Es necesario destacar que son construcciones que inundan la psiquis, que continuamente reproducen el mensaje, nada está hecho al azar o por coincidencia, son laboratorios que se encargan de propiciar estas situaciones.

En este sentido las consecuencias de esta nefasta campaña migratoria las vivimos todos; desde los migrantes que llegan a un país receptor entrando en una condición de vulnerabilidad e inclusive en un espiral de violencia, pero también el gobierno del presidente Nicolás Maduro, que es el único en el mundo que tiene un plan de repatriación de sus connacionales a través del programa “Vuelta a la Patria”, así como las distintas misiones diplomáticas que día a día ofrecen protección social, legal, documentación a los venezolanos y venezolanas que son víctimas de esta trampa migratoria.

El camino de la construcción del proceso revolucionario, liderado actualmente por el presidente Maduro, es largo y lleno de escollos, la felicidad del pueblo venezolano y su plena atención en todas en sus necesidades es uno de los retos a los cuales nos enfrentamos cotidianamente, aún queda mucho por hacer, pero lo más importante es continuar trabajando infatigablemente, como se ha venido haciendo, por el bien y el progreso de la Patria, haciendo realidad la consolidación de la paz y el bien común, donde juega un papel importante la protección humanitaria de los connacionales, que donde se encuentren tienen que sentir la solidaridad y la presencia institucional del gobierno bolivariano.

Pedro Sassone: analista político, sociólogo y diplomático.

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