Nosotros y nosotras, ciudadanos y ciudadanas de distintos países, movimientos y organizaciones sociales, partidos políticos, mujeres, jóvenes, trabajadores y trabajadoras, creadores e intelectuales, campesinos y campesinas, religiosos y religiosas, reunidos en Caracas los días 5, 6 y 7 de marzo de 2018, reafirmamos nuestra solidaridad y apoyo militante al pueblo venezolano, a la Revolución Bolivariana y a su Gobierno popular, encabezado por el compañero Nicolás Maduro Moros.
Repudiamos enérgicamente la gravísima escalada de agresiones contra la democracia y la soberanía de Venezuela por parte del Gobierno guerrerista de Donald Trump, los poderes corporativos globales y el aparato industrial militar del imperialismo estadounidense, que pretenden derrocar al Gobierno legítimo de Venezuela, destruir el proyecto de democracia bolivariana y apropiarse de los recursos de la patria venezolana.
Denunciamos que esta operación contra Venezuela forma parte de una estrategia global de neocolonización de América Latina y el Caribe, que busca imponer a nuestros pueblos una nueva era de vasallaje y saqueo, mediante la resurrección de la vergonzosa Doctrina Monroe, plan que ya está en marcha en varios países del continente.
Repudiamos la amenaza de Donald Trump de una potencial intervención militar en Venezuela y alertamos que dicha declaración no es mera charlatanería. La opción militar contra la Revolución Bolivariana se encuentra dentro la estrategia y la doctrina geopolítica estadounidense para el siglo XXI. El mundo debe saber que una agresión militar a Venezuela provocaría en la región una crisis de dimensiones históricas y de incuantificables e impredecibles efectos humanos, económicos y ecológicos.
Advertimos al imperialismo y a las élites lacayas que le hacen el juego: ¡los pueblos de América Latina, el Caribe y el mundo jamás permitirán que Venezuela sea tocada por la ambición de la bota militar estadounidense! Si en su obsesión demencial, los halcones de Washington se atreven a agredirla, la Patria de Simón Bolívar, como hace más de 200 años, será nuevamente la tumba de un imperio.
Denunciamos la descarada presión del imperio estadounidense sobre gobiernos de la región para involucrarlos en operaciones políticas, diplomáticas, e incluso militares, contra la República Bolivariana de Venezuela. Con esta acción, se busca
destruir la integración regional, y abolir de facto el principio de la carta fundacional de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe que declara a la región como una zona de paz.
Rechazamos la actitud vergonzosa y anti histórica de Gobiernos de la región que se han postrado a la política de Washington, mediante la creación de instancias ilegales y espurias como el denominado Grupo de Lima. Las bochornosas élites regionales que hoy encabezan el saqueo a sus pueblos, entregan la soberanía a las transnacionales, incrementan la pobreza, la desigualdad y violan los derechos humanos, carecen de toda autoridad moral y política para cuestionar la democracia venezolana.
Rechazamos las unilaterales e ilegales sanciones del Gobierno de EE.UU y la Unión Europea contra el pueblo venezolano, que pretenden destruir su economía y doblegar su voluntad democrática. Los bloqueos y sanciones son crímenes de lesa humanidad infringidos por el sistema capitalista internacional, y están golpeando duramente al pueblo venezolano al sabotear los procesos productivos, financieros y comerciales, impidiéndole el acceso a alimentos, medicinas y bienes esenciales.
Repudiamos el perverso sabotaje de EE.UU al proceso de diálogo desarrollado en República Dominicana y reiteramos que sólo el absoluto respeto a la soberanía de Venezuela, la no injerencia en sus asuntos internos, el diálogo sincero y los procesos electorales con base en la legislación venezolana, pueden definir el camino para recuperar la convivencia política entre los venezolanos y venezolanas.
En ese sentido, saludamos la convocatoria a la elección presidencial, de legisladores regionales y concejales del próximo 20 de mayo, fruto de un acuerdo político con un sector de la oposición venezolana. En dicha elección, absolutamente constitucional y legítima, el pueblo venezolano de manera transparente y soberana, decidirá el rumbo de la patria.
Alertamos a los pueblos del mundo sobre la aviesa intención de desconocer los resultados de la elección del 20 de mayo por parte de Gobiernos e instancias internacionales que están involucrados directamente en la guerra contra Venezuela, y de acelerar las agresiones tras lo que -sin duda- será auténtica expresión democrática del pueblo venezolano.
Saludamos y apoyamos la Declaración de la Cumbre Presidencial de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América ALBA-TCP que rechaza de forma categórica la exclusión de Venezuela de la próxima Cumbre de las Américas, a realizarse en la ciudad de Lima, Perú; de la misma manera, respaldamos todas las acciones diplomáticas y políticas que realicen Gobiernos, países y pueblos para defender la pluralidad y la diversidad política en el continente y para resguardar la soberanía y la autodeterminación de los pueblos.
Reconocemos la heroica resistencia del pueblo venezolano frente a los embates de la agresión económica, el bloqueo financiero y todas las formas de sabotaje que está sufriendo Venezuela y apoyamos la estrategia económica, financiera, política y diplomática que está ejecutando el Gobierno Bolivariano y el Presidente Nicolás Maduro, para superar los problemas y para la construcción del modelo humanista del Socialismo Bolivariano.
Nos comprometemos a seguir dando la batalla por la verdad, la paz y la soberanía de Venezuela. Por ampliar los lazos de amistad, solidaridad y compromiso revolucionario y con el pueblo venezolano. Los pueblos del mundo, la conciencia de todos y todas las que luchan por las justas causas de la humanidad, acompañan en esta hora, y acompañarán siempre, a la Revolución Bolivariana, a su liderazgo y a su pueblo.
Estamos convencidos de que Venezuela sabrá superar mediante el diálogo, el respeto a la Constitución, y la indoblegable voluntad democrática de su pueblo, los problemas que la aquejan, y que la Revolución Bolivariana seguirá siendo un faro de esperanza para los pueblos del mundo, en la búsqueda de un destino digno y justo para la humanidad.
Al conmemorar los cinco años de la siembra del Comandante Hugo Chávez, líder histórico del pueblo venezolano, desde Caracas decimos al mundo: ¡Venezuela no está sola, todos y todas estamos con ella!
¡Todas y todos somos Venezuela!
¡Venceremos!