Mientras el mundo cristiano celebra la canonización de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, la derecha salvadoreña representada en Arena recalcitrante y oprobiosa, en su odio al puebblo continúa trabajando no sólo por la eliminación física de en 1980, sino también su estatua en la Plaza Monseñor Romero de Ciudad Delgado en manos del mismo partido a cualquier precio borrar la figura, la imagen del pastor y profeta del pueblo salvadoreño.
En esos años de la historia más negra que nuestro país y nuestro pueblo ha vivido, después de los años de la conquista, de la dictadura de Martínez, los años 80´s, década de represión, capturas, torturas, desapariciones por parte dela dictadura militar, la oligarquía y de la injerencia descarada de los intereses norteamericanos, nuestro pueblo demostró una inquebrantable firmeza y decisión no sólo de resistencia, sino de vencer.
Poseer una imágen de Monseñor Romero o algo relacionado a él, era castigado por las fuerzas armadas de entonces y sus aparatos en los mal llamados cuerpos de seguridad como delito que se pagó con la muerte incluso. Valga recordar ese domingo que se oficiaba la misa con el cuerpo presente de Monseñor Romero en la Plaza Gerardo Barrios, con una enorme multitud congregada, en luto y congoja que con devoción y respeto quería despedir respetuosamente a su amado pastor, cuando en un plan bien diseñado por los cuerpos de represión, hicieron detonar unas bombas en medio de los asistentes y crearon el pánico, los guardias nacioanales del palacio nacional y policías nacionales dispararon a mansalva contra nuestro pueblo.
Nuestro pueblo tiene memoria histórica, señores y dones de la oligarquía y del capital. no lo hicieron antes, ni lo harán ahora, cuando nuestro pueblo está empoderado.
“Hay que cambiar de raíz, todo el sistema”
Monseñor Romero, marzo de 1980 en una entrevista.
Los gobiernos de derecha nunca han demostrado, ni lo harán en velar y trabajar por los intereses de los preferidos de Monseñor.
Monseñor, un hombre de Dios, del Dios de los pobres. De los descalzos, de los sin derecho a nada y con obligación a todo según las normas, leyes y reglas del sistema de opresión egoísta del capitalismo.
La voz de los sin Voz, San Romero de América.