Nunca Más otro 9 de febrero, El Salvador rechaza Golpes de Estado, Autoritarismo, Corrupción y Manipulación

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Profesionales Por La Transformación de El Salvador PROES

1. Se cumple un año de la máxima agresión al sistema democrático salvadoreño encabezada por el presidente Bukele, que decidió utilizar a la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) y  a la Policía Nacional Civil (PNC) para tomarse la Asamblea Legislativa, sitiar militarmente  los alrededores del Centro de Gobierno, gran parte del Centro Histórico, los alrededores  del campus de la Universidad de El Salvador, así como algunas zonas de los municipios  de San Marcos, Ayutuxtepeque y Mejicanos, además de perseguir y acosar a diputados y  diputadas de oposición, configurando un Golpe de Estado fallido pues el presidente con el  apoyo de los militares no pudo consumar el intento de controlar la Asamblea por falta de  apoyo popular e internacional y falta de respaldo de lo que él llamó “poderes fácticos”. 

2. El 6 de enero del 2021, grupos de ultraderecha arengados por el entonces presidente  Trump, violentaron el Parlamento de EE.UU., para impedir que se proclamará como  presidente de esa nación al demócrata Joe Biden, ganador del proceso electoral. La  condena nacional e internacional fue unánime. En los días siguientes, fueron  capturados muchos de los participantes en el asalto al Capitolio y hoy enfrentan a la  justicia. El mismo expresidente Trump, fue responsabilizado de los hechos por haberlos  promovido a través de sus redes sociales, y ahora enfrenta un juicio político. El respeto  al estado de derecho se impuso y los responsables de violentarlo están siendo juzgados  por los delitos cometidos de acuerdo a las leyes de aquella nación. 

3. En contraste en El Salvador, sobre los graves hechos ocurridos el 9 de febrero del  2020, no se han deducido responsabilidades, y los protagonistas del Golpe de Estado  fallido se envalentonaron y continúan cometiendo violaciones a la Constitución, a las  leyes, a las libertades democráticas y a los derechos humanos. 

4. Tal como señalamos en su momento, los impactos negativos en la institucionalidad y  en la economía del país se han evidenciado de manera irrefutable y junto a la negligente gestión de la crisis sanitaria por la pandemia, se ha generado en el país la mayor crisis  integral, más grave que la vivida durante los años 80 del siglo anterior, cuando el país  sufría el impacto directo de la guerra civil. 

5. Enero recién pasado cerró con un fin de semana sangriento, los primeros días de  febrero se han caracterizado por incremento de muertes y hechos violentos; a pesar  que el “Plan de Control Territorial” fue utilizado para justificar el operativo militar  ordenado por el presidente, como supuesta medida de presión para que la Asamblea  aprobara fondos provenientes de un préstamo dirigido a fortalecer su política de  seguridad. Dejando muy claro, un año después, que el Gobierno del presidente Bukele  sigue administrando el Estado sin planes reales para resolver los problemas del país. 

6. A un año de aquellos acontecimientos condenados como “Golpe de Estado” por toda  la comunidad internacional y por diferentes actores de la vida nacional, lo que ha  quedado en evidencia es la galopante corrupción de los fondos públicos y el creciente 

endeudamiento generado por la gestión Bukele, así como el incremento de la  violencia, intolerancia y polarización de la sociedad promovida por los discursos de  odio del presidente desde sus redes sociales y declaraciones públicas. 

7. La situación interna del país cada día es más desafiante por la profundización de la  pobreza a niveles similares a la de los años 80, la pérdida de empleos, el incremento de  muertes por descuido de enfermedades crónicas y por la incapacidad para contener el  COVID-19, el incremento de personas desaparecidas, los hallazgos de cementerios  clandestinos, el incremento de crímenes, entre otros. A nivel internacional las cosas para  El Salvador también se han deteriorado muchísimo en este último año, tanto que para  varios observadores internacionales el Gobierno de El Salvador cumple con  características de autoritarismo que lesionan la débil democracia iniciada en 1992. 

8. Las características autoritarias del Gobierno de Bukele, develadas con la toma militar  del Órgano Legislativo, se acentuaron con el uso inconstitucional de la FAES y PNC  para violentar derechos humanos en centros de contención por COVID-19, el acoso a  periodistas y medios de información que no replican la línea gubernamental, despliegue  de una ambiciosa estrategia de publicidad de un país que no existe, la imposición de  medios masivos oficiales de corte electorero, la difamación de sus opositores y la  promoción de ataques en redes sociales hacia adversarios y personas que no comparten las opiniones emitidas por el presidente y la justificación de la violencia  criminal contra militantes y simpatizantes del FMLN en diversos lugares del país como  algo que sucede en campañas electorales. Triste recordatorio de la forma de operar de escuadrones de la muerte de los años 70 y 80. 

9. Tan grave es la situación, que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos  (CIDH) otorgó medidas cautelares a favor de 34 miembros del periódico digital El  Faro, por considerar que los derechos a la vida e integridad de los periodistas se  encuentra en una situación de gravedad y urgencia, solicitando a El Salvador que  adopte las medidas necesarias para preservar dichos derechos. 

10. Adicionalmente, la Agencia Calificadora de Riesgos Moody’s confirmó calificación B3  para El Salvador y cambió la perspectiva crediticia para el país a “negativa” dado que  las condiciones del país para acceder a financiación internacional se han deteriorado  fuertemente y la capacidad local está al límite; esto pone al país al borde de caer en  calificación Caa1, que solo tienen países como Surinam, Mozambique y Sri Lanka. 

11. A un año del Golpe de Estado Fallido, con el ataque reciente a militantes del FMLN con  saldo de tres personas heridas y dos asesinadas, en el marco de la campaña electoral  más desigual y violenta que se ha vivido en los últimos años en El Salvador, queda  claro que el presidente Bukele insiste en avanzar en sus aspiraciones autoritarias,  difundiendo discursos de odio y llamados a la violencia contra sus adversarios. 

12. Cada día hay más sectores de la sociedad salvadoreña que dicen no a Golpes de  Estado, al autoritarismo, a la corrupción, a la manipulación, a la violencia homicida e  intolerancia política y a los discursos de odio. Un año después el pueblo, que ya derrotó  la dictadura militar el siglo pasado, alza su voz para decir ¡Nunca más! 

San Salvador, 9 de febrero de 2021

#9F NUNCA MÁS!!!