“Actrices argentinas” decía la bandera de letras verdes ubicada detrás de las artistas movilizadas. Banegas leyó a Susana Thénon y a Alfonsina Storni; Frenkel, a Alejandra Pizarnik y también a Storni; y Durante, la más joven, un poema de su autoría, sobre un aborto a los “veintipocos” en una salita de emergencia por un “hueco en el preservativo”. El texto ganó un “Concurso de Escritores Nonatos”, que premió poemas que respondieran al del senador Esteban Bullrich. Sentada como sus colegas, en un taburete, leyó: “Un aborto más precario / ha de ser bien distinto / sin médico y por instinto / como dictan los rosarios (…) Cuento esta historia / de final un tanto alegre / sabiendo que mil mujeres / (o miles o millones) / abortan en los rincones / y sufren cruentas muertes”. Algunos pasajes tuvieron su cuota de humor. Hubo aplausos y aullidos feministas. Los “burros gobernantes” aparecieron entre los versos como “homicidas, cómplices, alienantes”.
“Ellos desde el privilegio / expulsan de este mundo / a pibes como Facundo / por negros y empobrecidos. / Si él no hubiera nacido / ¿no lo querrían difunto?”, se preguntó Durante. Una movilización de la Unión de Trabajadores de la Tierra marchó por la avenida y, casualidad o no, inundó la calle de verde. El mismo verde de los pañuelos de las actrices. “El aborto es un problema de clase: las que pueden pagar un aborto clandestino seguro, lo pagan. Las que no, mueren”, sintetizó Durante la esencia de su poema.
La historia del colectivo comenzó cuando la revista Mu convocó a un pequeño grupo de actrices a firmar una carta abierta para entregarla a diputadas y diputados. Habían sido invitadas 24, pero adhirieron 400. La carta –leída por Llinás, Peterson y Siciliani en el plenario de comisiones que debate el proyecto mayoritario de interrupción voluntaria del embarazo– derivó en las asambleas de los sábados a la tarde, y de esos encuentros surgió la propuesta de ocupar la calle con actividades. El flamante colectivo pareciera no tener precedentes. “Tengo 70 años, y si sucedió no lo recuerdo. Esto fue muy espontáneo. Un reguero de pólvora. Habla de un avance cultural, de una conciencia que antes no existía. Hay algo extraordinario en esta capacidad de movilización”, celebró Cristina Banegas, en diálogo con Página/12.
“Es una especie de sueño. Pateamos todos esos prejuicios de que las actrices mujeres no se pueden juntar porque se envidian”, expresó Maruja Bustamante. El grupo es heterogéneo en cuanto a edades y trayectorias. Están representados el teatro y la televisión, el universo independiente y el comercial. “A mí me metió Dolores Fonzi en un grupo de whatsapp. Eramos 30. Fue inteligente: conmigo quería lograr el enlace con las del off. Estuvimos hablando, y no queremos hablar de actrices famosas. Así llegamos a la palabra ‘visibles’. Queremos que todas se sientan representadas. Las visibles nos convienen para algunas cosas, y las que somos más de barricada convenimos para otras. Usamos esto a favor”, explicó.
Están organizadas en comisiones: un grupo tiene llegada a legisladores; otro se aboca a pensar las actividades culturales; y un tercero, a prensa y comunicación. Tienen un Instagram y un grupo de whatsapp donde hay 250 mujeres. Comparten información, se interiorizan en cuestiones técnicas. Están “alineadas” con la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto y trabajan junto con sus militantes, así como también con Mu. Han recopilado testimonios de mujeres que abortaron y proyectan una dramatización con esos relatos. Ya están leyendo una carta después de funciones teatrales y planean más acciones, tanto en el mundo virtual como en el real. “Seguimos accionando desde nuestra disciplina, las artes escénicas, con amor y convicción. Llegó la hora de la emancipación política de nuestros cuerpos. Estamos unidas. Somos cada vez más”, manifestaron hoy.
“Es de las primeras veces que en el teatro comercial se sale a decir algo en el saludo. Gipsy Bonafina salió en Sugar con el pañuelo. Para mí fue como poner una bandera en Marte”, dijo Bustamante. Banegas elogió la exposición de Muriel Santa Ana del martes pasado en el Congreso. “Lo extraordinario es la contundencia de la verdad. Señores, el aborto existe. Lo que hay que hacer es legalizarlo. Que no mueran las mujeres más humildes para que esta hipocresía que nos viene acompañando históricamente pase a otro plano. Es casi irrefutable, más allá de la hipocresía, el caretaje y la religión como un valor omnipresente y totalizador. Tenemos la alegría de compartir esta causa y de saber más sobre algo tan oculto, secreto, maldito y estigmatizado: la interrupción voluntaria del embarazo”. Por su parte, Julia Amore agregó: “La idea es que esto crezca. Que seamos muchas y sonoras. Estamos siendo recuestionadas, pero estamos muy comprometidas”.
Fuente: pagina12.com.ar Por María Daniela Yaccar