CORRIENTE REVOLUCIONARIA SCHAFIK HÁNDAL, CRSH.
SAN SALVADOR.
COMUNICADO #5
Tras el anuncio presidencial de que entraría a circular el Bitcoin como moneda de uso nacional, diversos sectores se han pronunciado advirtiendo los riesgos económicos, legales y de seguridad que el país enfrentaría con dicha medida.
Hasta el Banco Mundial ha declarado públicamente que no apoyará al gobierno salvadoreño en la implementación de la moneda virtual, desmintiendo así las afirmaciones de los voceros
gubernamentales, quienes con gran pompa quieren hacer creer que con esa moneda se resolverán los problemas económicos que golpean al país, producto de las malas políticas del Ejecutivo.
Es importante tener claro que el uso de la criptomoneda o moneda virtual no sólo representa un riesgo porque abre las puertas al lavado de dinero, sino que afectará directamente la ya precaria
economía familiar, pues su uso requiere contar con un celular moderno o una computadora, algo que no todas las familias pobres pueden obtener.
A ello se agrega contar con saldo, internet y electricidad permanentes, así como la instalación de programas especiales, elevando el gasto en consumo de energía en detrimento del bolsillo y del medio ambiente; ésta última es una de las razones por lo que en países desarrollados no se utiliza el dinero virtual.
La exigencia del uso de la tecnología y equipos sofisticados para el manejo del Bitcoin también afectaría a las personas adultas mayores, así como a la población de las zonas rurales y marginales por su difícil acceso. En El Salvador, por ejemplo, solo el 45% de la población tiene acceso a internet, y en la zona rural esas cifras bajan hasta el 10-15%.
A lo anterior se agrega la inestabilidad en el cambio o conversión, ya que no hay un ente regulador. A manera de ejemplo lo que a las 7 de la mañana podría valer el equivalente a un Dólar, horas después podría valer mucho más. O a la inversa, alguien compra con $5.00 cierta cantidad de Bitcoin, pero minutos después puede estar recibiendo unos centavos, producto de esa inestabilidad
cambiaria.
La otra dificultad es que no se trata de dinero efectivo (papel o monedas) el que se utilizaría, sino dinero virtual, por lo que puede causar pérdidas en los pequeños y medianos negocios tales como
tiendas, comedores, ventas callejeras fijas y ambulantes, etc. hasta llevarlos a la quiebra generando con ello mayor desempleo, pobreza e inseguridad.
El pago en moneda virtual de bienes y servicios contratados por el gobierno, el pago de los salarios a las y los empleados públicos y municipales, y de las pensiones significaría un duro golpe a los proveedores y a millares de familias.
No se trata ahora de defender la dolarización, la cual de manera inconsulta y en un madrugón también nos fue impuesta por la derecha en el año 2001. Se trata ahora de tener claridad de los
riesgos de este otro atropello del gobierno y de organizarse para pelear por la estabilidad laboral y salarial, la estabilidad en los precios de los servicios, de las medicinas y de la canasta básica.
San Salvador, junio 18 de 2021