El interés de la administración Trump por apropiarse de los recursos naturales del hermano pueblo venezolano, les ha llevado a aplicar diferentes estrategias; desde apoyar la oposición al gobierno revolucionario en procesos electorales, pasando por intentos golpistas y de asesinar a su presidente Nicolás Maduro, hasta llegar recientemente al embargo de bienes propiedad del Estado venezolano y amenazar con sanciones a terceros que comercien o mantengan relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela.
El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto desde EE. UU. afecta al pueblo y hasta hoy, reafirma la validez de la revolución bolivariana, que ha resistido y vence al imperialismo y sus aliados internos y externos; el bloqueo es malo, daña la vida del pueblo especialmente de los sectores más vulnerables; es una flagrante violación de las normas internacionales vigentes; por más discursos en foros y proclamas que intenten justificarlo, es, ha sido y seguirá siendo injustificable.
Ningún país tiene justificación jurídica ni internacional, ni nacional para imponer a otros su voluntad, los conceptos de independencia, soberanía y autodeterminación de los pueblos tiene significado en la voluntad de seres humanos de vivir en libertad, sin imposiciones externas y gobernados por sus propias reglas dictadas dentro del orden de sus propios Estados.
Por eso expresar indignación, protesta y exigencia de respeto a pueblos hermanos cuando son agredidos es propio de seres humanos libres y con carácter; eso es lo que millones de venezolanos que de manera heroica y no carente de sacrificios, expresan con claridad su reclamo de vivir en paz, sin guerra y sin violencia. Es propio también de quienes poniendo por encima los principios y valores, expresamos nuestra solidaridad con el hermano pueblo venezolano.
El libreto que usan los imperialistas para presentar su agresiva política hacia Venezuela es el mismo que utilizaron ya en otros países que destruyeron como Libia; discursivamente descalificar la voluntad popular de apoyar a un gobierno, desacreditarlo y acusarlo de violación a derechos humanos o corrupción y apoyan a los grupos que con facilidad se someten a sus planes, por su propia voluntad o por temor.
Es una contradicción afirmar que reconocen a una Asamblea Nacional, y a uno de esos diputados como presidente Interino, pero desconocen a la autoridad electoral y a todas las instancias del Estado venezolano.
El pueblo venezolano ha hecho una revolución, cambió la constitución, ha ido a consulta popular en elecciones y procesos de consulta, decenas de veces, recuperó para el pueblo los recursos que antes explotaban empresas extranjeras, es un pueblo valiente que tiene conciencia de su poder y es un pueblo pacífico; pero ha demostrado que no esta de acuerdo con la intervención estadounidense, ni con las agresiones de sus vecinos. Eso merece respeto, admiración y respaldo.
Es cierto que varios gobiernos latinoamericanos se someten a la geopolítica estadounidense; como es cierto que en esos mismos países los pueblos tienen en su seno oposición a esa postura, que entraña peligros para todos, en un continente que deseamos sea Zona de Paz. Venezuela, Cuba y Nicaragua quieren paz, todos deberíamos preferir la paz basada en el respeto a la autodeterminación de nuestros pueblos y a la legalidad internacional.
Proclamar como recientemente se ha hecho en Lima, que el bloqueo impuesto a Venezuela es el más fuerte que se hace en los últimos treinta años y solo similar al aplicado a Cuba y a Nicaragua es un total descaro que merece rechazo, condena total. Ya no se ignora que año con año en la ONU, la casi totalidad de países resuelve condenar ese bloqueo a Cuba y demanda sea levantado; se ha divulgado entre los pueblos el significado de ese bloqueo para el pueblo cubano y a la vez el heroísmo y la capacidad de vencerlo, y desarrollar un país no solo para el bien de su pueblo sino de la humanidad entera.
Ninguna nación es igual a otra, pero a ese descaro a esa confesión del señor Bolton en Lima, se le puede responder que si Cuba ha sobrevivido y se ha desarrollado a pesar del criminal bloqueo, también Nicaragua y Venezuela tienen pueblos capaces de comprender la enormidad de su desafío de vencer el intervencionismo ilegal, ilegítimo y criminal.
Pero es mejor para todos, incluso para el propio pueblo estadounidense la paz, y es lo que sus gobernantes deberían asegurarle, pues sus mensajes de odio acarrean muerte incluso en su propio pueblo como se aprecia en los más recientes atentados en Texas, Ohio y Chicago. El bloqueo contra Venezuela no tiene justificación.
Por Licenciada Norma Guevara de Ramirios
Fuente: Diario Co Latino