El mundo es testigo de un conflicto bélico que pone en peligro la frágil paz en el planeta. Una paz segmentada, porque, así como no tiene paz la población de Ucrania, teatro de operaciones de la acción militar rusa, tampoco la tienen los pueblos de países vecinos que ven cómo desde la OTAN y EEUU se abren corredores de armamentos que acercan las perspectivas de guerra a sus hogares. La cuál inició en el año 2014.
Mientras los medios de comunicación occidentales bombardean día y noche a la población del planeta con noticias manipuladas y campañas contra Rusia, presentan a los reconocidos guerreristas estadounidenses y a la OTAN como emblemas de la paz. Esos medios callaron cuando los muertos y las destrucciones ocurrían en Libia, Irak, Afganistán y, Siria.
Tampoco podemos decir que viven en paz las mujeres y hombres palestinos sometidos por siempre al acoso y destrucción de sus vidas y bienes por Israel, una potencia invasora; ni la tiene el pueblo yemení víctima del salvajismo militar Saudí, como tampoco la tienen los pueblos de Nuestra América que desde hace décadas sufren el intervencionismo de los EEUU, convencidos que pueden hacer y deshacer sobre las vidas y bienes de nuestros países. ¿Acaso vive en Paz el pueblo cubano, sometido a un bloqueo criminal de más de 6 décadas que le impide disfrutar de condiciones de vida digna a la que tienen derecho como todos los pueblos del mundo?
¿Tiene paz Venezuela, sometida a la constante amenaza de su vecina Colombia como gendarme de Washington? ¿Garantizan la paz de nuestros pueblos las maniobras militares en aguas del caribe, maniobras acompañadas de un submarino nuclear en complicidad con fuerzas colombianas, declaradas las mejores amigas de la OTAN?
Los tambores de guerra solo anticipan dolores, hambre, muerte y sufrimiento para los pueblos. Nos negamos a ser parte de los juegos de guerra imperiales; nos negamos a seguir siendo patio trasero de nadie y rechazamos que cualquier negociación entre potencias continúe considerando a los pueblos del mundo como piezas despreciables de un tablero mundial.
Nos pronunciamos por la paz y abogamos por la solución pacífica de los conflictos; también del conflicto en Ucrania, pero jamás aceptaremos que a fuerza de tensiones y amenazas se pretenda dividir el mundo entre potencias como si aún viviéramos en el nefasto periodo decimonónico del imperialismo colonial.