Presidente Nayib Bukele ensaya otro Golpe de Estado
1. El Órgano Ejecutivo está descontrolado en un doble sentido: irrespeta la independencia de otros órganos e instituciones del Estado y mantiene un funcionamiento caótico. El presidente Bukele ensaya otro Golpe de Estado.
2. La orden del presidente Nayib Bukele de retenerle el salario al personal del Legislativo y del Judicial vulnera el principio de independencia entre Órganos Fundamentales de Gobierno, así como el derecho a recibir un salario por el trabajo que cerca de 13,000 empleados públicos realizaron durante el mes de septiembre de 2020. Mientras tanto, el personal del Órgano Ejecutivo cobró su salario, comenzando por el presidente Bukele y los demás funcionarios.
3. El presidente Bukele agrede a la Asamblea Legislativa cuando le exige aprobar nuevos préstamos a cambio del pago de los salarios. La Asamblea es un Órgano independiente al que Bukele chantajea para someterlo, mientras no le presenta informes ni le rinde cuentas. Además, el pago de las remuneraciones está en la Ley de Salarios aprobada en el Presupuesto 2020.
4. El presidente Bukele le ordenó al ministro de hacienda no transferirles a las alcaldías, durante cuatro meses, el 10% de los ingresos corrientes. Dicha orden viola la ley del FODES y el Presupuesto Nacional, que también es una ley. Y tanto el retraso del FODES como la retención de salarios al personal de los Órganos Legislativo y Judicial, se ha hecho a pesar de que el Ejecutivo recibió en concepto de deuda US$1,957 millones adicionales al presupuesto.
5. El ministro de hacienda se burla de la Asamblea Legislativa al no acudir a cuatro llamados para rendir un informe sobre la ejecución del Presupuesto y los préstamos aprobados. También se burla el director de la Policía Nacional Civil, quien por orden de Bukele desacató la orden de la Asamblea para que la Policía garantizara por apremio que el ministro de hacienda se presentara a la Asamblea, ante la convocatoria que es de obligatorio cumplimiento.
6. La Policía desconoció la orden de la Fiscalía General de la República (FGR), de obligar a los sindicalistas dirigidos por los ministros de trabajo y de gobernación a desocupar el acceso al relleno sanitario de Nejapa, donde la alcaldía de San Salvador deposita los residuos insalubres. Detrás de ese desacato hay una orden del presidente Bukele, a quien no le preocupa que la acumulación de residuos afecte la salud de la gente, pues su único interés es ganar las elecciones de 2021.
7. En fin, estamos ante un Órgano Ejecutivo que no reconoce la independencia del Órgano Legislativo, la autonomía de los gobiernos municipales y la independencia de la FGR, y que, además, irrespeta reiteradamente otras leyes de la República. El país cayó en una anarquía, las comunidades no reciben apoyos de las alcaldías y crecen las protestas contra el Gobierno. Todo ello en el marco de una crisis sanitaria, una recesión económica y un aumento del desempleo y la pobreza.
8. La decisión del presidente Bukele de violar constantemente el orden constitucional y agredir a otros Órganos e instituciones del Estado, obedece a su vocación autoritaria y dictatorial, pero también a su creencia de que la mayoría de la población lo respalda y seguirá esperando una mejoría en sus condiciones de vida, a pesar del caos en la administración pública.
9. Los anhelos de la población son legítimos, pero como la naturaleza derechista del Gobierno solo conduce al fortalecimiento del grupo empresarial que lo respalda, la decepción popular solo podría ser apaciguada, no controlada, por un excesivo uso de la fuerza pública. Ese es el escenario que se está configurando.
10. La Asamblea Legislativa y la FGR deben hacerle un antejuicio al presidente Bukele, para restablecer el orden constitucional y normalizar la vida pública, antes que la violencia y la represión contra el pueblo vuelvan a institucionalizarse, como ocurrió en los años de las dictaduras militares.
San Salvador, 6 de octubre de 2020