Honorable Mike Pompeo Secretario de Estado Departamento de Estado de los Estados Unidos
2201 C Street, NW
Washington, DC 20520
Estimado Secretario Pompeo:
Escribimos para expresar nuestra profunda preocupación por la reciente decisión del presidente salvadoreño Nayib Bukele de llevar a soldados y policías armados a una reunión de la Asamblea Legislativa del país. Esos actos flagrantes de intimidación política deben ser recibidos con una rápida y amplia reprimenda.
El jueves 6 de febrero de 2020, el presidente Bukele convocó a la Asamblea Legislativa de El Salvador a una sesión de emergencia para aprobar un préstamo extranjero de $ 109 millones para implementar la tercera fase de su propuesta de seguridad, Plan Control Territorial.
El domingo siguiente, un quórum de legisladores no apareció en la sesión de emergencia.
El presidente Bukele, acompañado por numerosos soldados armados y policías, ingresó a la cámara en un claro intento de intimidar y hostigar a los representantes.
Además, el presidente Bukele amenazó con disolver la Asamblea cuando los legisladores cuestionaron su autoridad constitucional para convocarlos a una sesión de emergencia y negaron el apoyo inmediato a su plan.
Desafortunadamente, este incidente es simplemente el último ejemplo de una demostración de fuerza cada vez más militarista por parte de líderes gubernamentales en América Central y del Sur.
La alarmante tendencia a utilizar las fuerzas armadas para afirmar el poder y legitimar las decisiones políticas plantea un peligro significativo para las democracias emergentes, pero a menudo frágiles, de América Latina.
Las tendencias que conducen a esta confrontación, particularmente una desilusión fuera de lugar con las instituciones y procesos democráticos tradicionales, están presentes en muchos países de la región.
Creemos firmemente que las relaciones bilaterales con nuestros vecinos latinoamericanos proporcionan una estabilidad crítica en la región.
Sin embargo, no podemos ignorar las tendencias y tácticas autoritarias en la búsqueda de resultados políticos.
Hacemos un llamado a la administración para que denuncie estas acciones y garantice que nuestra relación con El Salvador se base en un progreso sustancial hacia la democracia constitucional y el respeto del estado de derecho, incluida la independencia de las ramas políticas del poder.