Se trata de la empresa de criptografía Crypto AG, que desde 1952 tenía su sede en el cantón suizo de Zug y proporcionaba a distintos países sistemas de cifrado para proteger la correspondencia y los datos secretos.

Primero la CIA en 1958 y después la agencia de inteligencia de Alemania Occidental (BND) establecieron el control de la actividad de Crypto AG a través de la compañía ficticia Minerva en Liechtenstein.

Los equipos de cifrado creados por Crypto AG se utilizaban durante conflictos bélicos o para el intercambio de información sensible entre embajadas y Gobiernos.

Los servicios secretos de EEUU y Alemania podían intervenir esos mensajes valiéndose de los llamados agujeros de seguridad creados intencionadamente en el sistema de cifrado.

El artículo de Tribune de Geneve dice que Crypto AG prestó sus servicios a unos 130 países, entre ellos Egipto, Irán, Arabia, Saudí, Libia y Argentina.

En particular, EEUU y Alemania intervinieron comunicaciones secretas durante las conversaciones con Irán sobre la liberación de los rehenes norteamericanos, los ataques de los terroristas de Libia contra EEUU, la Guerra de las Malvinas (o las Falklands, como las denominan los británicos) y la intervención de EEUU en Panamá en 1989.

En 1993 la alemana BND dejó de controlar a la empresa Crypto AG, mientras EEUU continuó haciéndolo al menos hasta el año 2012.

En 2018 Crypto AG fue dividida en dos unidades, una de las cuales pasó a brindar servicios exclusivamente a clientes suizos.

La otra unidad, que recibió el nombre de Crypto International, trabaja con clientes extranjeros. Actualmente en su página web se puede leer que no tiene nada que ver con Crypto AG ni con los servicios de espionaje de EEUU y Alemania.

También precisa que es una compañía privada que en 2018 compró la marca comercial y los activos de Crypto AG