Por Comisión de Comunicaciones del FMLN Suecia.
Schafick Hándal, se inció como todo militante hombre o mujer, desde las bases. Schafik no nació predeterminado para ser dirigente, y menos su objetivo. Las condiciones objetivas y subjetivas en las que se nace, crece, y desarrollan condicionan las personas en una u otra dirección.
Schafick, hizo el trabajo que todo militante actual hace hoy en día. Ser parte de una familia que trata de sobrevivir en el sistema en el que le tocó nacer, vivir y crecer.
Hijo de padres palestinos exiliados, llegar a un país con cultura, idioma y tantas cosas más diferentes, ya es un enorme reto. Sus Padres lo superaron y de ello no se habla o se conoce muy poco. No es una biografía, lo que pretendemos hacer de Shafik, de cariño y con respeto para muchos el Schafo. Para muchos Schafick Hándal, fue conocido mas por su nombre que por su psudónimo, el Comandante Simón.
Eso fué asi, porque por su labor consecuente y revolucionaria, no pasó desapercibido a los ojos de los servicios secretos de las dictaduras en sus varias fases y niveles que el joven, el estudiante, el activista, el hijo de palestino, se dejaba sentir. Siempre ocurre, el revolucionario siempre deja llamados, mensajes, sus palabras, su entrega, la palabra, un legado a seguir.
Como decenas de miles de miles de compatriotas, Schafick, perdió familiares a manos de los escuadrones de los muerte, también el schafo mismo estuvo en prisión, en el exilio, entre muchas cosas. Una vida dedicada a su pueblo. Esa vida por los presentes y los ausentes (obligados a ausentarse por las dictaduras) el legado de Schafik, está vivo.
Schafik Hándal, revolucionario salvadoreño respetado y amado en nuestra América morena y por nuestro pueblo, es recordado como político de principios, firme e inclaudicable en su amor y entrega a la causa del pueblo y de los trabajadores. Visionario, ideólogo, estratega un ejemplo a seguir.
Comandante Simón, seguimos tus pasos, querido camarada.