El Comandante en este video desmonta la farsa decembrina, con todos sus pilares publicitarios y seductores. Esa maraña confusa y distorsionadora que se lleva por los cachos los aguinaldos, los bonos, las vacaciones y las utilidades.
El capitalismo no es más que una aspiradora de programación hamponil que se instala en las entrañas, en las emociones y necesidades para chupar con violencia la política redistributiva del Gobierno Bolivariano. La protección contra ese bichito de nombre ladrón “transacción”, está en el ahorro, la calma y el disfrute en familia. Ese es el verdadero sentido de la parranda navideña: estar juntos, no haciendo cola buscando privatizar la felicidad en el mágico acto de la compra-venta.
La primera línea de defensa de una Nación es su conciencia colectiva. He ahí el objetivo militar del bombardeo propagandístico del capitalismo comercial decembrino. El sólido llamado del Comandante a no dejarse embaucar por el barrigón norteamericano tiene como fundamento no sólo el resguardo del aguinaldo, sino que tiene que ver con algo mucho más profundo: el espíritu.
Ahí es donde se hace necesario levantar los diques colectivos, esas fronteras íntimas que sueldan las actitudes, las necesidades y las aspiraciones, el resguardo moral que prioriza los abrazos por encima del desenfreno a puerta de centro comercial.
Escucharlo y agarrar el dato práctico que arroja. En el compartir colectivo y el ahorro se encuentra la defensa antiaérea más eficaz ante tanto misil selectivo que bombardea nuestra conciencia con velocidad supersónica.