El discurso de Nayib Bukele en la toma de posesión, dejó más dudas e incertidumbre que en su campaña y la presentación del Plan Cuscatlán. Su discurso fue más emotivo y se centró en anécdotas y promesas de un gabinete paritario y pidió a sus simpatizantes comprensión de cara a posibles decisiones “amargas” para sacar al país de sus múltiples crisis, pero no detalló estrategias ni prioridades de gobierno.
Es preocupante, que ya pasó una semana desde que el nuevo gobierno ha asumido la dirección del país, en ese sentido, hasta este día no existe ninguna propuesta tangible de como llevará la conducción del país en materia económica, política y social.
Lo único que ha demostrado el nuevo Presidente en estos primeros días, es solo su actitud déspota y revanchista. Donde se ha distinguido por el atropello de la dignidad humana y los derechos de las personas; un ejemplo de ello, han sido los despidos masivos de personal adscrito a las cinco secretarías disueltas (Técnica, de Transparencia, de Inclusión Social, de Gobernabilidad y de Vulnerabilidad) que han generado un fuerte debate jurídico sobre su legalidad.
Sumado a lo anterior el nuevo mandatario lejos de hacer propuestas para el desarrollo del país y la unificación del mismo, sigue apelando al odio y al rencor; montando toda una agenda en función de una persecución política a familiares de funcionarios y dirigentes del partido quienes han sido despedidos del gobierno sin analizar que son trabajadores y trabajadoras que por años han laborado para el Estado con las credenciales profesionales que les respaldan, solo para justificar esas medidas para supuestamente “mejorar las funciones gubernamentales”. Este montaje y falacia se le cae, ya que su gabinete se centra en amigos cercanos y familiares, haciendo lo mismo por lo que cuestiona al gobierno saliente.
Esta estrategia de Bukele es simple, generar un distractor en redes sociales mientras se toman otras medidas y decisiones que afectan al país, como la elección de varios funcionarios ligados a su gobierno que tienen pasado oscuro, el nuevo gobierno manda mensajes fuertes a las mujeres, no solo con el hecho de cerrar la Secretaria de Inclusión Social y trasladarlo a una Secretaría que aún no existe; sino contra los derechos de las mujeres, al poner al frente de la Dirección de la PNC un personaje oscuro vinculado con el feminicidio de la agente Carla Ayala, que sigue sin ser resuelto y del que ya casi nadie habla. Otro es el caso del ahora presidente del Bandesal que tiene serias acusaciones de acoso sexual a mujeres, este personaje fue destituido por el FMLN de la Lotería Nacional justamente bajo esa acusación. Sumado a lo anterior, como que se tratase de un acto de improvisación, prueba y error desiste del nombramiento de Godofredo Miranda como el Subdirector de áreas especializadas de la PNC, responsable del encubrir a los responsables del asesinato de su sobrina Katya Miranda.
Qué se puede esperar del nuevo presidente, cuando en los últimos días ha ocupado la silla del ejecutivo como trinchera de persecución política; además de demostrar la poca seriedad ética y profesional, erosionando toda credibilidad y apariencia a base de mentiras y jugadas políticas como las realizadas durante sus gestiones como alcalde, ya que desde allí pacto con personajes como el revoltoso Rolando Castro (un matón sindical), hoy ministro de trabajo, el cual se encargaba de las plazas de la Alcaldía de San Salvador y de mantener bajo control y persecución a las y los trabajadores contrario a su administración.
Sumado a lo anterior, además de su discurso vacío, la falta de propuestas, despidos y un gabinete cuestionado, se le suma que las críticas por las primeras medidas dirigidas a golpear las finanzas de la población salvadoreña más vulnerable, el recorte de subsidios a la luz y gas licuado; esta medida afectará las finanzas de la población que se beneficiaba de los subsidios el cual tenía un gran impacto en hogares de las y los salvadoreños.
El trabajo del Presidente se ha caracterizado por estar alejado de la realidad de los salvadoreños y salvadoreñas, ya que a través de una computadora o un celular, da órdenes a sus ministros con medidas publicitarias ya establecidas y sin ningún cuestionamiento o crítica. Con esto quieren engañar a base de mentiras y engaños a la población ya que muchas de las obras de las que se va glorificar el nuevo gobierno son gestiones ya avanzadas por el gobierno de Sánchez Cerén (hay más de 70 obras que deja el gobierno del FMLN por inaugurar)
Cada vez el escenario político, se va caracterizando por quitarle la máscara al nuevo dictador; donde va quedando en evidencia la estrategia política con la que pretende golpear y embestir contra al FMLN (por todos lados y por todos los flancos posibles) con el respaldo de la embajada de EE.UU. y todo el aparataje de la derecha que repentinamente ante esta coyuntura política, son cómplices silenciosos del show mediático que justifica una alianza entre estos sectores de cara a las elecciones del 2021.